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La COP26, en deuda con el calentamiento global
Analistas critican el no haber logrado consensos para limitar a 1,5 °C el aumento de la temperatura.
ONG, sociedad civil y activistas pidieron el cumplimiento de la meta de calentamiento máximo de 1,5 grados centígrados este siglo. Foto: AFP
No es gratuito que las reacciones tras el acuerdo alcanzado el sábado por cerca de 200 países en la cumbre de Glasgow oscilen entre el optimismo moderado y el pesimismo.
Tras dos semanas de negociaciones, casi todas las naciones presentes en la COP26 se comprometieron a acelerar la lucha contra el alza de la temperatura planetaria. Pero aunque hubo avances notables, el Pacto de Glasgow no cumplió con su objetivo fundamental: garantizar que el calentamiento global no superara los 1,5 °C este siglo.
Eso explica que el propio secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, advierta que “la catástrofe climática sigue golpeando a nuestras puertas” o que el presidente de la COP26, el británico Alok Sharma, concluya que “hemos mantenido
+1,5 °C a nuestro alcance (…) pero el pulso es débil”.
Incluso el primer ministro británico, Boris Johnson, quien se declaró satisfecho y orgulloso por el acuerdo alcanzado, afirmó, en referencia a “aquellos para los cuales el cambio climático es ya una cuestión de vida o muerte”, que su alegría ante este proceso “está teñida de decepción”.
“Exigían para esta cumbre un alto nivel de ambición. Y aunque muchos de ellos estaban dispuestos a hacerlo, no era el caso de todos (…) Podemos alentar pero no obligar a países soberanos a hacer algo que no quieren hacer. Es decisión de ellos”, añadió Johnson, quien resaltó el hecho de que en Glasgow “sonó el fin de la energía proveniente del carbón; se trata de un logro fantástico y es solo uno de los muchos de la COP”.
Calentamiento global podría ser de 2,4 °C este siglo
Protesta contra uso de combustibles fósiles en Glasgow. Foto:AFP
Expertos consultados por EL TIEMPO coinciden en que el no cumplimiento de la meta de limitar el calentamiento global es un fracaso de la COP26.
“El Acuerdo de París –afirma Manuel Rodríguez Becerra, exministro de Medioambiente– identificó en el 2015 que las contribuciones nacionalmente determinadas (los compromisos de los países sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero) ponían al mundo en una senda de incremento promedio de la temperatura de 2,7 °C. Quedó sentado que era necesario cerrar esa brecha en esta COP26. Seis años después es claro que los países no reexaminaron sus contribuciones; si hoy se implementaran plenamente las metas de cada país, como están, llegaríamos a un aumento de 1,8 °C, que ponen al planeta en una senda difícil”.
El exministro advierte, no obstante, que otros análisis, como el de Climate Action Tracker, apuntan a un incremento de 2,4 °C.
Sin embargo, Alok Sharma dijo, en entrevista con la BBC, que el Pacto de Glasgow permite "mantener al alcance" el objetivo planteado en el Acuerdo de París del 2015, de limitar a 1,5 °C el calentamiento del planeta este siglo. De hecho, se solicitó a los países actualizar, a más tardar el año entrante, sus metas de reducción de carbono para el 2030.
Frente a eso, Rodríguez Becerra opina que lo que se hizo, finalmente, fue patear la responsabilidad para el año entrante, cuando se celebrará la COP27 en Egipto, en un intento por mantener viva la esperanza de que es posible llegar finalmente a un acuerdo sobre las reducciones necesarias para no superar los 1,5 °C. "Si en seis años, desde la COP21, no logramos establecer esa meta, no hay razón para creer que se podrá hacer en un año", dijo.
Para Manuel Guzmán Hennessey, consultor y experto en cambio climático, es "vergonzoso" que los gobiernos hayan desconocido las fechas perentorias señaladas en diagnósticos como los del Intergubernamental de Cambio Climático, con respecto a la reducción de emisiones: “La agenda de los compromisos sobre cambio climático está determinada por los datos científicos que revelan la gravedad del problema. No tiene por qué depender de condicionamientos, de intereses de países y mucho menos de corporaciones”, afirma.
No ha habido ningún aumento sustantivo en la reducción de emisiones de los grandes contaminantes, que son China, Estados Unidos, la Unión Europea e India. Y eso significa catástrofe
Frente a las voces que han exaltado los logros del Pacto de Glasgow, al que incluso describen como un gran primer paso en materias como la descarbonización global, Guzmán señala que "a estas alturas no hay ninguna posibilidad de que el planeta no se caliente menos de 2,4 °C, cosa que reconoció el Acuerdo de París. No ha habido ningún aumento sustantivo en la reducción de emisiones de los grandes contaminantes, que son China, Estados Unidos, la Unión Europea e India. Y eso significa catástrofe".
Concluye diciendo que "el primer paso" debió darlo el mundo a comienzos de los años 90, "en ese momento era aceptable; pero estamos literalmente en el 2022".
Camilo Prieto, director de la Fundación Movimiento Ambientalista, señala que hubo avances en la COP26, y que uno de los más significativos es el reconocimiento global de que el uso de combustibles fósiles es el principal promotor del cambio climático antropogénico.
De hecho, Boris Johnson hizo notar que en "Glasgow sonó el fin de la energía proveniente del carbón. Se trata de un logro fantástico y es sólo uno de los muchos de la COP26", aseguró este domingo, durante una rueda de prensa.
Entre otros anuncios notables están, por ejemplo, el compromiso hecho por 100 países de acabar con la deforestación para el año 2030. "Los otros puntos relevantes –agregó Prieto– son el compromiso de diferentes países de aumentar las áreas protegidas, en particular oceánicas; el que se diera un primer paso para generar un acuerdo para reducción de emisiones de metano, lo que implicará modificaciones en política energética y de ganadería mundial, y el anuncio de recursos financieros para poder sacar adelante todo esto”.
En efecto, el acuerdo hace énfasis en la necesidad de "aumentar significativamente el apoyo" a los países en desarrollo, más allá de los 100.000 millones de dólares al año, fijados en la COP21 (meta que no se ha cumplido).
Prieto lamenta el hecho de que una característica de las COP sea lanzar anuncios espectaculares, como los anteriores, que no se concretan por factores como la falta de carácter vinculante de los acuerdos y la redacción de los mismos, con un lenguaje diplomático que generan vacíos y laxitud, como ocurrió en esta COP: “Una cosa es decir ‘vamos a cerrarle la puerta al carbón’ y otra ‘vamos a hacer una reducción paulatina del carbón’. Eso lograron China e India. Algo que lleva a nada”, sostiene.