Noticia
Emisarios del galimatías
El propósito de Leyva era cumplir con la mensajería encomendada, mientras Petro polariza cada día más al país.
La idea de Gustavo Petro al proponer una asamblea constituyente, un proceso constituyente o un referendo constitucional, como lo ha mencionado en distintas oportunidades y de diferentes formas, claramente tiene un doble propósito: por un lado, desviar la atención y tapar los problemas de desgobierno, deterioro de la seguridad y escándalos de corrupción en su entorno; y, por otro, encontrar la fórmula que le garantice su permanencia en el poder más allá de 2026.
En cuanto al segundo objetivo, Petro encendió la polémica durante un discurso en Cali en el que dijo: “Colombia tiene que ir a una asamblea nacional constituyente para transformar las instituciones (…)”. Sin embargo, una vez se vio envuelto en un lío, culpó a los medios de comunicación de tergiversarlo. Desde entonces, ha construido un discurso confuso y enredado, tratando de aclarar lo dicho sin esforzarse en lograrlo, e insistiendo en ese galimatías que, en el fondo, tiene el mensaje subliminal de reformar la Constitución, caminando por el atajo.
Para ello, envió a sus emisarios con la intención de reafirmar sus propósitos sin comprometerse él mismo. Primero fue la senadora Isabel Zuleta, amanuense suya, quien afirmó: “No es el presidente el que está hablando de reelección. Somos muchos de los activistas. Nosotros sí queremos la reelección y la estamos promoviendo”. Desde luego, la congresista del Pacto Histórico no se inventó lo dicho. Y como era de esperarse, Petro salió a negarlo: “(...) a mí personalmente no me interesa para nada la reelección”.
Después apareció otro emisario en los medios de comunicación. Esta vez fue el nefasto exfiscal Montealegre, quien, a través de un mensaje en La Luciérnaga de Caracol, planteó un absurdo: “La propuesta del jefe del Estado es convocar por decreto una asamblea constituyente para extender, entre otros motivos, su mandato presidencial”. Dejó clara la intención de esquivar el complejo camino que establece la Constitución, precisamente para protegerla de abusos de poder.
Debido a la pérdida de credibilidad en sus anuncios, Petro seguirá insistiendo en convocar lo que él llama el “poder constituyente”, no en las urnas, sino a través de cabildos abiertos.
A pesar de cada negación por parte de Petro, quien volvió a decir: “No pienso llevar una Constituyente al Congreso, ni tampoco reelegirme”, pero, ojo, no ha negado que quiera extender su período, como afirmó Montealegre. Pues debido a la pérdida de credibilidad en sus anuncios, Petro seguirá insistiendo en convocar lo que él llama el “poder constituyente”, no en las urnas, sino a través de cabildos abiertos, consultas o asambleas populares, como repite y repite el galimatías que ha creado para confundir, dividir y atornillarse.
Mientras tanto, tristemente, el país sigue como un barco a la deriva, sin capitán ni timonel. Solo nos queda confiar en las altas cortes y en la Fuerza Pública para que hagan respetar la Constitución y la democracia, además de garantizar que en 2026 se realicen unas elecciones democráticas y libres. Y tenemos que hacer un llamado a quienes lideran hoy la oposición patriótica en defensa del país, para que agoten todos los esfuerzos posibles para conformar una gran alianza nacional, sin importar colores políticos, con el fin de enfrentar y derrotar en las urnas a la más peligrosa amenaza a las instituciones que haya vivido Colombia en el último siglo.
@ernestomaciast
Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Conforme a los criterios de