¿Cuáles son las zonas del país que podrían inundarse ante la llegada del fenómeno de La Niña?

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Lo cierto es que Colombia es un país altamente vulnerable a las inundaciones. Según datos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), presentados en 2018, en todo el territorio nacional se han identificado 190.436 km2 que tienen condiciones favorables a la inundación, es decir, el 16,7 por ciento del país. De este total, el 56,3 % está concentrado en el área hidrográfica del Orinoco, seguido por el Amazonas (17,9 %), Magdalena-Cauca (12,6 %), Caribe (7,4 %) y Pacífico (5,9 %).

Casanare, Vichada y Meta son los departamentos con mayor área de zonas potencialmente inundables, con 35.262 km2 (18,5 % del total nacional), 31.899 km2 (16.7 %), 17.060 km2 (9.0 %), respectivamente. Sin embargo, estas zonas no están tan densamente pobladas como las regiones Andina y Caribe, por lo que el impacto de las inundaciones allí puede ser menor. De hecho, según los datos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), los departamentos con mayores pérdidas anuales esperadas por inundación corresponden a Antioquia, Bolívar, Santander, Magdalena y Boyacá. En zonas, sobre todo, que han sido intervenidas por el hombre y que hoy tienen grandes asentamientos, como La Mojana.

Y no es poco el impacto que generan las inundaciones. De acuerdo con el consolidado de atención de emergencias de la UNGRD y el Inventario Histórico Nacional de Desastres, entre el 15 de noviembre 1914 y el 31 de diciembre de 2019 se han presentado 67.789 eventos en Colombia de los cuales 20.085 han sido inundaciones, lo que equivale al 30 por ciento del total siendo el fenómeno con el mayor número de eventos registrados. En ese espacio de tiempo, el número total de personas que han sido damnificadas por inundaciones en Colombia es de 19’625.681, donde el 36 por ciento se concentran en los departamentos de Bolívar, Chocó y Magdalena. Además, el número total de personas fallecidas por eventos de inundación en Colombia es de 2.153, donde el 36 por ciento se han presentado en los departamentos de Antioquia, Valle del Cauca, Nariño y Chocó.

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Pero en cuanto a lo que hemos visto y podría repetirse, el Estudio Nacional del Agua, desarrollado por el Ideam y presentado en 2022, graficó cómo se inundó el país durante Las Niñas presentadas en 1988, 2000, 2011 y 2012. En los mapas se puede fácilmente apreciar que en líneas generales La Orinoquia, La Mojana, el Chocó, las áreas alrededor de la Ciénaga Grande, Nariño y Putumayo fueron las zonas más afectadas.

De acuerdo con la UNGRD, es posible predecir y prepararse para las inundaciones si se cuenta con un sistema alerta temprana y se conoce el tipo de inundación que ocurre usualmente en la zona. “Es responsabilidad de los entes territoriales implementar sistemas de alerta temprana que deben ser diseñados y socializados con las comunidades y las entidades operativas”, señala la entidad.

Sin embargo, entre 2018 y 2021 solo 37 municipios desarrollaron estudios de amenaza por inundación. Sumado a ello, la entidad encargada de gestionar el riesgo en el país, la UNGRD, se encuentra actualmente atravesando un grave escándalo de corrupción y su nuevo director, Carlos Carrillo, ya ha aceptado que no estamos preparados para La Niña.

“El país no está preparado, lo recorro y no está preparado... Eso hace parte de las consecuencias de no afrontar con el rigor y profundizarse en las preparaciones para eso, vamos a trabajar desde esta nueva dirección, pero ya con el fenómeno de La Niña encima debe haber estrategias de prevención desde meses antes. El caso es particular porque viene una temporada de ciclones, ciclones indómitos, numerosos, la visita que hice me dejó preocupado, hay muchas cosas por hacer y no hay tiempo”, indicó Carrillo. 

