Lo más importante son las personas. Todo lo que he logrado en mis 32 años de carrera ha sido gracias a la gente”. Esa es la clave del éxito para liderar equipos en tiempos de innovación según Jorge Silva Luján, quien fue director general de
Microsoft en México y Colombia durante 16 años, y en 2017 recibió el reconocimiento como 'The Most Trusted CEO' (CEO más confiable) de Great Place to Work en México.
Según el experto –consultor empresarial y dedicado a formar líderes–, no queda duda de que la transformación digital es inevitable.
El ejecutivo, que visitó Colombia durante el Héroes Fest 2018, efectuado en Cali el 10 y el 11 de octubre, cree que la industria ha llegado a un punto en el que hay que pensar cómo lograr trabajar estratégicamente la digitalización en momentos en que las corbatas, las oficinas y hasta los carros podrían quedarse obsoletos.
¿Cómo liderar en tiempos de transformación digital?
Es un tema muy profundo. El mundo en el que una sola persona podía ser exitosa se acabó. El emprendimiento nos demuestra lo importante que es saber colaborar. El concepto de que existe un solo líder no es verdadero. El liderazgo puede surgir en todas las personas, bien sea situacional porque está en determinado momento, durante una crisis o en determinada área.
El primer paso es entender que posiciones como gerente general o director deben ganarse el título a través del reconocimiento de su gente. Esa es una posición de servicio.
Deben asegurarse de proveer las herramientas y condiciones necesarias para que las personas realicen su trabajo. Una de las claves es empoderar a la gente. Nadie sabe mejor sobre su tarea que la persona que lo realiza; a cuatro niveles jerárquicos de distancia, no soy la persona para decirle cómo debe hacerlo, puedo ver, aprender, entender y mejorar lo que se hace.
Los seres humanos tenemos tres motores para viajar en la vida. El primero es el miedo, que funciona como un mecanismo de defensa. El segundo, la inercia, todas las actividades que van en piloto automático y hacen parte de las rutinas que se necesitan para tener las cosas bajo control, pero no debe ser el único en funcionamiento porque no crecemos y no aprendemos del fracaso. El tercer motor es la pasión. Ahí lo que haces deja de ser trabajo, se convierte en una serie de acciones que te tienen motivado al punto de que casi no te das cuenta de que estás trabajando.
Una de las claves es empoderar a la gente. Nadie sabe mejor sobre su tarea que la persona que lo realiza
Cuando hablamos de liderazgo hablamos de una persona que sepa explicar la misión de una compañía, que debe generar energía para catalizar esa vivencia de la misión. Es un error istrar el tiempo y no la energía de las personas. Dar energía, claridad y asegurar los resultados.
¿Qué va a cambiar con esa transformación?
Todo el mundo habla de transformación digital e
innovación, pero no sé si la gente ha hecho un ‘doble o triple’ clic frente a las implicaciones de la automatización y lo que tenemos que avanzar para mantenernos vigentes.
Hay que cambiar la educación y fomentar el emprendimiento. Es importante hacer el cambio no solo para crear nuevos trabajos y formas de trabajar, sino porque viene una guerra de talento, pues los trabajadores que necesitamos no están disponibles.
Esto es una paradoja, cada vez somos más dependientes de las plataformas digitales que estamos creando, pero no tenemos personas que puedan sostener esos sistemas. La industria de la tecnología requiere nuevos perfiles, es un sector de pleno empleo.
¿Qué hay que cambiar entonces?
Hablamos de un cambio en las competencias, una transformación que va a ocurrir rápido y de forma constante. Creo que van a surgir algo que yo llamo ‘competencias lego’, que se arman y desarman según lo que se requiera.
Por ejemplo, para presentarme a un trabajo consigo las competencias que me hacen falta; debe existir, claro, un ente certificador de esas competencias. Según lo que necesite quito o pongo las necesarias para postularme a un puesto.
