Expo Dubái 2020: el mayor zoco del mundo

La primera exposición del mundo se celebró en 1851 en Londres, con el eslogan título Gran Exposición de los Trabajos de la Industria de Todas las Naciones.

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El objetivo era mostrar al mundo los últimos avances de la técnica y reunir a los mejores ingenieros y científicos del globo en ese momento. Le siguieron otras iniciativas como la muestra de 1889 de París –que está en el origen de la torre Eiffel–, la de Chicago, la de Osaka o la Expo 92 de Sevilla.

Eran épocas en las que los inventos y el conocimiento viajaban con dificultad por el mundo, y estas expo se convertían en un foco de difusión de los avances de la época.

Desde su comienzo se convirtieron en un gran evento de publicidad para demostrar la potencia del país organizador, normalmente una nación emergente. ¿Tiene sentido seguir organizándolas en el siglo XXI, cuando la información se difunde en segundos, con un clic, por todo el mundo?

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Quizá no desde el punto de vista científico y tecnológico, pero las exposiciones universales siguen siendo grandes eventos de relaciones públicas para los países organizadores y un momento de encuentro de naciones y personas de todo el mundo.

Expo 2020 de Dubái cumple con todas las expectativas.

El recinto es un gran parque temático de la globalización, aunque quienes no puedan asistir presencialmente pueden hacerlo de forma virtual desde el sitio web https://virtualexpodubai.com/.

Durante casi seis meses, el emirato más moderno del golfo Pérsico se convierte en el mayor zoco (término que en árabe significa mercado) del mundo, y en un gran espectáculo de la globalización con una arquitectura impresionante, cientos de restaurantes de todos los rincones del globo y espectáculos culturales procedentes de los cinco continentes.

‘Conectando mentes, creando futuro’ es el lema oficial de la Expo 2020 Dubái, que cuenta con la participación de 192 países, además de varias organizaciones internacionales, en sus 438 hectáreas. Estos pabellones se organizan en cuatro áreas dedicadas a la sostenibilidad, la movilidad y las oportunidades. Con estas cifras, es fácil adivinar que no es posible visitar todo el recinto en un solo día.

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Para aprovechar al máximo la visita, lo recomendable es ir entre semana, de domingo a jueves (los festivos en los Emiratos son viernes y sábados), cuando la afluencia de visitantes es menor y casi no hay colas para entrar en los pabellones. Además, los días laborales la entrada cuesta 49 dírhams (12 dólares), la mitad que los festivos, un precio asequible para repetir visita.

El pabellón más popular es, sin duda, el de los Emiratos Árabes Unidos, un país que este año celebra el 50.º aniversario de su creación. Diseñado por Calatrava, el edificio hace un recorrido por la historia del país, para explicar su cultura y terminar con sus proyectos para el futuro. Una línea argumental de contenido que siguen casi todos los países. El espectacular pabellón de Arabia Saudí es otro de los más visitados, al igual que los de Egipto, Suiza y Rusia.

Entre los asiáticos, el de Japón es el más popular (en este suele haber colas importantes para entrar); el de Corea del Sur, con una espectacular fachada en constante movimiento, también está entre los favoritos. Los visitantes tienen derecho a reservar por la aplicación hasta “10 pases rápidos” por entrada comprada para evitar las colas de los pabellones más concurridos.

Entre los europeos, los Países Bajos han llevado la propuesta más innovadora, ya que su pabellón es el mayor prodigio técnico de esta expo.

Con una arquitectura en forma de conos y unas placas solares que generan electricidad, a partir del sol, logra condensar 200 litros de agua al día a partir del aire del desierto; con ellos han cultivado un huerto autosustentable de más de cien plantas y hongos comestibles.

El edificio del Reino Unido es una llamativa estructura en la que los visitantes introducen una palabra en inglés en un computador; un algoritmo de inteligencia artificial se encarga de ir creando el que será el mayor poema escrito por una máquina del mundo. Este será lanzado al espacio con la esperanza de que algún día llegue a alguna otra civilización. Francia, por su parte, presenta el proyecto de un nuevo globo aerostático que permitirá llevar mercancía a lugares aislados del mundo, y Rusia, que aspira a organizar la Expo 2030, centra su exposición en torno al cerebro humano y los procesos que nos convierten en una especie animal diferente.

Las dos grandes potencias mundiales, China y Estados Unidos, dedican la mayor parte de sus pabellones a la carrera espacial. El americano resulta más atractivo por su show para familias y niños, mientras que el chino organiza cada noche un espectáculo de luces con drones.

Cada noche distintos países organizan conciertos y shows; además, los pabellones de Irlanda y Australia suelen ser los más animados. Aunque el mayor espectáculo se lleva a cabo cada día a las 10 p. m., hora a la que cierran los pabellones, en la plaza Al Wasl.

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Con una programación que cambia cada jornada, en este lugar se pueden disfrutar desde conciertos hasta musicales para niños. Cuando el calor deja de ser tan intenso se abre la oportunidad de disfrutar la gran oferta gastronómica de Expo Dubái.

Hay propuestas de todo tipo: desde los cotidianos kebabs y perritos calientes hasta las más futuristas y costosas, como la de The Epochal Banquet, una experiencia gastronómica de dos horas inspirada en el espacio, la microbiología y la inteligencia artificial.

En el restaurante Talabat envían la comida con robots-camareros, y en el Jubilee Gastronomy Restaurant, 26 chefs de todo el mundo han creado un menú de nueve platos. El Arabian Tea House es el mayor representante de la máxima comida emiratí, pero hay otras opciones como Alkebulan, que reúne cocinas de África.

Si les interesa el tema y quieren conocer la agenda de eventos relacionados, pueden hacerlo en este enlace.

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