‘Colombia va un paso adelante en la planificación de sistemas alimentarios. Pero necesita es ponerlos en práctica; si es capaz de hacerlo, se convertirá en líder mundial’

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Es por eso, que desde hace varios años, científicos, gobiernos, organizaciones civiles y expertos vienen alertando sobre el grave riesgo que corre el planeta sino toma medidas urgentes para preservar y aprovechar de manera sostenible sus áreas de cultivo, sobre todo porque casi todo lo que comemos depende del buen estado de los suelos.

“Debido a que el 95 por ciento de los alimentos que consumimos provienen del suelo, la mitigación de la erosión del suelo a través de la aplicación de la Gestión Sostenible del Suelo es fundamental para proteger nuestro suelo y, al mismo tiempo, garantizar un mundo sostenible y seguro desde el punto de vista alimentario”, señala la FAO.

Una de las organizaciones que viene trabajando en dicho objetivo es la Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo (Folu, por sus siglas en inglés). Folu adelanta diferentes iniciativas en países como China, Colombia, India o Etiopía, orientadas a que se desarrollen mejores prácticas en el uso del suelo y el desarrollo de la agricultura.

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Esta semana, su directora ejecutiva, Morgan Gillespy, estuvo en el país recorriendo algunos de los proyectos que adelanta Folu Colombia. En entrevista con EL TIEMPO, la directiva asegura que nuestro país tiene una gran oportunidad durante la COP16 de Biodiversidad, de poner sobre la mesa la discusión de cómo es posible ser productivo desde el punto de vista agrícola, al tiempo que se conserva la biodiversidad y se protegen los suelos.

La producción de alimentos siempre afecta a la tierra, porque cultivamos nuestros alimentos en la tierra, en el suelo. Necesitamos agua dulce. Necesitamos nutrientes. Sin embargo, podemos producir alimentos de un modo más respetuoso con el medioambiente, que proporcione mayores medios de vida a los agricultores y mayores beneficios a los habitantes del planeta. Y la forma en que hablamos de esto es sobre regeneración, y regeneración en el sentido más amplio posible de la palabra. ¿Cómo podemos producir alimentos y regenerar la tierra en la que se encuentran, mejorando la calidad y la salud del suelo, la biodiversidad y los recursos de agua dulce? Pero, ¿cómo regenerar también la sociedad? ¿Cómo podemos tener una regeneración más profunda en la que cambiemos nuestros pensamientos, nuestras mentes, sobre cómo producimos alimentos, sobre cómo los consumimos y sobre cómo beneficiamos a los agricultores que están haciendo el duro trabajo de cultivar estos alimentos en sus tierras? ¿Cómo podemos crear un sistema de valores más equitativo, que incluya la forma en que producimos los alimentos hoy en día?

Desde una perspectiva internacional, Colombia es uno de los países más progresistas del mundo. Creo que es un gran motivo de celebración para los colombianos. Colombia debería estar enormemente emocionada y orgullosa a nivel nacional de lo que su gobierno ha hecho para impulsar una visión de los sistemas alimentarios. Los sistemas alimentarios ya están integrados en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) de Colombia. Hay planes de acción climática departamentales que tienen en cuenta los sistemas alimentarios. Acabamos de llegar del Ministerio de Medio Ambiente, donde estuvimos hablando del Plan de Acción de Biodiversidad con la esperanza de incluir allí los sistemas alimentarios. Colombia es muy buena planificando, y muchos otros países ni siquiera lo han hecho. Sin embargo, Colombia también necesita implementar. Ahí es donde creo que todos los países del mundo, y potencialmente Colombia incluida, necesitan dedicar más tiempo, energía y atención. Así que Colombia va un paso por delante de la planificación. Los planes están ahí, la visión está ahí, la estrategia está ahí. Pero ahora lo que Colombia necesita es ponerlos en práctica. Y si Colombia es capaz de hacerlo, se convertirá en líder mundial en este ámbito. Y creo que es una gran oportunidad para Colombia, especialmente con la COP16 de Biodiversidad a la vuelta de la esquina.

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Obviamente voy a decir que en todas partes. Es necesario que todo el mundo cambie al mismo tiempo. Pero Folu Colombia ha estado trabajando en tres departamentos durante los últimos cinco años, y ahora está construyendo un programa en un cuarto departamento. Así que la plataforma más antigua y más establecida está en Quindío, vamos a viajar allí esta noche, donde durante un proceso de un año, hicieron un diagnóstico muy participativo de los sistemas alimentarios. Y lo que Folu Colombia, creo, ha hecho mejor que nadie en el mundo, es decir que todo el mundo tiene un papel a desempeñar. Necesitamos a los agricultores y a los productores. Necesitamos a las universidades y a los académicos. Necesitamos al sector privado, a las empresas. Necesitamos a los bancos, a las instituciones financieras. Necesitamos al gobierno, nacional, subnacional, local, regional, que reúna una coalición con todas estas partes diferentes y se siente de una manera muy participativa y diga: Vale, ¿cuál es nuestra visión compartida del futuro? ¿Cómo pueden los sistemas alimentarios hacer que nuestro futuro sea más positivo, más equitativo, más resiliente? Así lo ha hecho el Quindío. Antioquia lo ha hecho. Valle del Cauca lo ha hecho. Ahora estamos construyendo un proceso similar en Santander.

