Bonnie: ¿cómo prepararse ante la llegada de tormentas o huracanes?

Un huracán es un fenómeno atmosférico natural que ocurre cuando el aire cálido y húmedo se eleva y se enfría, formando nubes. Posteriormente, todo el sistema de nubes y aire gira y crece, siendo alimentado por el calor del océano y el agua que se evapora de la superficie.

Básicamente, según explica el meteorólogo Emel Vega, el océano guarda mucha energía que recibe, luego la libera naturalmente y por un proceso natural esta pasa a convertirse en remolinos de aire y viento que van creciendo a medida que encuentran más y más energía en su camino.

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Entonces, empieza funcionando como una onda (o depresión) tropical que crece y se convierte en ciclón, también llamado tormenta, (en ese momento se le asigna un nombre) y luego crece hasta llegar a su máximo: ser un huracán (cuando causa muchos destrozos ese nombre que se le asignó ya no se puede volverse a utilizar para nombrar tormentas en un futuro, así se logra llevar un mejor registro histórico).

Dicha onda tropical tiene, de acuerdo con el Ideam, una probabilidad del 80 % de convertirse en ciclón dentro de las próximas 48 horas, desplazándose hacia el oeste a una velocidad aproximada de 38.8 km/h, con vientos máximos sostenidos de 65 km/h. En caso de convertirse en tormenta tropical, sería bautizada como Bonnie, mismo nombre que llevaría también de evolucionar a huracán. 

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Entre las recomendaciones que entrega el Ideam ante la posible llegada de una tormenta o huracán a las costas del país, están las de mantenerse informado a la evolución del fenómeno atmosférico. 

En el caso de la llegada de tormentas eléctricas, vendavales y vientos fuertes lo primero es buscar un refugio seguro. De acuerdo con la entidad, las personas se exponen al permanecer en zonas abiertas, debajo de árboles y estructuras metálicas altas, debido a que podrían ser objeto de descargas eléctricas.

En cuanto a las casas lo correcto es asegurar y revisar el estado de los tejados y de estructuras elevadas que puedan colapsar en un momento dado por causa de vientos fuertes rachas. Además, se recomienda adelantar labores de limpieza de techos, canales bajantes y sumideros en condiciones no lluviosas.

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El Ideam también entregó recomendaciones a a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y a los consejos departamentales y municipales de la región Caribe, así como del archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y los cayos para que, junto con las comunidades, se tomen las medidas necesarias a fin de evitar pérdida de vidas humanas y bienes materiales. 

Entre ellas están activar y reforzar las medidas de prevención orientadas a la reducción de los riesgos causados por esta clase de eventos. 

"A los consejos municipales y departamentales de gestión de riesgo les recomendamos evaluar las medidas preventivas y las acciones necesarias y oportunas ante los posibles riesgos asociados al  incremento del oleaje y del viento, reducción de la visibilidad para navegación del área y marítima, fuertes lluvias y tormentas eléctricas", señalan. 

A los operadores de pequeñas embarcaciones, turistas y pescadores, se les aconseja seguir de cerca la evolución diaria de las condiciones meteorológicas y marinas. De igual manera, es importante que atiendan las recomendaciones emitidas por las Capitanías de Puerto. 

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"Dado el riesgo de ocurrencia de crecientes súbitas, se sugiere un monitoreo permanente que descienden de la Sierra Nevada de Santa Marta hacia los departamentos de Magdalena y La Guajira, especialmente las cuencas de los ríos Gaira, Piedras, Manzanares, Guachaca, Mendiguaca, Buritaca, Don Diego, Tapia y Camarón que descargan sus aguas al mar Caribe. De igual manera estar atentos a la posible formación de arroyos, especialmente en la ciudad de Cartagena (Bolívar), en los municipios Juan de Acosta, Tubará y Puerto Colombia (Atlántico)", destaca el Ideam.

Finalmente se aconseja realizar monitoreo permanente en zonas de La Guajira, Magdalena y Cesar, especialmente en sectores de alta pendiente ante la posibilidad de ocurrencia de deslizamientos de tierra debido a las precipitaciones.

REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE