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Noticia
¿Cuál es liderazgo que el país necesita en estos momentos?
Líderes empresariales escucharon revelaciones de un estudio en torno a las alternativas de liderazgo
Felipe Bayón (al fondo a la derecha), hizo la presentación de las tres expositoras y condujo el diálogo entre los líderes empresariales y las mujeres invitadas. Foto: Mauricio Moreno / CEET
Tres mujeres, tres expertas en temas de liderazgo, tres reconocidas ejecutoras de proyectos fueron las protagonistas del cuarto encuentro del ciclo ‘Líderes y empresas que construyen país’, convocado por la Casa Editorial EL TIEMPO con un solo objetivo: pensar alternativas para el futuro de Colombia.
La primera expositora fue Rosita Manrique, presidenta de la red de liderazgo Origen, organización que ha formado a cerca de 4.000 líderes, especialmente empresariales y sociales, durante sus 15 años de existencia. Fue invitada a presentar su visión de hacia dónde va el liderazgo en Colombia con base en los datos que arrojan los estudios.
La segunda fue María José Rubio, directora del proyecto Compromiso Bogotá, un ejercicio de nuevo liderazgo que se basa en crear confianza y genera cocreaciones para mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de transformación de las comunidades menos favorecidas. Está inspirado en el modelo de Compromiso Valle, surgido tras el paro que azotó a Cali en 2021, y actualmente desarrolla un piloto en la localidad de Suba.
Y la tercera fue Paula Moreno, exministra de Cultura, quién después de su experiencia en el alto gobierno decidió crear una organización que trabajara por la visibilización de 10 millones de colombianos, la población afrodescendiente del país. Manos Visibles a través de sus diferentes programas ha logrado impactar a 27.000 personas, que hoy están participando en diferentes espacios, haciendo cada día más fuertes el poder y la influencia de la afrodescendencia en Colombia.
Los empresarios asistentes a este cuarto encuentro quedaron muy impactados con las tres exposiciones. “Son ejemplos que nos muestran que hay salidas gracias al trabajo de las personas que nos han acompañado”, dijo Ricardo Ávila, el analista senior de EL TIEMPO, e impulsor de este diálogo junto a Felipe Bayón, expresidente de Ecopetrol, miembro de diversas juntas directivas y experto en temas de energía.
“En la medida en que el contexto se ha vuelto más complicado a nivel nacional y a nivel internacional, se ha hecho más valioso conocer qué puede marcar el rumbo en materia de liderazgos”, destacó Bayón.
Los líderes empresariales que participaron de esta mesa, algunos de manera presencial y otros virtualmente, fueron: Patricia Field, directora general de Novo Nordisk Colombia; Juan Rafael Pérez, CEO del banco de inversión BTG Pactual; Iván Trujillo, CEO del grupo Trinity; Santiago Álvarez, director ejecutivo Latam en Colombia; Natalia Gutiérrez, presidenta ejecutiva de Acolgen; Luis Carlos Arango, director general de la caja de compensación Colsubsidio, y Carlos Mauricio Vásquez, director general de Compensar.
Complementan el grupo que ha participado en el ciclo Juan Carlos Mora, presidente de Bancolombia; Jabar Singh, presidente y CEO de Scotiabank Colpatria; Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá; Felipe Gutiérrez, gerente general de la aerolínea Clic, y Ana Milena López Rocha, presidenta de Corficolombiana.
'Colombia está esperando que el sector privado de un paso al frente, sin pena’
Rosita Manrique, presidenta ejecutiva de la red de liderazgo Origen Foto:Archivo Particular
Rosita Manrique dirige Origen, una organización que tiene cuatro propósitos: identificar, fortalecer, conectar y visibilizar líderes positivos que impacten a sus entornos.
En 15 años, ha creado un comunidad diversa y representativa de 4.000 personas que están liderando proceso de cambio. Todos han pasado por programas largos y profundos de formación.
La mayoría son emprendedores, empresarios y directivos y, también un número significativo son líderes sociales y comunitarios, emprendedores sociales y líderes políticos.
Pero Origen no solo busca formar líderes sino ser un punto de encuentro de la diversidad del país, explicó Manrique ante la mesa de líderes que la convocó. “En un mismo programa encontramos vicepresidentes de empresas con líderes indígenas, con desmovilizados, con primera línea. Así es cómo realmente podemos generar espacios en los que de la diversidad podamos generar valor”.
Con motivo de sus 15 años, Origen se lanzó a hacer, con otros aliados, el primer estudio del estado del liderazgo en el país. Será presentado en noviembre, pero Manrique adelantó algunos hallazgos en la reunión, al centrar su exposición en responder tres preguntas fundamentales: quiénes van a liderar los cambios que el país necesita, cuál es ese liderazgo que necesitamos, cuáles son las palancas que habilitan ese liderazgo.
