El titánico esfuerzo de un grupo de voluntarios por limpiar ‘la basura que no vemos, pero sí nos estamos comiendo’

Debajo del mar, la basura solo la ven los peces y los buzos. Pero fuera de los océanos nos la estamos comiendo las personas. Los residuos que llegan a las profundidades marinas de todo el planeta tienen un fuerte impacto en los ecosistemas y en la salud pública. Aunque los empaques, bolsas, botellas y otros productos derivados del petróleo pueden tardar miles de años en degradarse, su proceso de descomposición y transformación comienza mucho antes al convertirse en microplásticos. Son esos elementos contaminantes los que las personas estamos consumiendo.

La ecuación es sencilla: los residuos llegan a los océanos y empiezan a convertirse en miles de pequeños elementos que luego son consumidos por los peces y otros animales que habitan las profundidades; luego, cuando los humanos terminamos consumiendo esos animales también ingerimos la contaminación que viene con ellos. Según un estudio de la Universidad de Toronto, una persona promedio podría estar ingiriendo aproximadamente 11.000 piezas de microplásticos al año a través de alimentos proteicos.

El problema en el país no es menor. De acuerdo con cálculos de Greenpeace en las costas colombianas del Pacífico y el Caribe se encuentran hasta 8.000 microplásticos por metro cuadrado de playa, afectando a más de 690 especies marinas a través de la ingestión de plásticos y la muerte de aves y mamíferos marinos. Por eso, un colectivo de buzos voluntarios se organizó hace ya más de cinco años en una iniciativa denominada Proyecto Marea Recicla que tiene como objetivo recolectar esos residuos que muy pocos ven, pero que no por eso no están allí.

La idea es hacer turismo pero también dejar un impacto positivo, por eso Marea Recicla realiza limpiezas submarinas con el apoyo de buzos certificados que deseen hacer inmersiones en distintas partes del país, pero sobre todo en las costas del Magdalena. La más reciente de esas actividades se dio en las cristalinas aguas del Parque Nacional Natural Tayrona, hasta donde llegaron un grupo de voluntarios que se sumaron a Marea gracias al apoyo de la aplicación para venta de ropa usada GoTrendier.

De acuerdo con Paula Vega, cofundadora del Proyecto Marea Recicla, gracias al trabajo conjunto de más de 15 personas, entre buzos que realizaron una limpieza subamrina y otros voluntarios que recolectaron residuos en la costa, se logró recoger al menos 80 kilos de residuos, entre plásticos, vidrios y otros elementos que contaminan y afectan este ecosistema protegido. 

Dichos residuos fueron posteriormente entregados, como se hace normalmente, a los recicladores de Santa Marta, quienes realizaron el aprovechamiento de estos materiales, que aunque pueda ser catalogados como basura, en realidad son residuos que en la mayoría de los casos aún tienen vida útil. “El problema es que en Santa Marta solo se pueden reciclar ciertos materiales. Se recicla PET y HDPE, pero el vidrio es algo que ha sido muy difícil, porque como no se puede aprovechar en la ciudad termina siendo enviado a Barranquilla o a otras capitales donde se procesa. En las entrevistas que hemos tenido con recicladores ellos nos dicen que prefieren ‘ir a la fija’ y reciclar el material que saben que sí les van a comprar”, señala Vega.

Para Vega, si bien estas acciones son importantes, en su concepto es más relevante que las personas tomen consciencia sobre la importancia de evitar que los residuos terminen en los mares, ríos y otros ecosistemas del país. “No vemos el impacto porque la basura queda sumergida. Pero los peces solo están donde hay corales sanos. Yo lo que quiero es llamar a la acción desde nuestros hogares. Cuidar del entorno marino es cuidar de nuestra vida y si queremos cuidarnos a nosotros mismos debemos pensar que dependemos de todo lo que produce este planeta. No es necesario estar aquí, en la playa, para entender que todo lo que viene de las grandes ciudades termina de cierta manera posado en el fondo marino”, agrega Vega.

Con dicha posición coincide Ana Jiménez Sánchez, Country Manager de GoTrendier en Colombia y una de las buzos que participó en la iniciativa. Anualmente, esta compañía, que ofrece una plataforma de ventas de productos de moda de segunda mano, apoya un proyecto de restauración o conservación de la naturaleza “con el objetivo de devolverle al mundo un poco de lo que nos da”, dice Jiménezz.

Y aunque en años anteriores habían realizado siembra de árboles en la Amazonia y frailejones en el páramo de Sumapaz, este año su apoyo fue para el Proyecto Marea Recicla. El objetivo,además, era lograr el mayor impacto posible. Por eso, en conjunto con el colectivo Marea, del 12 al 22 de marzo, en conmemoración del Día Mundial del Agua, por cada prenda comprada en la aplicación de GoTrendier se limpió 1 metro cuadrado de playa.

“Nosotros intentamos poner nuestro granito de arena para que la gente entienda la importancia de los hábitos que tenemos y el impacto que tiene en el planeta. No hay un planeta B y tenemos que cuidar nuestros ecosistemas porque dependemos de ellos. Al final nos comemos los pescados que están en este mar, y si está lleno de plástico pues eso llegará a nosotros. La basura no desaparece y es importante que generemos lo mínimo posible, que compremos cosas que perduren y aprovechemos la economía circular, ya sea con la ropa o con muchas otras cosas”, agrega Jiménez.

EDWIN CAICEDO

Periodista de Medioambiente y Salud

@CaicedoUcros