Y en medio de la guerra, Andrea Cisternino, un italiano que vive a 45 minutos de Kiev, y por lo tanto de los más difíciles para vivir por causa del conflicto, tomó la decisión de quedarse en su granja pese a la amenaza constante de resultar aún más afectado por estar en una región en guerra.
Y todo por cuidar de sus animales: vacas, ovejas, gallos, gallinas, perros, caballos, gansos, cabras, entre otros, a quienes atiende en su refugio tras recibirlos en grave estado de salud o vulnerabilidad.
“Aparte del bombardeo de esta mañana a las 5 y los sonidos de la artillería, hay silencio, se siente a lo lejos algún motor de avión y de algún helicóptero que pasan sobre el refugio. Con cada ruido, estamos atentos. Vivimos en la angustia, pero intentamos ser positivos”, escribió Cisternino en su cuenta de Facebook.
El italiano permanece en su refugio con gran determinación, y señala que no pretende salir del país, como lo ha hecho un gran número de ucranianos, quienes ahora son refugiados en países vecinos como Polonia.
“Ahora tengo que pensar en salvar un refugio y sus 400 huéspedes que merecen ser protegidos a toda costa”, señaló Cisternino.
Y agregó: “No abandono ni abandonaré a mis animales, moriré aquí con ellos. Esto es una locura. Costó demasiado trabajo construir este refugio. Ellos son parte de mi familia y aquí me quedo”.
Cisternino se desempeñaba como fotógrafo de modas antes de llegar a Ucrania tras casarse con su esposa, Vlada Shalutkojunto, con quien en el año 2012 fundó su refugio, a los pocos meses de publicar un libro sobre rescate de animales titulado ‘Perros callejeros: historias de hombres y animales’.
Su llegada al que fue en otro tiempo una república soviética se debió a la infame matanza de perros que sucedió en territorio ucraniano durante la Eurocopa. Por ello, tomó la decisión de quedarse para darle acogida a esos perros perseguidos.
Tras invertir todos sus ahorros y las ganancias obtenidas por su libro, el ‘Refugio Italia’ ya estaba en operación, y con el paso del tiempo empezó a recibir toda clase de animales, ya no solo perros.
“He oído hace 15 minutos un disparo de artillería caer lejos del refugio, pero el olor de la pólvora se siente perfectamente. Siento a lo lejos columnas militares que se desplazan y pasan aviones. Que Dios nos ayude y maldiga a quien ha decidido empezar todo esto”, dijo Cisternino en sus redes sociales durante los primeros días de la invasión rusa.
REDACCIÓN VIDA DE HOY