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¿Por qué comemos lo que comemos?: nuestros alimentos tienen un impacto en el ambiente
Un podcast que recorre la historia de lo que comemos invita a reflexionar sobre esta problemática.
Para evitar las plagas en los cultivos se suelen usar pesticidas. Foto: iStock
Aunque normalmente no lo pensemos, cuando tenemos un plato de comida en frente, sin importar la receta que sea, estamos ante un testimonio de la historia de la humanidad.
Una historia que va desde el descubrimiento del fuego, pasando por el desarrollo de la agricultura, que le permitió a las poblaciones humanas dejar de ser nómadas gracias a la domesticación de animales y plantas para usarlas como fuente de alimento.
Arroz, maíz y soya dejaron de ser plantas silvestres para convertirse en la materia prima de múltiples recetas. Sopas, amasijos, tostadas, arepas y hasta bebidas fermentadas cuyos orígenes son bastante difusos e inciertos.
La historia de la comida que llega a nuestra mesa también es la de cómo empezamos a alterar los ecosistemas para producir más de unos alimentos que de otros y de cómo especias, frutas y verduras que antes eran desconocidas en ciertas latitudes, viajaron acompañando los procesos de colonización para reclamar también un puesto en los platos.
De acuerdo con WWF Colombia, el 80 por ciento de los bosques en el mundo ha desaparecido por la forma en que nos alimentamos y se ha perdido hasta 75 por ciento de la diversidad genética de los cultivos alimenticios en el planeta debido a que las formas de producción de alimentos han llevado a que cada vez tengamos dietas más homogéneas.
“Si millones de personas comemos lo mismo todos los días, se necesitará de miles de hectáreas, de unos pocos cultivos, para satisfacer esa demanda, lo cual también desgasta los suelos y afecta los ecosistemas.”, explican desde esta organización.
Pese a lo que ya le cuesta al planeta nuestra producción de alimentos, a esto se suman preocupantes cifras sobre desperdicio de alimentos: 4 de cada 10 alimentos que se producen en el mundo, nunca llegan a consumirse, lo que representa el 10 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero globales.
Como se trata de una realidad en la que poco o nada pensamos, desde WWF Colombia lanzaron una campaña para invitar a los colombianos a reconectarse con la historia de los alimentos y a entender cómo se produce lo que comemos, como una parte de la solución frente a estos grandes retos.
Junto a la historiadora Diana Uribe, desarrollaron una serie podcast sobre la historia de los alimentos, a partir del interrogante ¿por qué comemos lo que comemos? Cuatro capítulos con historias que reflejan los orígenes de la alimentación; las transformaciones en el tiempo y cómo nos relacionamos con la naturaleza para lograr alimentar al planeta entero.
La serie se puede escuchar gratis en las principales plataformas de podcast, el canal de YouTube de Diana Uribe y en wwf.org.co.
Según explica Camila Cammaert, coordinadora de Sistemas Alimentarios Sostenibles de WWF, se trata del resultado de un proyecto sobre producción y consumo sostenible, financiado por el gobierno alemán, en el que la organización ha venido trabajando en los últimos años y a partir del cual también se realizó un estudio en ocho ciudades colombianas, en conjunto con la agencia SANCHO BBDO, que indagó sobre cómo los habitantes de nuestro país ven la relación de la naturaleza y la comida y qué tan dispuestos estamos a cambiar la forma en que comemos para alimentar a una población creciente, dentro de los límites que tienen los recursos del planeta.
"Si bien somos un país productor de comida, tenemos un pasado rural, nuestro imaginario de cómo se produce la comida es muy genérico", explica Cammaert sobre los resultados obtenidos en la encuesta, que mostró que solo el 18 por ciento de los colombianos considera que la forma en que nos alimentamos es la principal causa de la pérdida de naturaleza y la degradación ambiental.
Uno de los platos típicos de Colombia es la Bandeja paisa. Foto:Milton Díaz / Archivo EL TIEMPO
El propósito de la campaña es que las personas repiensen la historia de los alimentos, se conecten con sus orígenes y entiendan que cada decisión de consumo está transformando el planeta y que también puede hacerlo para bien.
"Por ejemplo, tenemos en un primer momento un uso del suelo que se transforma, ecosistemas que podrían ser bosques, páramos o sabanas que se modifican para producir los alimentos en la forma en que se ha hecho en los últimos años. Al hacer eso estamos perdiendo biodiversidad", explica Cammaert.
A estos efectos se suma el gasto de agua para cultivo, el uso de agroquímicos que impactan la tierra y las fuentes de agua, las emisiones que producen las cadenas de transporte y comercialización, además de las grandes cantidades de alimentos que, pese a haber consumido todos estos recursos naturales, terminan en la basura.
Los problemas de una dieta poco diversa
La campaña de WWF también alerta sobre cómo las formas de producción de alimentos han llevado también a que las poblaciones humanas tengamos cada vez dietas más homogéneas, y los problemas que están asociados a que tendamos a comer más parecido.
"Si millones de personas comemos lo mismo todos los días, se necesitará de miles de hectáreas, de unos pocos cultivos, para satisfacer esa demanda, lo cual desgasta los suelos y afecta los ecosistemas", apuntan desde la organización.
La ganadería extensiva es una de las fuentes de afectación ambiental más grandes del mundo. Foto:iStock
Aunque en la historia de la humanidad miles de especies han sido utilizadas para consumo humano, hoy solo 120 especies de plantas se cultivan en grandes proporciones en el planeta, mientras que las tres cuartas partes del suministro mundial de alimentos proviene apenas de 12 plantas y cinco animales.
Por eso la invitación que hacen también es al rescate cultural de la gastronomía tradicional, a preferir productos locales y también a probar nuevos productos. "Si somos abiertos, nos atrevemos a probar más cosas y decidimos armar un menú que no integre exactamente lo mismo, podemos empezar también a hacer estos cambios", concluye Cammaert.