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Noticia
'No hay palabras para expresar nuestro arrepentimiento': Compañía de Jesús pide perdón por caso de abuso sexual
- En la plazoleta del Colegio Mayor de San Bartolomé, en Bogotá, se llevó a cabo un acto de perdón y reparación.
- El caso se refiere a un fallecido sacerdote de la comunidad que habría abusado de seis de una familia.
El padre Francisco de Roux y una de las víctimas, Luis Fernando Llanos. Foto: Néstor Gómez. EL TIEMPO
"La comunidad acepta sus fallos con los más vulnerables". Con estas palabras, el padre Hermann Rodríguez Osorio, SJ., provincial de la Compañía de Jesús, cabeza de la comunidad jesuita en Colombia, inició el acto de perdón hacia la familia Llanos Narváez, cuyos sufrieron los abusos sexuales por parte del fallecido sacerdote jesuita Darío Chavarriaga.
El acto de perdón público, que se llevó a cabo en la plazoleta del Colegio Mayor San Bartolomé, en el centro de Bogotá, se consolida como uno de los momentos más importantes en la historia de la lucha contra la pederastia en la Iglesia Católica en Colombia.
El caso se refiere a los abusos cometidos por el sacerdote Chavarriaga en los años 70s a seis de la familia Llanos Narváez (cinco mujeres y un hombre) que en ese momento eran menores de edad. Para ese entonces, Luis Fernando Llanos era estudiante del Colegio Mayor San Bartolomé, donde servía el religioso, que años después fue rector de la institución.
Según los testimonios de la familia Llano, el sacerdote se habría valido de su posición de poder e influencia para cometer los abusos, utilizando incluso la beca escolar de los niños como mecanismo de control.
Fue recién en el año 2014 que estos casos salieron a la luz, dando inicio a un extenso proceso en el que la Procuraduría General de la Nación terminó ordenando un acto de reparación y perdón por parte del colegio y la Compañía de Jesús hacia las víctimas.
Para Luis Fernando Llanos, este acto “significa cerrar un ciclo de dolor, de una herida de hace muchos años. Lo hemos recibido de buena manera y generosamente de parte de la Compañía de Jesús, una expresión sencilla, sincera y muy humana de perdón a la que nosotros accedemos a conceder”, comentó a EL TIEMPO.
“No hay palabras suficientes para expresar la magnitud de nuestro arrepentimiento por el daño irreparable que se ha causado”, expresó el padre Rodríguez durante dicha ceremonia, ante lo cual agregó: “Deseamos que este acto de arrepentimiento sea un testimonio de nuestro compromiso inquebrantable con la protección de la dignidad humana y la construcción de una iglesia más segura y justa para todo”.
Por su parte, Luis Fernando Llanos, quien se representó a sí mismo y a sus hermanas durante el acto, aprovechó la oportunidad para anunciar su intención de crear la Fundación Llano Más, que “nace de la necesidad de que ninguna otra víctima tenga que pasar por este calvario y acompañar a las víctimas de pederastia”.
Finalmente, el acto cerró con un sentido abrazo entre el líder jesuita y el sobreviviente de pederastia.
Familia Llanos Narváez y sacerdotes de la Compañía de Jesús. Foto:EL TIEMPO. Néstor Gómez
¿Qué dice la Compañía de Jesús sobre el caso Llanos Narváez?
El caso de la familia Llanos Narváez ha sido uno de los más sonados en Colombia en lo que refiere a abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica. Los hechos incluso salpicaron al padre Francisco de Roux, que en el momento en que las víctimas dieron a conocer los casos fungía como provincial de la Compañía de Jesús, a quien se le señaló de intentar ocultar la información y no revelarla a la Fiscalía General de la Nación. Sin embargo, vale señalar que el sacerdote argumentó en su momento que para la época en que se dieron a conocer los abusos, estos se habían prescrito de acuerdo con la ley que para el momento aplicaba para este tipo de denuncias.
