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Entrevista
‘Los objetivos son solo palabras si no hay acciones concretas’: la jefe de ONU ambiente sobre la COP16
Inger Andersen da su balance de la COP16 y de lo que se podría lograr. De paso, elogió el trabajo de Colombia.
Inger Anderson, jefe de ONU Ambiente Foto: UNEP/Duncan Moore
PERIODISTA DE MEDIOAMBIENTE Y SALUDActualizado:
Inger Andersen, la directora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), llegó a Colombia el jueves. Habló con la ministra de Ambiente y presidente de la COP16, Susana Muhamad, los negociadores de varios países y los expertos de algunas organizaciones y empezó una correría que ya le es muy común en estos encuentros: buscar que el mundo sea ambicioso en sus compromisos para proteger la naturaleza y enfrentar la triple crisis planetaria.
La jefa del capítulo ambiental de la ONU habló con EL TIEMPO y elogió el trabajo de Colombia y Brasil en poner el foco de la agenda de la región y el mundo alrededor del ambiente, que requiere no solo urgencia sino también efectividad en las acciones. Además, reconoció proyectos que se han realizado en Colombia como uno adelantado en Barranquilla e insistió en que es el momento de actuar por la naturaleza.
¿Por qué es importante para un país megadiverso como Colombia organizar una COP de Biodiversidad?
La biodiversidad nos une a todos. Es la base de todo lo que conocemos. Por lo tanto, es muy importante que un país como Colombia, el segundo más biodiverso del mundo y que alberga casi el 10 % de la biodiversidad del planeta, acoja la COP16, ya que entiende realmente la importancia de conservar, proteger y restaurar la naturaleza. Este es también un gran momento para la región y el Sur Global, donde se encuentran todos menos 2 de los 17 países megadiversos. Estos países están a la cabeza de la ambición y la acción en materia de biodiversidad, y la COP16 será una plataforma para que lo muestren al mundo. Dado el profundo conocimiento y la protección de la biodiversidad que rodea a los colombianos, no es de extrañar que Colombia defienda en Cali la conexión vital entre la naturaleza y las personas. La COP16 será la ‘COP de la gente’ y situará a los pueblos indígenas, los afrodescendientes, los jóvenes y otros grupos en el centro de la COP, un compromiso que en el Pnuma estamos encantados de ver.
Esta es una COP para evaluar lo que hemos conseguido tras el Acuerdo de Kunming-Montreal, ¿cómo ve el Pnuma los progresos realizados por los países hasta ahora?
Por supuesto, se trata de un calendario exigente, lo sabíamos cuando lo fijamos en Montreal en 2022. Muchos países, unos 60, ya han presentado objetivos revisados y algunos han completado sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad –más de 20 antes de los plazos–. Otros están preparando proactivamente sus presentaciones. Aún queda mucho trabajo por hacer para actualizar los planes y garantizar una rápida aplicación en toda la sociedad. En el Pnuma contamos con varios programas de apoyo a las Partes para acelerar estos logros, entre los que destacan el Acelerador de los Planes de Acción, financiado por Alemania y el Proyecto de Apoyo a la Acción Temprana del Fondo Mundial para el Medio Ambiente –GEF–. No podemos ignorar que uno de los principales factores que limitan el progreso es la falta de financiación, por lo que el punto del orden del día sobre la movilización de recursos en esta COP será clavel.
¿Debe el mundo aumentar su ambición en cuanto a objetivos de conservación de la biodiversidad?
Los objetivos que acordamos en Montreal en 2022 son ahora nuestras guías y todos los países deben centrarse ahora en su aplicación. Esto implicará a todos los sectores de la sociedad y no puede quedar aparcado únicamente en los ministerios de Medio Ambiente. Involucrará a la agricultura, la industria, la minería, la economía, la pesca, la planificación urbana y del uso del suelo y más. Todos tienen que considerar cómo interactúa su sector con el medio natural. ¿Las actividades realizadas en el espacio natural mejoran o no la biodiversidad? ¿Pueden conseguirse los mismos resultados sin afectar a la naturaleza? Estas son las preguntas que todos debemos hacernos. Y si hacemos los cambios necesarios, es probable que alcancemos los 23 objetivos ambiciosos y orientados a la acción del Marco Mundial para la Biodiversidad y podamos decir que estamos haciendo las paces con la naturaleza. Los objetivos no son más que palabras en una página a menos que los respaldemos con acciones concretas.
