Ya llegó diciembre con su temporada de buñuelos, natillas, tamales y lechona. No olvidemos los nueve días de novenas que, además de cantar villancicos nos permiten degustar en familia y con amigos las delicias de la gastronomía decembrina. De hecho, estas festividades son bien conocidas por tratarse de fechas en las que se permite romper la dieta, darse uno que otro “gustico” sin remordimientos y comer un poco más de la cuenta.
Sin embargo, hay que prestar especial atención a la alimentación infantil a lo largo de estas fiestas, para así evitar la indigestión y otros malestares como el reflujo, las náuseas, los vómitos y las diarreas que pueden afectar a nuestros peques y empañar las celebraciones.
Estas molestias ocurren principalmente por dos factores según explica el doctor Carlos Fernández Newball, médico especializado en cirugía y automedicación responsable y gerente médico de Bayer, región andina: por un lado, mucha de la comida que se les da a los niños en esta temporada es nueva para ellos y, por lo general, tiende a ser grasosa, procesada, alta en azúcares refinados o demasiado condimentada. De otro lado, las familias suelen poner los alimentos a disposición de los comensales en una gran mesa donde los niños logran acceder a aquellos de su preferencia como postres y pasteles y comer demasiado de estos sin que sus padres se percaten de ello.
Al respecto, el doctor Darío Botero Cadavid, pediatra y puericultor de Clínica La Colina recomienda controlar las porciones que el niño consume y, para el caso de los alimentos que se le ofrezcan por primera vez, dar pequeñas cantidades, ver cómo reacciona, cómo lo asimila su organismo y no insistirle, ni mucho menos obligarlo a comer, si no quiere más.
Adicionalmente, los médicos consultados dan los siguientes consejos que aplican, tanto para niños como para adultos, en pro de evitar malestares digestivos en este fin de año:
De acuerdo con el doctor Darío Botero, de Clínica La Colina, aunque los síntomas son muy variados, los más comunes en los niños son dolor de estómago, inflamación abdominal, abundantes gases y flatulencia, naúseas y desgano.
En estos casos, “se pueden hacer maniobras instintivas como un masaje abdominal en sentido rotatorio, no insistir si el niño no quiere comer, sino más bien ofrecer líquidos en pequeñas cantidades y de manera frecuente”.
A su vez, el doctor Fernández Newball aconseja tratar las indigestiones preferiblemente en casa con remedios caseros como aguas aromáticas y no medicar a los niños sin autorización del pediatra porque se puede alterar su metabolismo.
Finalmente, si el problema digestivo persiste o se complica con dolor abdominal excesivo o vómito y diarrea frecuente, se debe consultar al médico y seguir sus indicaciones.