COP16: Ya se sabe cuánto, pero falta el cómo y quién pone los recursos para salvar la biodiversidad

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Por eso, este lunes, cuando el eje temático de la negociación se centró en financiamiento y mecanismos de implementación, todo el Centro de Eventos Valle del Pacífico ―la zona donde se adelantan las conversaciones diplomáticas― se volteó hacia la discusión con un punto claro: no hemos logrado todavía la colaboración global que se requiere para movilizar los recursos. Y aunque en algo se mueven las discusiones, lo cierto es que el ambiente de que se vaya a lograr una gran movilización de recursos no es tan claro.

Si bien en la COP15 se definió la creación de un fondo para la implementación del Marco Kunming - Montreal, que incluye 23 metas para proteger y restaurar la naturaleza, hoy la consecución de esos fondos sigue solo en el papel. Eso, porque las grandes economías del mundo han señalado que sólo de cooperación internacional no es posible cumplir con los 200 mil millones, que son poco más del 0,3 % del PIB global.

Según explica Ximena Barrera, directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF Colombia, en el inicio de la segunda semana las discusiones se han centrado en la estrategia de movilización de recursos necesarios para financiar la acción sobre biodiversidad; y un punto que es prioritario es la revisión y actualización de los Planes Nacionales de Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés) en los que se definen objetivos, presupuestos, financiamiento e inversiones de cada uno de los países. Es decir, de dónde va a sacar cada país los recursos que requiere para salvar su biodiversidad, porque, como se ha dicho solo de donaciones no es posible.

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Para expertos como Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy Colombia, aún falta para que podamos avanzar, y en ese camino generar nuevos mecanismos financieros será clave. “Estamos en el proceso, pero para lograr avanzar en la discusión se requiere más compromiso e innovación. Se deben movilizar 200 mil millones de USD al 2030 para frenar la pérdida de biodiversidad, restaurarla y habilitar su uso sostenible. Ese recaudo debe hacerse de diferentes fuentes, e integrarlas para estos objetivos comunes. La cooperación internacional no puede ser la única fuente, hay que estructurar nuevos mecanismos financieros estructurales, a nivel nacional y jurisdiccional, a nivel de la empresa y del sector financiero”, explica Claudia Vásquez, directora de The Nature Conservancy Colombia.

Sin embargo, el escenario general no plantea un ambiente positivo. Sólo poco más de 30 países han presentado sus NBSAP, lo que muestra que hasta ahora muchos Estados no saben cómo van a movilizar los recursos que necesitan, y mucho menos cómo los usarían en caso de tenerlos. Pero más allá de eso, la propia geopolítica global ya da pie para pensar que el mundo no tiene cómo movilizar dichos fondos, según explican expertos como el presidente del Foro Nacional Ambiental, Manuel Rodríguez Becerra.

“La actual coyuntura internacional económica y política (incluyendo las guerras) no son favorables para el incremento del monto de los recursos de cooperación hacia los países en desarrollo”, explica Rodríguez. Para él, una estrategia que puede ayudar a obtener una parte de los fondos que se requiere es la propuesta de Colombia de generar una repartición equitativa de beneficios por información digital sobre secuencias de recursos genéticos. Básicamente el pago de multinacionales farmacéuticas o del sector alimentos por el uso de recursos generados en los países biodiversos.

Lo cierto es que, lo de hoy fue solo un abrebocas, donde miles de voces se escucharon señalando que se requieren fondos para salvar el mundo. Ahora, el tema es encontrar quién los pone y de qué manera: y para lograrlo hay de aquí al viernes de esta semana (o bien hasta la otra COP dentro de dos años si finalmente no se logra nada).

EDWIN CAICEDO

Periodista de Medioambiente y Salud

@CaicedoUcros