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Según explica el consultor en ciencias del agua y adaptación al cambio climático, Diego Restrepo, las inundaciones se están viendo potenciadas por una concentración de lluvia mayor en menos tiempo, un fenómeno que aumenta el riesgo. Y es que, la variabilidad climática está generando que en pocos días caigan las lluvias de varios meses, como se vio en Arabia Saudita o Brasil, o incluso en nuestro país el año pasado, lo que termina generando crecientes súbitas.

“Con el cambio climático estamos viendo que las lluvias están cada vez más concentradas en espacios muy cortos de tiempo. Es lo que pasó en abril, que no llovió en la primera mitad del mes y la segunda mitad llovió todo lo que no había llovido, entonces se están concentrando mucho las lluvias. Y eso puede suceder en muchos lugares del país desencadenando avenidas torrenciales que para mí son mucho más letales que las inundaciones lentas”, resalta Restrepo.

De acuerdo con el experto, dichas avenidas torrenciales son “mucho más predecibles” cuando se cuenta con datos y mapas actualizados, sin embargo, al ser tan rápidas eso las hace mucho más mortales porque suelen desencadenar derrumbes, algo muy común en nuestro país donde gran parte de la población está asentada en la región Andina. “En Colombia el riesgo está más asociado a avenidas torrenciales y a esos deslizamientos y avalanchas que pueden ocurrir cuando se concentra mucha agua. Así sucedió en Mocoa (Putumayo) donde hubo una concentración muy intensa y desencadenó toda esa avenida torrencial”, enfatiza el investigador.

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De hecho, de acuerdo con los datos más actualizados del Ideam, actualmente hay 669 municipios en alerta por posibles deslizamientos de tierra provocados por las lluvias. De ellos, 186 están en alerta roja; 323 en alerta naranja y 160 en alerta amarilla. “La alerta que enviamos desde el Sistema Nacional Ambiental es que se activen los sistemas municipales y departamentales de gestión del riesgo, con referencia a las zonas críticas que cada territorio tiene identificadas y que se alerte a la población para precisamente prevenir que estas avenidas torrenciales y deslizamientos cobren vidas”, señaló ayer la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.

En ese sentido, explica la profesora de la Universidad de los Andes y exviceministra de Ambiente, Sandra Vilardy, en el país aún estamos lejos de entender cómo el clima puede afectarnos, a pesar de tener instrumentos y datos que nos alertan sobre cuáles son las regiones que corren más riesgo. La experta, quien participó en la elaboración de Colombia Anfibia, un estudio elaborado por el Instituto Humboldt y el Fondo de Adaptación, en donde se identificaron las áreas donde hay aspectos geomorfológicos que propician las inundaciones, asegura que muchos de esos instrumentos no se aprovechan ni se utilizan.

“Lamentablemente en el país aún seguimos muy débiles para entender la variabilidad climática y gestionarla en un territorio tan heterogéneo como el nuestro, reconociendo que además hemos deteriorado de manera muy importante las funciones ecológicas de regulación del ciclo del agua, que es la capacidad que tiene la naturaleza de disminuir las velocidades del agua cuando corre por los ríos o se infiltra, y eso tiene mucho que ver con que hemos deforestado, hemos perdido suelos, hemos transformado y rellenado humedales. Nos sigue costando mucho institucionalmente entender esto. Lamentablemente, los aportes que hicimos con Colombia Anfibia no han sido correctamente apropiados por las Corporaciones Autónomas Regionales y sigue habiendo un montón de deudas institucionales para poder hacer una mejor gestión de los espacios donde fluye el agua”, resalta Vilardy.

Lo cierto es que, tan solo esta semana, en Jamundí (Valle del Cauca) más de 300 familias se vieron afectadas por las inundaciones; mientras que en el centro del país las fuertes lluvias generaron un derrumbe en la calzada Bogotá - Girardot, específicamente en el sector El Paso, que dejó un motociclista herido, y también provocó el cierre de la calzada sur. Esas son apenas pequeñas muestras de lo que se viene, con unas lluvias que podrían inundar un país que, aunque naturalmente es anfibio, está poco preparado para el agua.

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE
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