Un fin de semana de otoño en 1932, cerca del lago Michigan, en Estados Unidos, un niño de doce años descendía rápidamente por una colina. Su objetivo era llegar a las vistosas carpas de un circo que había llegado recientemente al lugar. Una vez en su destino, el pequeño Ray Bradbury se encontró con el Sr. Eléctrico, uno de los artistas del espectáculo.
Sentado en una silla eléctrica, y después de que un ayudante bajó una gran palanca, el hombre recibió una descarga de cincuenta mil voltios de electricidad, momento en el cual su cabello se erizó de forma dramática. Sorprendentemente, el Sr. Eléctrico tomó su bastón electrizado, se levantó de la silla y se acercó a las personas de la primera fila, donde estaba el pequeño Ray, y colocándole suavemente el bastón sobre su cara, le susurró: “Vive para siempre”.
Gracias al Sr. Eléctrico, Ray conoció a todos los artistas del circo, incluyendo el hombre fuerte, los trapecistas, al enano, el hombre tatuado y el esqueleto, pero además, su vida cambiaría para siempre. A partir de esa experiencia comenzó a escribir, costumbre que no dejaría hasta su muerte a los 91 años, en los cuales fue autor de 27 novelas y más de 600 cuentos, que le dieron reconocimiento mundial como genio de la ciencia ficción.
Cuando se cumplen 102 años de su natalicio, la humanidad se enfrenta al reto de regresar a la Luna, lo cual Bradbury estaba anhelando desde 1972, cuando un ser humano puso por última vez sus pies sobre suelo lunar. “Por toda la raza humana hay que volver a la Luna y luego a Marte, tenemos que hacerlo”, era lo que siempre solía decir Bradbury cuando le preguntaban sobre la exploración espacial.
Mientras damos ese gran salto, los programas de exploración lunar avanzan por varios frentes. Tenemos esta semana dos misiones que comenzarán a estudiar el inexplorado polo sur del satélite natural terrestre, los proyectos Luna-25, de Roscosmos, y Chandrayaan-3, de la Organización de Investigación Espacial de la India (Isro). La India se convierte con esta misión en el cuarto país en posarse sobre la Luna, después de Rusia, Estados Unidos y China.
Adentrarse en el desconocido polo sur lunar con sondas capaces de recabar información y datos científicos sobre la composición mineral y presencia de agua en la Luna es un paso importante para el futuro de la exploración espacial, en un momento en el cual ya se están cocinando los planes para establecer una presencia permanente a casi 400.000 kilómetros de distancia de nuestro hogar.
Se espera que en esta década lograremos cumplir el anhelo de Bradbury de regresar con seres humanos a la Luna, pero el objetivo más ambicioso de llegar a Marte y colonizar el planeta rojo “para encontrar la inmortalidad de la raza humana” aún tendrá que esperar algunas décadas.
Quizás en el futuro, cuando lo logremos, podamos dar vida al anhelo del autor de Crónicas marcianas de que sus cenizas encuentren un eterno reposo en el planeta rojo.
De todas formas, tal como predijo el Sr. Eléctrico, Bradbury, fallecido en el 2012, continuará viviendo en la perpetuidad, arraigado en cada ser humano y en cada esfuerzo de exploración al que nos enfrentemos.
SANTIAGO VARGAS
Ph. D. en Astrofísica
Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional
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