Pero, por otro lado, los jóvenes, que quieren dinámicas de trabajo diferentes, van a tener que gestionarse su propio empleo. Con el aumento de la expectativa de vida y la baja en la cantidad de nacimientos, los jóvenes tienen la obligación de asegurar también su retiro y ahorrar desde ahora. Para lograr movernos rápidamente como sociedad, una pata de la mesa es la educación. Pero esa es una dimensión lenta y hay poco compromiso de largo alcance. La otra es el emprendimiento, que es veloz.
Según el Foro Económico Mundial, para 2025 podrían eliminarse 75 millones de empleos. ¿Cree que las ganancias de la automatización deberían invertirse en los empleados?
Soy un convencido de la responsabilidad social empresarial, pero no creo en el asistencialismo. Este problema del empleo es tanto del individuo que se queda sin trabajo como de la sociedad que se queda sin trabajadores.
Sí hay responsabilidad, aunque no es exclusiva de la empresa privada. Resulta siendo un problema para los negocios si hay 1.500 personas sin empleo y yo necesito 2.000 en cargos nuevos. Se convierte en mi necesidad. Vamos a ver empresas pensando ‘¿cómo apoyo a esa gente?, ¿cómo la reeduco?’.
Puede venir una transición de sufrimiento, porque no estamos preparados para esto, pero no creo tampoco que la tecnología llegue totalmente a ser nuestro reemplazo. La intención no puede ni debe ser filosóficamente esa.
La tecnología debe ayudarnos a resolver el lado más operativo de nuestras labores, debe ayudarnos a tomar decisiones, pero, a fin de cuentas, el que toma la decisión debe ser uno.
Esto también es una responsabilidad de los s. Ojalá yo hubiera tenido a los cursos en línea de Harvard o del MIT. El mensaje es este: deben garantizar ser empleables de por vida.
Empleables de por vida... ¿Esto significa que siempre estaremos en función de trabajar? ¿Las fronteras entre la vida personal y la laboral se van a borrar?
Cambiemos el ‘empleables’ por ser útiles de por vida. Existe algo que cada vez vamos a ver cada vez más, y es la convergencia de los roles.
Antes trabajaba en la oficina desde una hora de ingreso hasta una hora de salida definida y luego era papá, cuando podía dedicar 100 por ciento de un tiempo a mis dos hijas. Si estaba haciendo mi especialización, salía a la clase y estaba toda una hora solo estudiando. Así sucesivamente con el tiempo en pareja o con otras actividades como el deporte. Hoy en día tenemos una convergencia mayoritaria en todo lugar.
Creo que hay que simplificar los estilos de vida y utilizar todas las herramientas que están al alcance para poder lograr la felicidad.
No hay un solo minuto en el que no conecte cosas. Esta es mi vida. Puedo estar en mi casa descansando un sábado, tomando un café y leyendo un periódico. Al hacerlo termino trabajando, encuentro en tres artículos una tendencia del mercado, un potencial cliente, una oportunidad o un riesgo. O puedo salir al cine y ver algo en la película que despierta mi curiosidad. Tomo notas. Es algo que hago naturalmente y no es una obsesión. Es un estilo convergente de disfrutar la vida.
Cinco cosas que están por volverse obsoletas
- El teléfono fijo. En las casas ahora es un adorno. Las personas o no lo tienen o no lo usan”.
- “El transporte tal como lo conocemos. No creo que dejen de existir los carros, pero seguro se van a transformar”.
- “La corbata se va a volver muy obsoleta. Hasta en los ambientes más conservadores se ha reducido su uso. Es un mensaje de fondo que habla del cambio en la cultura organizacional de esta industria”.
- "La oficina tradicional. Si bien existirán espacios de trabajo, cada vez necesitamos más superficie. La gente quiere moverse, viajar, salir a buscar clientes o estar en su casa. Quieren trabajar diferente”.
- “Las aulas verticales. Y ojalá se acaben rápido. La educación tradicional y magistral tiene que transformarse con prontitud”.
LINDA PATIÑO