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Explicativo
Oración a la Virgen de Chiquinquirá para pedir por la paz
Una plegaria con fe puede ayudarle a encontrar consuelo con la divinidad.
La Virgen de Chiquinquirá, también conocida como Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, es una de las figuras religiosas más importantes de Colombia.
De acuerdo con lo plasmado en la página web de Museo Colonial, la imagen de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá fue encargada por Antonio de Santana en 1562 a Alonso de Narváez. La figura se pintó al temple sobre una manta de algodón, acompañada por san Antonio de Padua y san Andrés.
Esta advocación mariana sirvió como una poderosa herramienta de evangelización y legitimado del catolicismo en la Nueva Granada atribuyéndole varios milagros.
En la actualidad, en la ciudad de Chiquinquirá, Boyacá, se puede encontrar la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, la cual, fue construida en el siglo XVIII y cuenta con un estilo colonial con elementos barrocos y neoclásicos.
En ella, se presenta la pintura original de esta Virgen que recibe cada año cientos de fieles que le hacen toda clase de plegarias.
En la página web de la Basílica de la Virgen de Chiquinquirá se puede encontrar la siguiente oración:
Reina y Madre del Rosario de Chiquinquirá, bella flor de nuestra tierra, renovada en destellos de luz y de hermosura, luces radiante en tu imagen soberana los colores del patrio pabellón. Eres tú nuestra gloria y el orgullo de nuestra raza, Madre de Dios y Madre nuestra. En rústico lienzo tu rostro se ilumina y renuevas tu imagen en celestial fulgor, dando a tus hijos la graciosa prenda de la luz inmortal de tu Hijo Salvador.
Ciñe tus sienes la real diadema que corona tu hermosura y tu maternal bondad, símbolo fiel de nuestro entrañable afecto y de tus hijos el filial amor. A ti te cantan celestiales voces que te aclaman por Reina de la paz y el pueblo entero jubiloso te presenta el don de su fervor. En los difíciles tiempos de dolor y angustia tú, que eres Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; extiendes tu cetro soberano y cubres gloriosa con tu egregio manto a todos los que sufren la tribulación.
Hermosas flores mezcladas con tierra colombiana dieron a tu precioso lienzo celestial color; brote la tierra perfumadas flores que rindan culto a tu sagrada imagen, madre llena de gracia y de virtud. Tu divina presencia renovada, Reina y Madre, bendiga nuestra amada tierra y renueve a tus hijos en la luz de la verdad.
Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, inagotable fuente de gracia y de ternura; recibe complacida Madre y Señora, la humilde romería de nuestro inquieto corazón que llega peregrino a tu Santuario, casa del consuelo y la alegría, donde tú, Oh Madre clemente y pía, escuchas nuestros clamores. Amén.