Por años los trabajadores agrícolas han tenido en la visa H-2A una opción legaly conveniente para laborar en Estados Unidos de manera temporal. Sin embargo, durante el segundo mandato de Donald Trump el panorama para quienes tramitan este permiso es de incertidumbre debido a las cambiantes políticas.
Una investigación realizada por la organización Puente News Collaborative y El País, calculó que son más de 300.000 extranjeros los que cada año llegan a Estados Unidos con visas para trabajadores temporales, quienes están esperando posibles cambios.
Existe una propuesta que obligaría a sustituir a los trabajadores agrícolas extranjeros por empleados estadounidenses y también a invertir en la automatización para sustituir ciertas tareas específicas.
La situación es un reto. Los agricultores aseguran que, en muchos casos, contratan a trabajadores indocumentados debido a que no están en capacidad de atraer a otro tipo de empleadosy tampoco cuentan con recursos para invertir en tecnología, por lo que dependen de la mano de obra humana.
De hecho, la industria agrícola ha insistido en que los ciudadanos estadounidenses no quieren realizar el trabajo de campo y que si se eliminara a los migrantes con visas H-2A, el sistema alimentario podría colapsar.
A pesar de lo anterior, algunos abogan porque los puestos y las condiciones de trabajo en el campo mejoren para hacerlos atractivos para los ciudadanos estadounidenses.
Será más difícil conseguir una visa H-2A para trabajos agrícolas. Foto:Archivo
Visas para trabajadores agrícolas en Estados Unidos podrían incentivar la esclavitud legalizada
La visa H-2A fue creada en 1986 con la intención de evitar la contratación de trabajadores indocumentados en los campos y garantizar sus derechos. Pero ahora la industria quiere flexibilizar las condiciones, por ejemplo, reduciendo los requisitos salariales y de vivienda lo que, en opinión de algunos especialistas, incentivaría la esclavitud legalizada.
Según el análisis de El País, para contratar a extranjeros, los agricultores deben demostrar que se pagará a los trabajadores más del salario mínimo y se les proporcionará transporte de ida y vuelta a sus hogares, además de alojamiento durante la temporada.
Por los beneficios anteriores, los trabajadores H-2A suelen significar mayores costos para los contratantes, pero aún así los prefieren debido a que pueden explotarlos.
Debido a que la visa está vinculada al trabajo, los migrantes no pueden buscar empleo en otro lugar, por lo que dependen completamente de quien los llevó a Estados Unidos, lo que ha permitido malas prácticas como la amenaza de despedirlos o retener sus pasaportes si no cumplen con las indicaciones y las largas jornadas.
También se ha descubierto que muchos migrantes pagan a los reclutadores para ser seleccionados, lo que ha permitido explotarlos y convertirlos en mano de obra forzada.
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