Datos reveladores
Es profundamente preocupante que en un país no haya historias de liderazgo político que valga la pena contar. Pero hay un 95% de historias maravillosas en cada esquina”.
El estudio tiene varios capítulos y uno de ellos es el monitoreo de redes. Y una de las primeras cosas que sorprendió a Manrique de los primeros ejercicios de análisis fue ver las palabras “liderazgo” y “liderar” están asociadas a la palabra “asco”, seguramente por los escándalos políticos del momento. “Casi me deprimo, pero luego llegó la Copa América, y la conversación cambio”.
Pero también encontró un contraste interesante en otra parte del estudio hecho con base en una metodología de una firma estadounidense liderada por una colombiana y que involucra a 1.600 personas, a las cuales se les pidió, entre otras cosas, identificar algo que vio en sí mismo o en otra persona y que de alguna forma representara un liderazgo que genera cambios.
Les sorprendió que el 93% de las historias fueron positivas, y que el 41% escogiera historias propias. También que el 22% fueran historias del sector privado, seguidas por historias del mundo social y de la comunidad propia. Menos del 5% provenían de la política.
“Claro, es profundamente preocupante que en un país no haya historias de liderazgo político que valga la pena contar. Pero hay un 95% de historias maravillosas en cada esquina”.
A la pregunta ¿usted cree que necesitamos que alguien mande un líder para que las cosas sucedan? O ¿tenemos motivación propia y podemos lograr lo que nos proponemos?, la inmensa mayoría dijo: tenemos motivación propia y podemos lograr lo que nos proponemos. “Lo que encontramos es un país profundamente empoderado, pese a la magnitud de sus retos y de sus desafíos. Es claramente un país resiliente”.
Al referirse a la pregunta sobre el liderazgo que necesitamos, Manrique trajo a colación un estudio del 2022, publicado en estas páginas y basado en priorizar atributos de los candidatos presidenciales, que dejó como conclusión que los colombianos más bien buscábamos un liderazgo personalista, autócrata y paternalista.
Manrique destacó, que aunque el estudio en marcha no está enfocado en lo político sino en el liderazgo en general, empiezan a aparecer otros indicadores de lo que la gente quiere ver en los líderes. Buscan inspiración y visión, pero también empatía, diálogo y negociación.
“Lo que las personas esperan de sus líderes es sentirse incluidos y escuchados. Y definitivamente necesitamos un liderazgo efectivo: el hombre o la mujer que haga que las cosas sucedan”.
¿Cuáles son esas palancas que habilitan el liderazgo colectivo? “Definitivamente, la primera tiene que ver con la confianza. Solamente dos de cada diez personas confían en el otro, y, además, solamente tres de cada diez confían en su gobierno. Pues en un país en el que todos desconfiamos de todos, realmente es imposible construir colectivamente”.
Rosita Manrique dejó esta reflexión antes de terminar su exposición ante la mesa de líderes empresariales: “Si tenemos una crisis de liderazgo, hay una maravillosa oportunidad para liderar. Colombia está esperando que el sector privado dé un paso al frente, sin pena. Espera que asuma ante ese vacío de liderazgo que se siente. Los empresarios y las empresas tienen mensajes contundentes que están en su ADN, que buscan construir futuro y a largo plazo, no para los próximos cuatro años”.
Compromiso Bogotá propone un modelo de confianza y colaboración
El trabajo que nosotros estamos desarrollando no se trata de donaciones o de asistencialismo, sino de colaborar y cocrear oportunidades para la comunidad”.
A raíz del paro nacional que estremeció a Cali con su virulencia en el 2021 y la dejó dividida, los empresarios del Valle del Cauca lanzaron una iniciativa para generar un diálogo franco con quienes protestaban, acercarse a los líderes de las comunidades, crear un clima de confianza tratando de entender al otro y, a partir de allí, iniciar un trabajo conjunto con el propósito de encontrar oportunidades de transformación social y dejar atrás la narrativa imperante de división y enfrentamiento.
A esa iniciativa —liderada por ProPacífico— la bautizaron Compromiso Valle y hoy actúa no solamente en Cali sino en varios municipios de ese departamento.
Ese exitoso modelo del Valle del Cauca fue acogido y ha inspirado a empresarios, gremios y organizaciones sociales de la capital del país, que desde hace dos años empezaron a darle forma a Compromiso Bogotá.
