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‘Mirar al cielo es un acto revolucionario’: Carlos Molina
El astrónomo colombiano es ahora el presidente de la Asociación de Planetarios de América del Sur.
Carlos Augusto Molina, coordinador del Planetario de Bogotá. Foto: Idartes
La Asociación de Planetarios de América del Sur (APAS) es una organización sin fines de lucro, creada a principios de la década del 70, que reúne a los planetarios de este lado del continente para promover entre ellos la cooperación y el intercambio interinstitucional.
A comienzos de este mes, Colombia se convirtió por primera vez en la sede del encuentro que cada año reúne a los de esta organización, un evento en el que en esta ocasión el astrónomo Carlos Molina, quien actualmente es el coordinador del Planetario de Bogotá, asumió como presidente de la APAS, una decisión que, según él mismo explica, fue tomada en virtud de la necesidad que tiene la asociación de crecer hacía el norte de la región.
“Siempre estuvo muy concentrada en el cono sur, en los planetarios brasileños y argentinos, pero no había propiamente dichos de Colombia hasta 2014”, explica Molina, quien ya cumple esta cerca de cumplir dos años al frente del Planetario de Bogotá, un periodo en el que este escenario del Idartes ha sufrido importantes transformaciones tecnológicas y ha trabajado por innovar en medio de los desafíos impuestos por la pandemia.
Sobre estos temas y su nuevo nombramiento habló este científico con EL TIEMPO, además de las próximos apuestas a las que le apuntará el planetario más antiguo del país de cara al 2022.
¿Qué significa haber sido elegido como presidente de la APAS?
En el momento en que se decidía la sede del encuentro el año pasado yo asumí como vicepresidente. A partir de la última asamblea (que tuvo sede en Colombia) me desempeño como presidente de la asociación. Esta decisión tuvo que ver con un trabajo que se ha realizado desde hace un tiempo dentro de la propia construcción de la organización, en términos de garantizar la continuidad de los procesos, de fortalecer la asociación y de hacer que crezca.
Esta elección es básicamente una apuesta por construir nuevos puentes en la región. Fue la primera vez que el encuentro se hizo en el norte de Suramérica, va a presentar esa posibilidad de traer esas nuevas formas y esos nuevos actores a la asociación.
¿Cómo está el panorama de los planetarios en América del Sur?
Ahora los planetarios tienen miradas que son más diversas: hablamos de astronomía pero podemos traer otras ciencias.
La región ha venido en los últimos años transformando sus planetarios. La mayoría de ellos, por lo menos los fijos, databan de los años 60 y 70 y a nivel tecnológico eso representaba que eran lugares muy visitados y muy irados, pero sus recursos estaban un poco limitados en lo visual.
Con la transición a lo digital ya se expanden esas posibilidades. Ahora los planetarios tienen miradas que son más diversas: hablamos de astronomía pero podemos traer otras ciencias, las ciencias de la Tierra, podemos hablar de ciencias biológicas y de otros asuntos.
Creo que en América del sur se está dando esa transformación, que obviamente cuesta mucho más porque las tecnologías digitales son muy costosas, pero que finalmente está haciéndese también a nuestra manera, un poco lento pero sobre todo con una mirada sobre la colaboración y el compartir contenidos.
Los nuevos equipos, además de permitir mejores colores, nuevas experiencias inmersivas, son más amigables con el medioambiente. Foto:EFE
El tema del encuentro de APAS era planetarios construyendo comunidades alrededor del conocimiento. ¿Cómo aporta a esto el Planetario de Bogotá?
Esa ha sido nuestra apuesta, que reconozcamos que la ciencia está en medio de nosotros y que muchas de las decisiones que tomamos cotidianamente pasan por nuestra comprensión del mundo.
Esto esta muy alineado incluso con los propósitos misionales del Idartes en este periodo. Creemos que no basta con tener una oferta de servicios sino que es necesario que las personas se agrupen alrededor de estos temas, que realmente puedan vivirlos y por eso hablamos de comunidades más que de públicos.
