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Ataque del Eln en el Catatumbo: un golpe para la poderosa Dirección de Inteligencia presidencial

En 2 años y medio ha tenido 3 jefes –exmilitantes del M-19–, y varios líos. ¿Qué pasó en este caso?

Manuel Casanova, el presidente Gustavo Petro con Carlos Ramón González; Abajo, Jorge Lemus y la cúpula del Eln. Foto: EL TIEMPO/ Archivo Particular

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Unidad Investigativa

23.01.2025 19:09 Actualizado: 23.01.2025 23:00

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Varios sectores del país miraron hacia el Ejército e incluso a la Policía cuando el presidente Gustavo Petro puso sobre la mesa por qué nadie se dio cuenta de que decenas de guerrilleros del Eln salieron de Arauca hacia el Catatumbo para asesinar a de las disidencias de las Farc y a civiles.

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Tal como lo reveló EL TIEMPO y luego lo corroboraron informes de inteligencia, se tiene información de que al menos 80 guerrilleros (colombianos y venezolanos) se movieron desde Arauquita con armas y explosivos, cruzaron por poblaciones del país vecino y llegaron a la zona dejando cerca de un centenar de cadáveres en casas y vías y más de 40.000 desplazados.

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El video de hace 45 días

ELN herido — Efectivos del Ejército atendiendo a un herido en medio de la escalada de violencia en el Catatumbo por cuenta del Eln. Foto:Archivo particular

Y aunque el mandatario no ha hecho señalamientos, dentro del propio Gobierno ya se empezaron a preguntar qué pasa en la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), la entidad que, según la ley, debe desarrollar actividades de inteligencia estratégica y contrainteligencia para prevenir y contrarrestar amenazas internas o externas.

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“La DNI no solo tiene su propio personal y le han intentado gestionar en el Congreso mayores poderes, sino que, además, tiene a informes de inteligencia del Ejército, la Policía, la Armada y la FAC”, señaló un oficial que permanece en una de las zonas de conflicto donde hacen presencia el Eln, el ‘clan del Golfo’ y las disidencias.

Efectivos ELN — Estos son algunos combatientes del Eln. Foto:Archivo particular

El uniformado se refiere a un par de decretos que han ampliado los roles de la DNI en esta istración y a un proyecto de ley presentado al Senado el pasado 4 de septiembre en el que el Pacto Histórico introduce cambios en el manejo de la inteligencia y de la contrainteligencia.

Sobre el Catatumbo, un funcionario de la DNI durante el primer año del gobierno Petro le dijo a EL TIEMPO que “es imposible que digan que no hubo información sobre lo que iba a suceder”.

“Desde hace un mes hubo mensajes de lo que pasaría y debió llegar a través del sistema Open-source Intelligence (OSINT) que recolecta información sobre lo que se sube a la Dark Web, Deep web y redes sociales”, dijo.

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Según explicó, ese sistema es monitoreado y analizado todos los días por equipos especializados (personal humano) de la DNI.

“A través de ese medio debió llegar un banderazo de lo que iba a suceder. Hay un video que data de aproximadamente 45 días en el que se ve a hombres del Eln y del frente 33 de las disidencias bajarse de una camioneta en una carretera y decir que se van a enfrentar por territorio y que la población civil quedaría en el centro de esos combates”.

Tres directores, uno investigado

Este es Carlos Ramón González, excabeza de la Dirección Nacional de Inteligencia. Foto:Archivo particular

La misma fuente explicó que si bien ese tipo de información llega a mandos medios, la trasladan a superiores y de ahí se escala al Presidente: “Ahí debió estar el problema. Tal vez hubo un error en la cadena y la información no se escaló a tiempo, malinterpretando el contexto de la ‘paz total’”.

Pero en la llamada ‘comunidad de inteligencia’ tienen otra explicación.

“La DNI lleva tres directores en dos años largos y varios retiros en medio de señalamientos. Es claro que no se ha podido consolidar un equipo que tienda puentes y confianza con las otras fuerzas de inteligencia”, explicó un oficial.

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Y agregó que tampoco vieron el caso de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), que le estalló al gobierno Petro en las manos, ni el tema del software espía Pegasus.

Los líos internos

Manuel Alberto Casanova Guzmán, primera cabeza de la Dirección Nacional de Inteligencia del gobierno Petro. Foto:Archivo particular

EL TIEMPO reveló en junio del año pasado que la entidad ha venido sufriendo una silenciosa purga sin que nadie explique algunos retiros.

Manuel Casanova Guzmán, exmilitante de la guerrilla del M-19, fue el primer jefe la entidad, pero salió seis meses después. Tras manejar por varios meses un negocio particular de café, Casanova fue ubicado en una embajada.

Su retiro estuvo acompañado de rumores de que había participado en una fracasada investigación sobre una supuesta extorsión que le estaban haciendo al entonces canciller Álvaro Leyva por el escándalo de los pasaportes.

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En ese momento, EL TIEMPO informó que también salieron de la DNI Edwin Chavarro, director de Inteligencia y Contrainteligencia; Consuelo Ramos, secretaria general, y Urías Trujillo, director de operaciones.

A Casanova lo reemplazó Carlos Ramón González, otro ex-M-19. Él venía de ocupar el Dapre y terminó renunciando por cuenta del escándalo por el saqueo a la UNGRD. De hecho, su suerte judicial aún está por definirse.

La salida de Ospina

El reemplazo de González fue Jorge Lemus, otro ex-M-19. Con su llegada se creyó que la DNI se iba a estabilizar.

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Pero EL TIEMPO reveló que hubo otra purga en la que salió, en noviembre de 2024, Mauricio Ospina, director de Inteligencia y Contrainteligencia.

Mauricio Ospina Gómez, exdirector de Inteligencia y Contrainteligencia. Foto:Archivo particular

Y este alcanzó a dar algunas puntadas de lo que sucede adentro: “Yo necesitaba respuesta sobre unos temas y no recibí instrucciones del director Lemus. Entonces, acudí a consultárselo al presidente Petro y el director pensó que estaba conspirando para quedarme con su puesto”.

(Consulte acá todos los artículos de la Unidad Investigativa de EL TIEMPO)

En medio de ese pulso de poderes, aún nadie de la DNI ha salido a dar declaraciones sobre lo que está pasando en el Catatumbo y al otro lado de la frontera con la feroz guerrilla del Eln.

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