María José Rubio, directora de Compromiso Bogotá Región. Foto:CEET
En el proceso han tenido la orientación de Compromiso Valle, pero el objetivo es desarrollar un trabajo que responda a las realidades propias no solo de la capital sino de la región.
La iniciativa se creó sobre tres ‘para-qués’. El primero, “para generar tejido social entre los empresarios y la comunidad, en lo cual la palabra clave ha sido confianza”.
También se ideó para “potenciar la capacidad de logro de la generación de oportunidades”, de tal manera que con datos, mapeos y profundización del conocimiento de las comunidades, se pueda hacer más y tener más impacto, incluso con los mismos recursos. El tercer ‘para que’ es neutralizar la polarización.
“Esto no se trata de donaciones o de asistencialismo”, dice María José Rubio, directora ejecutiva de Compromiso Bogotá. El propósito concreto es “conformar un escenario de colaboración orientado a cocrear oportunidades para las problemáticas de la gente con menores ingresos”. En otros términos, demostrar que “con la unión se multiplica el impacto colectivo”. Las palabras confianza, colaboración, corresponsabilidad, soluciones sostenibles, transparencia y liderazgo colectivo están en la lista de valores.
Piloto en Suba
En este momento se está desarrollando en la localidad de Suba un piloto, que empezó con un grupo de 40 líderes sociales y ya ha logrado ampliarse, solo con el voz a voz, a un centenar, paralelamente los aliados del proyecto también han ido creciendo. Incluso ha incorporado aliados internacionales. La directora ejecutiva, se conectó con la mesa de líderes empresariales, convocada por Casa Editorial EL TIEMPO, desde Nueva York, donde precisamente había concretado el apoyo de la multinacional financiera Morgan Stanley.
El trabajo en Suba comenzó hace tres meses con el taller ‘Préstame tus gafas’, de la red de liderazgo Origen, que se encargará de todo lo relacionado con este aspecto, que es foco principal de la iniciativa. “El liderazgo es la palanca. Si un líder que hoy impacta a 40 personas pasa a impactar a 400, será un gran terreno ganado”.
El trabajo en liderazgo estará acompañado por otro de generación de ingresos, orientado a la empleabilidad y el emprendimiento. Un gran generador de primeros empleos está sumándose a la iniciativa. La idea es trabajar en cerrar brechas que impiden el a una oportunidad laboral. “A veces alguien no consigue un empleo porque le falta un papel, tiene un tatuaje o vive en una zona violenta”, anotó Rubio. Por otro lado, las conexiones que tenga un empresario le pueden abrir oportunidades a los productos de un emprendedor.
Otro tema identificado como de importancia, especialmente después de la pandemia, es la salud mental, y la idea de Compromiso Bogotá es trabajar en ello con grupos de apoyo. Ya tiene un mapa de 40. También buscará alianzas en el área de cultura arte y deporte, dado que dinamiza fuertemente a las comunidades. “Otras experiencias han demostrado que la música, especialmente, es un gran movilizador”, dice Rubio. Hoy están en la tarea de concretar a artistas con cierta trayectoria para integrarlos en el trabajo colaborativo.
En su exposición, Rubio mostró que en el poco tiempo que lleva desarrollándose la experiencia piloto, Compromiso Bogotá ya ha conseguido resultados concretos que benefician a la comunidad. Uno es el de la fundación Zafir, liderada por Yamile Castrillón que atendía, en un corredor, a 40 niños de recicladores y hoy lo hace con 80 en una sala más amplia. La iniciativa está apoyándola para crecer aún más en impacto. Otro es las alianzas que surgen entre varias iniciativas de la comunidad, como la del Centro de Educación Popular Chipacuy y Código Pad, de Medellín, para pintar un mural en la comuna 13 de esta ciudad. También el trabajo que se está haciendo para dotar de agua en condiciones adecuadas de precio a una huerta urbana y el que se ha iniciado para buscar empleos para más de un centenar de firmantes de los acuerdos de paz.
En los próximos meses se ampliará la vinculación de empresas y fundaciones que quieran sumarse a la iniciativa. Durante el 2025 se desarrollará la cuarta fase del proceso, que incluye escalar la propuesta a otras localidades. En 2026 debe llegarse a la masa crítica de líderes impactando a las comunidades y producirse el cambio de narrativa buscado.
Manos Visibles: 15 años de lucha por los 10 millones de colombianos afro dan frutos
Colombia es un país que se acostumbró a desarrollar cosas en casi todos los ámbitos, sin contar con una parte importante de la población”.
Para Paula Moreno, lo primero es liderarse a uno mismo y saber cuál es el legado que quiere dejar. Por eso, después de ser Ministra de Cultura en el gobierno de Uribe, no aceptó quedarse con el presidente Santos y se concentró en sacar adelante la Corporación Manos Visibles.
