Tiempo, paciencia y estómago de marinero: eso es lo que se necesita para visitar
Tristán de Acuña, la
isla más remota de la Tierra.Para llegar a este destino, ubicado a 3.360 km de Suramérica y a 2.816 km de Suráfrica, hay que viajar hasta Ciudad del Cabo (Suráfrica).
Una vez allí es necesario ubicar un transporte marítimo (un velero) que esté dispuesto a llevarlo a la isla en una travesía que puede durar hasta 18 días, por uno de los mares más agitados del planeta.
La niebla, los fuertes vientos y, por consiguiente, las grandes olas son el pan de cada día de este trayecto al final del cual está Tristán de Acuña, en cuya capital y única población, Edimburgo de los Siete Mares, viven alrededor de 250 personas.
Es la forma más fácil de llegar en cualquier momento del año, porque la isla no tiene aeropuerto, lo cual hace imposible el trayecto en avión, y el único barco que visita el lugar, el SA Agulhas, cubre la ruta en seis días, solamente una vez al año y con un aforo bastante limitado.
La vida de sus habitantes transcurre en medio de una pasmosa tranquilidad, en una ciudad que tiene lo básico: cafetería, salón de eventos sociales, oficina de correos, un hospital pequeño, una escuela y un pub: The Albatross.
También hay un médico y un profesor que vienen con contratos temporales desde el Reino Unido, ya que el lugar es un territorio británico de ultramar.
Citado por la BBC en un reporte sobre este tema, Alasdair Wyllie, antiguo residente y asesor de proyectos de agricultura en Tristán de Acuña, afirmó que “a menos que abandones la isla, pronto te darás cuenta de que las personas con las que vas a la escuela serán las mismas con las que vivirás por el resto de tu vida”.
Tristán de Acuña es la isla principal de un archipiélago volcánico del mismo nombre y del que forman parte otras islas. Los residentes a veces van de vacaciones a las vecinas islas Nightingale, donde las aguas son más tranquilas.
A ellas se suman la Isla Inaccesible y la escarpada Isla Gough, donde Suráfrica tiene una estación meteorológica y algunos meteorólogos en rotación anual.
En general, las costumbres de la población están influenciadas por la “cercana” Suráfrica. De hecho, de allí llegan barcos cargados con suministros, que son muy necesarios, pues en la isla los cultivos se limitan a algunas verduras y papas.
Aparte de salir de la ciudad a recorrer Tristán y eventualmente visitar las otras islas, no hay muchos pasatiempos. El favorito son los asados; de hecho, hay cría de ganado en la isla.
Con información de BBC News Mundo
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