El Poporo Quimbaya es una de las figuras más características de los pueblos prehispánicos, pues se ha robado las miradas de propios y extraños en importantes museos de Colombia y el mundo.
Lo que más llama la atención de este recipiente en oro es su estética: su figura de botella estilizada, con cuatro esferas que posan en su parte superior y una base con formas espirales. Sin embargo, más allá de su indiscutible belleza, el poporo tiene un significado mítico y religioso.
El Poporo Quimbaya es un recipiente procedente del noroeste antioqueño, el cual era empleado por las comunidades indígenas para almacenar cal en polvo o coca triturada con ceniza de hojas de yarumo, muy utilizadas en el ritual del mambeo.
De acuerdo con la Fundación Aburrá, la forma del poporo estaba inspirada en la del calabazo y simbólicamente se asociaba con la mujer, la fertilidad y la vida. De hecho, los indígenas consideraban que con el mambeo adquirían la sabiduría y dulzura de la mujer, además de conseguir comunicarse con la divinidad.
La fundación también explica que los guerreros, por ejemplo, llevaban el poporo en sus cuellos para realizar el mambeo a la hora de luchar, pues así conseguían más fuerza y resistencia.
Aunque se conoce poco de los orígenes del Poporo Quimbaya, pues muchos fueron fundidos, se tienen datos de que la primera vez que fue fotografiado fue entre 1867 y 1869, cuando estuvo en manos de Vicente Restrepo Maya, dueño de un taller de fundición de metales.
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