Esta es un organización que trabaja desde hace 15 años por cambiar en muchos aspectos la historia de la población afrodescendiente en Colombia. “Es muy triste que siendo nosotros 10 millones de personas, que compran, votan y aportan en la definición del futuro del país, fuera yo la única visible en ese momento. Eso muestra el nivel de invisibilidad que tenemos”.
Moreno recuerda que cuando estaba en el Gobierno Nacional e iba a algún lugar de país, solían preguntarle: “Usted es ministra, ¿pero de que país, de África?” Dice que esa es la misma Colombia que celebra en el estadio con una selección mayoritariamente de negros, pero le parece normal no ver muchos en espacios diferentes a los deportivos, por ejemplo. “Este es un país que se acostumbró a desarrollar cosas en casi todos los ámbitos, sin contar con una parte de la población”.
Paula Moreno, exministra y presidenta de la Corporación Manos Visibles Foto:Archivo particular
En la organización que dirige creen que no puede haber equidad sin diversidad y por eso le han apostado a crear una red de liderazgos y organizaciones de vanguardia que construyan un futuro con equidad racial y territorial.
Manos visibles está en el Pacífico, el Caribe, la Amazonía, en diversas regiones. “Hemos trabajado en las dos orillas, porque creemos que no es sólo trabajar con los líderes del Pacífico, sino que el problema también está en los liderazgos de Bogotá y en las élites cerradas”.
La exministra les compartió a los empresarios un video en el que su amigo el profesor británico y colombianista Malcolm Deas, ya fallecido, dice: “Desde arriba, desde Bogotá, hay mucha gente y mucha institución del gobierno que todavía no conoce plenamente, humanamente, el país”.
Contra esa negación, desde Manos Visibles ha planteado un liderazgo de autoinclusión, “Este fue un concepto de nuestros primeros 10 años y era básicamente decir ‘así usted me vea o no me vea, yo me incluyo’. Yo no estoy esperando que usted me abra la puerta, yo lo hago”.
Y la segunda apuesta fue por un liderazgo de vanguardia, “Decimos que hay otras maneras, hay otras formas, porque como dijo Albert Einstein, ‘si seguimos haciendo lo mismo, pues vamos a tener el mismo resultado’".
Han hecho un gran esfuerzo por fortalecer las capacidades de sus líderes con formación de alto nivel. Se trata de “una transformación individual y comunitaria que fortalece referentes, pero buscando transformaciones sistémicas de conciencia, acción y crecimiento”, se leía en la presentación audiovisual de la exministra.
Un ejemplo de esa transformación que han logrado, expuso, es la Universidad Icesi, de Cali, donde hay muchos profesores, directores de programas y estudiantes negros. Un tercio es gente del Pacífico.
“Porque no se trata solamente dar unas becas a alguien, sino también decidir tú como institución, en qué vas a cambiar”, enfatiza la exministra.
En 15 años, Manos Visibles ha desarrollado más de 50 programas. En la primera década, priorizaron la formación en gobierno que becó 1.000 líderes, que han ocupado diferentes cargos. Para la segunda escogieron darles más peso a educación, cultura y empoderamiento.
Moreno resaltó que el 92% de los recursos económicos que le ha permitido a la corporación desarrollar sus planes han venido de la cooperación internacional. “Las empresas colombianas han invertido poco y los grandes aportantes locales han sido las universidades privadas”.
Manos Visibles ha trabajado con 27.000 personas en estos 15 años. Hoy están en diferentes espacios en el país, desde cargos en el Estado hasta en la escuela de Robótica del Chocó. Solo en el Gobierno Nacional hay más de 150 personas que han pasado por los programas de la corporación.
También algunos de esos talentos trabajan y estudian en el exterior porque su formación les ha permitido acceder a becas. Se han entregado becas para maestrías a más de 400 profesionales étnicos en el país en universidades como Los Andes, Icesi y Eafit.
Los líderes de Manos Visibles también preparan a más líderes. “Mucho de nuestro trabajo esta enfocado en niños y en eso están comprometidas más de 500 organizaciones que hemos ayudado a crear”.
Esta labor garantiza una nueva transformación generacional de una parte de la población colombiana que en los próximos años adquirirá cada vez más peso demográfico. “Muchos de nuestros niños y los que van a nacer están en el Pacífico”.
El balance de Paula Moreno es que si bien aún les falta camino en la búsqueda de sus objetivos y que hay cosas para mejorar en Manos Visibles, han avanzado de manera sustancial, gracias al poder de los microcambios sumados, y que es muy difícil que el país genere un retroceso.