En Colombia, el 39 % de los cargos directivos son ocupados por mujeres, según Deloitte, mientras que, en Latinoamérica, solo el 15 % de los roles de CEO son liderados por mujeres, de acuerdo con Grant Thornton. Estos números, aunque alentadores, reflejan la necesidad de una mayor representación.
Los hijos le dan un sentido a la vida maravilloso. Yo sabía que quería tener hijos desde niña. Desde hace más de 20 años decidí que quería luchar por mis aspiraciones profesionales sin sacrificar el regalo más lindo que la vida me dio unos años después: mis dos hijos.
Existe una cantidad considerable de estudios que demuestran que las madres trabajadoras generamos un impacto positivo en el desarrollo de los hijos. Las madres trabajadoras, particularmente en roles ejecutivos, no solo desafiamos estereotipos de género todos los días, sino que también equipamos a nuestros hijos con habilidades prácticas valiosas en el ámbito personal y profesional. Estos beneficios incluyen habilidades sociales y resolución de problemas, independencia y una perspectiva de género más equitativa y, por ende, la construcción de un futuro mejor.
Un estudio global liderado por Harvard Business School, basado en datos de 24 países, demostró que las hijas de madres trabajadoras tienen un 23 % más de probabilidades de alcanzar roles gerenciales y ganar salarios superiores. Además, los hijos hombres criados por madres trabajadoras son un 20 % más propensos a involucrarse en tareas domésticas y compartir responsabilidades familiares, desafiando estereotipos de género y fomentando actitudes más equitativas hacia las mujeres en el hogar y el trabajo.
En Colombia, el 39 % de los cargos directivos son ocupados por mujeres. Depende de nosotros que ese porcentaje sea mayor. Las próximas generaciones agradecerán un futuro más equitativo.
El progreso en equidad de género ha sido impulsado por iniciativas empresariales y políticas públicas, sin embargo, alcanzar la verdadera equidad requiere enfrentar barreras culturales que asocian el liderazgo con atributos masculinos. Para lograr una mayor representación de mujeres en posiciones de liderazgo, es necesario deconstruir la idea de que la crianza es una tarea única y exclusiva de las mujeres.
Está en todos nosotros promover en nuestros hogares, independientemente de si los padres viven en la misma casa o no, la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos, desafiando así los estándares tradicionales que, en pleno 2024, ya no tienen mucho sentido.
Las madres debemos y podemos hacer compatible la crianza de nuestros hijos con nuestro desarrollo profesional. Por nosotras, por la sociedad y sobre todo por formar a nuestros hijos como nuevos agentes de ese deseado cambio cultural. A esas mujeres que hacemos parte de ese 39 %, las invito a que no se nos olvide que somos agentes de cambio para una generación futura.
Depende de todos hacer que el 39 % se convierta pronto en un 50 %: desde las casas, los colegios, las empresas, los Gobiernos y la sociedad. Las próximas generaciones agradecerán tener un futuro más equitativo.
* Directora de Negocios Latinoamérica Sur, Centroamérica y Caribe en Ecolab