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‘Mía y el león blanco’, un llamado a proteger los animales salvajes
Una niña se revela contra un negocio lucrativo en África: criar leones para venderlos a cazadores.
La película fue filmada durante tres años para que la actriz Daniah De Villiers creciera junto al león blanco. Foto: Cortesía: Cine Colombia.
No hay que hacer una búsqueda muy exhaustiva en internet para encontrar una variada oferta de paquetes “turísticos” para cazar animales salvajes en África. El catálogo –para todos los gustos y presupuestos– incluye desde cocodrilos, jirafas y cebras, hasta ‘los cinco grandes’, como se les conoce en este mercado a los de más caché: el león, el elefante, el rinoceronte, el leopardo y el búfalo.
El negocio de los safaris para cazadores está creciendo rápidamente mientras las poblaciones de estas especies caen. Según un informe de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (IUCN, en inglés), los cazadores de trofeos matan cada año en África cerca de 105.000 animales, entre ellos 3.800 búfalos, 800 leopardos, 640 elefantes y 600 leones. Lanzar una única cifra del declive es difícil pero, para el caso de los leones, la Lista Roja estima que su población ha caído un 42 por ciento desde hace 21 años (quedan entre 25.000 y 30.000 leones en el continente).
Sobre esta realidad, llama la atención 'Mía y el león blanco', una película sa que desde la semana pasada está en las salas de cine del país. El filme narra la historia de Mía (Daniah De Villiers), una niña que llega de Londres a África sintiendo que todo lo que le pertenecía –sus amigos, su colegio, sus aficiones, el chico que le gusta– se ha esfumado; hasta que una mañana de Navidad nace un pequeño león blanco, Charlie, con quien construye una amistad especial.
Cuando el felino crece, los papas de Mía empiezan a verlo como un peligro y deciden venderlo. La aventura empieza cuando Mía se escapa en busca de una reserva natural donde Charlie pueda estar seguro.
EL TIEMPO habló con el director francés Gilles de Maistre y el reconocido ‘encantador de leones’ Kevin Richardson, quien además de asesorar las grabaciones tiene un santuario para proteger a estos grandes felinos de las mayores amenazas: la pérdida de hábitat (en gran parte debido a la invasión humana), el conflicto entre leones y humanos (represalias y asesinatos preventivos), el comercio ilegal de carne de animales silvestres (consecuencias que incluyen la captura indiscriminada y el agotamiento de presas), la caza furtiva (para el comercio de huesos de león en el lejano oriente) y, en menor medida, las enfermedades.
'Mía y el león blanco' fue dirigida por Gilles de Maistre, nominado al Premio César a la mejor película documental en 2007 con 'El primer grito'. Foto:Cortesía: Cine Colombia.
Cuando pensó en esta historia, ¿cuál era el principal mensaje que quería transmitir?
GM: Proteger la naturaleza, sin duda alguna. La idea era divulgar ese mensaje a las familias a partir de una historia llena de aventura entre un león y una niña. Tenemos que proteger los hábitats, los ecosistemas y dejar de usar a la naturaleza como si fuera un objeto inútil. Es momento de proteger a este planeta y a las especies que lo habitan, de ser más humildes y parar de creernos los reyes del mundo, cuando no lo somos.
Hay cerca de 200 granjas en Sudáfrica que crían leones para la cacería, ¿por qué le interesó este tema en particular?
GM: Hace algunos años grabé una serie sobre niños que tenían una relación muy fuerte con animales salvajes. Durante el rodaje di con una granja que criaba leones para zoológicos y parques, pero también para venderlos a cazadores. Había un niño de 10 años allí completamente apasionado con estos animales y se enteró que a algunos los vendían para ser asesinados. Imagina ese dolor, la desilusión. Mía y el león blanco es una película familiar, pero también es sobre un mercado real que mueve muchísimo dinero detrás.
El león protagonista fue rescatado. Si no fuera por la película muy probablemente habría sido vendido a cazadores y hoy estaría muerto
¿Cómo fue el proceso para que Thor (el león) y Daniah entablaran una relación estrecha?
KR: Una relación así tiene que empezarse a muy temprana edad para crear los cimientos. Así que las reglas y regulaciones tienen que ser muy claras desde el principio. Los leones actúan como leones sin importar lo que se les diga; no le tienes que decir a un león cómo ser un león, su comportamiento es natural. Con los humanos es diferente, nosotros tenemos prejuicios sobre cómo un león se comporta, y nos podemos dar cuenta, como Daniah, que las intenciones de los leones a veces pueden ser peligrosas, pero esto es en su mayoría porque estos animales son muy fuertes y juguetones.
Todas estas cosas son las que se tienen que enseñar y claramente ese fue mi trabajo; el asegurarme de que Daniah se aprendiera todas las reglas y respetara al león, especialmente cuando este era pequeño. De esta forma se construyó la base de una amistad.
¿Cuánto tiempo tardaron en grabar la película para que ese vínculo se viera real en pantalla?
GM: Tardamos tres años. Era muy importante que ambos crecieran juntos, que se conocieran y crearan una relación basada en la sensibilidad, en el amor. Daniah (que tenía 11 años) pasó tiempo con Thor cada día. Jugaban, dormían juntos, aprendían el uno del otro.
El león protagonista fue rescatado. Si no fuera por la película muy probablemente habría sido vendido a cazadores y hoy estaría muerto.
¿Aproximadamente en cuánto venden un león para cacería?
GM: Depende mucho de la calidad del animal, pero el precio varía entre 5.000 y 50.000 dólares. El valor también cambia de acuerdo con lo que quieras hacer. ¿Buscas solo pegarle un tiro al animal o quieres una “experiencia”, ir a la naturaleza y tomarte una foto con tu trofeo? Todo esto cuesta. Pero no solo ocurre con los leones sino con jirafas, elefantes, rinocerontes y muchos otros.
Usted tiene un santuario en Sudáfrica desde hace varios años, ¿cuál es el mensaje que quiere transmitir?
KR: Intento hacerle entender a las personas que se olviden de tener a los leones como mascotas. La relación que yo tengo con mis animales es especial porque ellos vienen de industrias donde sufrían muchísimo. Quiero que las personas, principalmente en África, vean a los leones no como bestias come humanos, sino como animales que quieren criar a su familia y alimentarla.
¿Por qué las personas deberían ver esta película?
KR: Es una historia hermosa que niños de todas las edades pueden disfrutar con sus padres. El mensaje es muy importante y fuerte. Proteger a estas especies es un trabajo arduo que requiere de todas las herramientas a nuestra disposición y aquí la educación es clave. Es importante estar constantemente enseñando, especialmente a los jóvenes que son el futuro, que debemos luchar más para salvar y proteger a estos animales. Películas como Mía y el león blanco son una forma para volvernos a conectar con la naturaleza y ver la verdadera belleza en otras especies.
El Santuario de Vida Silvestre Kevin Richardson, en Sudáfrica, tiene como objetivo “transformar la forma en que los humanos piensan, interactúan y se comportan” con el fin de mantener las poblaciones de los grandes carnívoros de África. El objetivo final es reducir el número de animales en cautiverio y sacar a flote el vínculo directo que hay entre la industria de los cachorros y la caza acorralada, al educar al público desprevenido “sobre los horrores asociados con esta práctica sin escrúpulos”.
Según advierten, de seguir con el ritmo actual, no nos quedarán leones en la vida silvestre en tan solo 20 años.