Es una buena pregunta. Creo que hay dos factores atener en cuenta. A nivel macro, hemos tenido los procesos de la Conferencia sobre el Clima y la Conferencia sobre Biodiversidad, y han sido convenciones y procesos internacionales totalmente separados que no se han unido. La COP de Cambio Climático, centrada en las emisiones, la mitigación y la adaptación, y la COP de Biodiversidad, centrada en la biodiversidad y la adaptación. La alimentación, si se piensa en ello, es el único sector que une a estas dos COPs. Y por esa razón, creo que los sistemas alimentarios van a ser un tema de debate de la COP16. Y creo que los sistemas alimentarios unirán a estos dos encuentros. Creo que los sistemas alimentarios acercarán estas dos agendas de una manera más integrada, algo que no hemos visto antes. La COP28, celebrada el año pasado en Dubai, fue una de las primeras conferencias sobre el clima que se centró en los sistemas alimentarios. Hay una declaración de los Emiratos Árabes Unidos centrada en la transformación de los sistemas alimentarios, firmada por 162 jefes de Estado. Colombia fue uno de los firmantes y pidió que los sistemas alimentarios se integraran en las NDC. Ahora tenemos el Convenio sobre la Diversidad Biológica, COP16, en Colombia, donde se espera que haya un fuerte movimiento en la integración de los sistemas alimentarios. 

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Seguir como hasta ahora es catastrófico. Es grave. Nuestro Informe Growing Better de 2019 encontró 12 billones de dólares al año de costos ocultos en el sistema alimentario. Pero lo más frustrante es que tenemos las soluciones. Tenemos la capacidad de transformar nuestros sistemas alimentarios. Tenemos la capacidad de transformar estos costes en oportunidades económicas, en oportunidades de negocio, con una inversión relativamente pequeña. Lo que falta en algunos países es voluntad política. Lo que nos falta en algunos países es voluntad empresarial para movernos. Las empresas a veces no son tan progresistas como quisiéramos. Lo que nos falta es a la financiación. Solo el 3 % de la financiación climática se destina a los pequeños agricultores o a los sistemas alimentarios. Y los sistemas alimentarios generan el 33 % de las emisiones climáticas. Necesitamos más financiación. Así que si no cambiamos las cosas, repito, tendremos consecuencias catastróficas para la humanidad y para el planeta. Pero lo más importante es que no hay razón para no cambiar las cosas porque podemos y sabemos cómo.

De nuevo, creo que la respuesta corta desde mi punto de vista, y soy optimista, es sí, por supuesto que podemos. Y lo que hemos hecho se les puede llamar experimentos, se les puede llamar proyectos piloto, pero tomar estas nuevas ideas, estas innovaciones técnicas, estas innovaciones productivas agrícolas, estas innovaciones financieras, y probarlas en pequeñas áreas piloto, demostrar que tienen éxito, también cometer errores y fracasar, pero aprender de esos fracasos, escuchar a los demás, aprender cómo hacerlo mejor, y luego ampliarlo. En la India, estamos trabajando en el estado de Madhya Pradesh con el gobierno, como con los agricultores. En Etiopía, estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura para ampliar los proyectos piloto. De nuevo, aquí en Colombia, estamos trabajando en cuatro departamentos para ampliar la regeneración, comprender las prácticas regenerativas y entender cómo podemos transformar la agricultura. Así que sí, podemos, pero tenemos que hacerlo rápido. Hay una gran oportunidad para que los líderes mundiales muestren su liderazgo moral en la COP16, en la COP29 y en la COP30. Sudáfrica acaba de celebrar elecciones. India acude hoy a las urnas. México acaba de elegir a su primera presidenta, una científica del clima. Tenemos gobiernos progresistas en Brasil y Colombia. Estamos en un momento único, en los próximos 12 a 24 meses, en el que los líderes mundiales pueden ponerse en pie y mostrar su liderazgo en la transformación de los sistemas alimentarios y reconocer que construir un futuro que funcione para la gente y para el planeta no solo es posible, sino que es imperativo. Animo a todos, a los ciudadanos, a la gente, a que pidan a sus líderes que se pongan en pie y lideren. Todos tenemos que estar juntos en esto.

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE
@CAICEDOUCROS | @ELTIEMPOVERDE