En ese sentido hemos desarrollado también una estrategia de territorialización importante, donde hemos reconocido que los maestros en las escuelas, los aficionados creando clubes de astronomía y las comunidades en general están interesadas y son permeadas de manera positiva por estas temáticas cuando las reconocen como parte de su vida cotidiana. Esa ha sido nuestra apuesta, que reconozcamos que la ciencia está en medio de nosotros y que muchas de las decisiones que tomamos cotidianamente pasan por nuestra comprensión del mundo.
¿Cuales fueron los resultados del encuentro de APAS de la semana pasada?
Lo primero es que existe una hermosa diversidad en las propuestas de los planetarios y existen también algunos desafíos comunes que claramente no son superados en un pensamiento endogámico sino en un pensamiento de inteligencia colectiva. Reconocemos que estas transformaciones tecnológicas también han ampliado los paradigmas que teníamos en el pasado. Recientemente estuvimos en una de las sesiones de un proyecto que hicimos con la Fundación Orquesta Sinfónica de Bogotá, que se llama Extravagancia Cósmica, y en ejemplos como este vemos que conjugar arte, ciencia y tecnología es un ingrediente fundamental para nuestros escenarios en la actualidad.
Después de casi dos años al frente del Planetario de Bogotá ¿qué balance hace?
La historia simpática es que llegué dos semanas antes del confinamiento en marzo de 2020. Creo que encontré un grupo de trabajo muy sólido, muy fortalecido, y eso hizo fácil esa transición a la virtualidad cuando tuvimos que hacerlo.
Es un grupo de trabajo que está muy abierto al aprendizaje. Hemos podido plantear iniciativas que no habían sido fáciles en otro momento. La renovación tecnológica ya se había intentado unas tres veces y lo logramos gracias al apoyo decidido del Idartes y de la istración municipal y nos metimos también en otra posibilidad, que era la de la renovación de nuestras salas interactivas. En este momento estamos en ese proceso muy avanzado de diseño que nos tiene incluso participando por regalías a nivel nacional para la financiación de esto.
Creo que nos ha permitido también fortalecernos como agentes del Sistema Nacional de Ciencias, replantear las formas en que los museos pueden interactuar con las personas, tanto en lo presencial como en lo virtual, y nos ha permitido tener una proyección también a nivel nacional e internacional y un liderazgo con nuestras instituciones hermanas.
¿Por qué es importante seguir interesándonos por la ciencia y continuar mirando al cielo?
Creo que nos da conciencia sobre nuestra propia existencia, nos dice cómo podemos tener un pensamiento crítico. La ciencia por sí sola no es una cosa que sea independiente de los contextos de la humanidad, es una producción humana y cuando hablamos de ciencia de lo que hablamos es de una cierta forma de pensar que está atravesada por el pensamiento critico.
Creo que la forma de pensar que nos da la ciencia es incluso un valor democrático. Siempre he pensado que mirar al cielo es un acto revolucionario, en un mundo que siempre nos tiene como con la cabeza agachada y que no nos permite mirar al otro a los ojos, cuando levantamos la mirada y la levantamos al cielo nos reconocemos en comunidad. Ese es uno de los elementos que la astronomía nos regala, nos damos cuenta que somos seres humanos que vivimos en sociedades esencialmente atravesadas por eso de la comunidad.
¿Qué proyectos vienen para el planetario?
Para el próximo año tendremos la inauguración de las salas interactivas del Planetario de Bogotá.
Le estamos apostando fuertemente al tema de territorialización. Queremos establecer en las localidades grupos de trabajo tanto a nivel de educación como a nivel del disfrute. Nuestros profesionales de linea el próximo año estarán mucho más presentes en las localidades, en centros culturales, en los Crea, en los lugares del programa Nidos, para fortalecer esa identidad.
Algo que finalmente redundará en que la gente conozca la oferta del planetario y en que se gesten grupos en los territorios, que la gente comience a hablar de estos intereses que tienen en común y que podamos crecer hacia una vía de una red que esté hablando de ciencia ciudadana, ese es el paradigma que nos espera.
Además, para el próximo año tendremos la inauguración de las salas interactivas del Planetario de Bogotá.