Uno de los objetivos claves es la financiación. ¿Aporta el mundo lo suficiente para conservar la naturaleza? En la COP15 esa cifra se acordó en 200.000 millones de dólares al año...
Recordemos que la cifra de 200.000 millones de dólares es un objetivo para 2030 y combina todas las fuentes de financiación: inversiones del sector privado, filantrópicas y del sector público. Por tanto, el enfoque de toda la sociedad es fundamental. ¿Cómo pueden las actividades económicas y las inversiones empresariales, desde la producción de alimentos hasta la planificación urbana, ser positivas para la biodiversidad? ¿Y cómo podemos cambiar nuestros sistemas económicos para pasar de la actual explotación de la naturaleza a un sistema que aprecie que el valor y los activos de la naturaleza son la base misma del bienestar y el desarrollo humanos? Este es uno de los principales factores que limitan la capacidad de los países en desarrollo para revisar y aplicar sus planes de acción y, en última instancia, para alcanzar el Marco Global Kunming- Montreal. itámoslo, hoy en día vemos cómo muchos países subvencionan actividades que socavan la naturaleza. En la actualidad, los flujos financieros perjudiciales son 140 veces superiores a los que apoyan a la naturaleza. Por tanto se trata de acciones claves que los países deben revisar.
¿Cómo debe ser la movilización de recursos?
Obviamente, la movilización de recursos procedentes de fuentes públicas ocupa un lugar destacado en la agenda de la COP16 y espero que los países donantes respalden los compromisos que adquirieron en Montreal con un aumento de la financiación. Con este fin, necesitamos ver avances en el mecanismo financiero para coordinar y desembolsar esta financiación de manera impactante. Pero también necesitamos una mayor movilización de recursos nacionales, tanto del sector público como del privado. La elaboración de presupuestos verdes es una herramienta importante para incorporar las consideraciones relativas a la naturaleza y la biodiversidad en los presupuestos y las políticas.
A principios de este año usted dijo que estamos viendo un liderazgo ambiental de América Latina. ¿Cómo ve las diferentes alianzas que ya se están formando en la región?
América Latina acude a esta COP con un frente unido, como región pionera y ambiciosa a la vez. Por supuesto, como la COP16 se celebra en la región, esta tiene una posición de liderazgo única para esta COP en la que se fijarán los demás. La reciente Sesión Especial del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe puso de relieve cuántas prioridades comparten los países de la región. El hecho de que el G20 se celebre bajo la presidencia de Brasil también es significativo, al igual que el hecho de que la próxima COP sobre el Clima también se celebre en América Latina. Y, por supuesto, hemos visto a Colombia y Brasil tender un claro puente entre la biodiversidad y la acción climática, lo cual es sumamente positivo.
Usted ya ha estado en Colombia y conoce algunos de los proyectos de restauración que se están desarrollando aquí. ¿Cómo ve las iniciativas de conservación y restauración que se están desarrollando en el país?
El Pnuma está orgulloso de trabajar con Colombia en la ciudad de Barranquilla como una de las 14 ciudades piloto del proyecto ‘Ciudades generación restauración’ que apoya el Pnuma, cuyo objetivo es catalizar la restauración de ecosistemas en zonas urbanas. Por ejemplo, el proyecto de restauración del arroyo León, que se centra en la conservación y recuperación del otrora descuidado arroyo, es particularmente impresionante.
¿Qué espera ver en Cali en cuanto a compromisos de las Partes?
En Cali tenemos que ver avances, entre otras cosas, en cómo convertir los compromisos del Marco Global en acciones tangibles, fortalecer la movilización de recursos, asegurar que el mecanismo financiero sea bueno y esté listo para su implementación, y poner en funcionamiento el mecanismo de distribución de beneficios para la información de secuenciación digital sobre recursos genéticos.
EDWIN CAICEDO
Redacción Medioambiente
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