Cómo elegir las mejores sábanas para su cama y qué cuidados tener, le contamos

Conozca el tipo de sábanas que debería usar y cada cuánto lavarlas, para evitar bacterias y ácaros.

PERIODISTA15.03.2023 13:00 Actualizado: 15.03.2023 13:00

Comentar

Las sábanas determinan la forma en la que una persona puede descansar mientras duerme, es por esto que existen varios tipos de tendidos que se acomodan a las necesidades de cada individuo.

Basado en lo anterior, conozca los diferentes tipos de sábanas y sus características, de acuerdo a la información obtenida en la página de Rufino Díaz, tienda online que ofrece cosas para el hogar.

(Le puede interesar: Parque Sierra Nevada de Santa Marta: se amplía el área natural protegida).

Los resultados de dormir más en el fin de semana. Foto:iStock

- Sábanas de microfibra: perfectas para evitar los olores y las alegrías, además de ser resistentes y livianas.

- Sábanas de algodón: estas son las que la gente normalmente usa, además de tener un precio accesible, siendo aptas para regular las temperaturas del cuerpo que se presentan durante el descanso.

- Sábanas de lino: son adecuadas para evitar la propagación de las bacterias y son reductoras de humedad.

- Sábanas de bambú: aunque tienen una similitud frente a las sábanas de lino, estas ofrecen una especial suavidad con el fin de proteger a aquellas personas que tienen pieles sensibles.

- Sábanas de seda: tiende a ofrecer las mismas características de las anteriores solo que estas son hipoalergénicas.

- Sábanas de franela: estas sábanas son adecuadas para quienes se consideran muy friolentos, sin embargo, se recomienda lavarlas antes de usarlas por primera vez.

(Puede leer: Alerta en Gorgona: 650 pelícanos han muerto por gripe aviar: ¿qué está pasando?).

Ahora bien, las personas constantemente se hacen la pregunta sobre la frecuencia con las que se deberían lavar las sábanas y la respuesta es: “cada semana”, así lo hizo saber el medio ABC.

Además, agregó que cuando se está enfermo estas se deberían cambiar cada cuatro o dos días, con el objetivo que virus, bacterias y ácaros no puedan propagarse con facilidad.