Al respecto, EL TIEMPO habló con el padre Hermann Rodríguez, actual cabeza de los jesuitas en el país, y quien lideró el acto de perdón. “La familia decidió venir a hablar en el 2014 con el superior provincial de ese momento, que era el padre Francisco de Roux. Hablaron de la situación, le explicaron tanto lo que había sufrido Luis Fernando, como sus hermanas. Para entonces, y según la legislación de Colombia de ese momento, los hechos de abuso de menores prescribían después de 20 años de que la persona hubiera cumplido la mayoría de edad”.
Añadió que en ningún momento hubo encubrimiento, dado que “hasta el 2014 la Compañía de Jesús recibe la denuncia. Se iniciaron los procesos de tipo canónico, que es una normativa propia de la Iglesia en la que se establecen unas sanciones”.
El expediente canónico contra el sacerdote Darío Chavarriaga consta de 28 páginas que documentan los abusos sexuales cometidos por el religioso. Este archivo, que contiene detalles sensibles, evidencia que la Compañía de Jesús priorizó evitar un escándalo público en lugar de proteger y reparar a las víctimas.
Tras la denuncia, en 2014, Chavarriaga fue separado de su cargo como decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Javeriana y enviado a trabajar en una casa de adultos mayores. Así lo explicó la Compañía de Jesús en aquel tiempo: “En el proceso eclesiástico, el p. Darío Chavarriaga reconoció su conducta y el daño que generó. Como sanción se le prohibió el ejercicio de su sacerdocio en público y fue condenado a vivir entre sacerdotes enfermos y ancianos”.
Y agrega: “Chavarriaga, que en ese entonces era director de estudios del Colegio Mayor de San Bartolomé, reconoció los abusos contra Luis Fernando Llano un día después de que se presentara la denuncia”.
Sin embargo, en su momento esta medida no fue considerada un castigo efectivo por parte de las víctimas, ya que no se informó a las autoridades judiciales sobre los hechos.
El sacerdote denunciado murió en el año 2015.
Colegio Mayor de San Bartolomé, en el centro de Bogotá Foto:Colegio Mayor de San Bartolomé
A raíz de lo que las víctimas han considerado un encubrimiento, fue que se iniciaron las diligencias que derivaron en la decisión de la Procuraduría de iniciar un proceso de justicia restaurativa “en el que teníamos que reconocer que había habido fallas y que hubiera una reparación y una garantía de no repetición. También se estableció ofrecer un acompañamiento psicológico a las hermanas y al hermano Llano, si lo deseaban, así como hacer este acto público de petición de perdón por parte de la Compañía Jesús”.
Para el jesuita, este acto, más que cumplir con una orden de la Procuraduría, “es un paso adelante en la reparación a las víctimas de este caso particular, pero también para toda la sociedad colombiana. Cuando uno se sienta, se mira a los ojos y puede entender el dolor que hay detrás de una realidad, es posible romper el círculo de muerte que hemos vivido, de odio, de venganza, de violencia, tanto en las cuestiones políticas como las cuestiones a veces de tipo familiar, de tipo social”.
“No quiere decir esto que ya resolvimos todo, pero queremos dar un paso, queremos salir de esto. Y evidentemente también la Compañía Jesús quiere dar un paso en esa dirección”, aseguró Rodríguez.
Con respecto a si él ha recibido nuevas denuncias de este u otro sacerdote señalado de abuso sexual, el líder jesuita dice no haber recibido hasta el momento denuncias, pero sí señalamientos de “comportamientos inadecuados” de muchos tipos, aunque de momento no con menores de edad.
En cuanto a las acciones que se vienen tomando para prevenir que estas situaciones se repitan, el sacerdote dice que “los colegios nuestros, por ejemplo, ningún profesor, ningún sacerdote, puede atender en un lugar cerrado a una persona menor de edad. Hay una serie de medidas que están recogidas en unos protocolos de atención y de comportamiento que hacen que las personas, tanto los jóvenes y los niños y los adolescentes, estén protegidos como también los de las comunidades”.