Cada vez es más común que hablemos con nuestros dispositivos. Le preguntemos a Siri por el clima, le pedimos que configure una alarma o que llame a uno de nuestros os. El proceso es rápido y, sin duda, nos facilita la vida.
Sin embargo, sobre el uso de los asistentes digitales han surgido muchos cuestionamientos. La posibilidad de que escuchen nuestras conversaciones y que tengan a todos los datos son algunos de los temas que se han puesto sobre la mesa.
Ahora, un grupo de académicos de la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos, ha publicado una investigación que revela un riesgo que hasta el momento era desconocido: los asistentes virtuales como Siri, Alexa y Google Assistant pueden detectar mensajes sonoros ocultos que son imperceptibles para el oído humano pero que se pueden convertir en instrucciones.
De acuerdo con un informe publicado por The New York Times, a través de estos comandos ocultos es posible activar en secreto los sistemas de inteligencia artificial en teléfonos y altavoces inteligentes para, por ejemplo, lograr marcar números de teléfono, visitar sitios web e incluso realizar alguna compra sin autorización.
Los investigadores insertaron comandos en grabaciones de música o texto hablado, que los altavoces podrían estar recibiendo como una instrucción. Así lograron armar determinadas frecuencias que después de varias pruebas eran interpretadas como comandos.
Cecilia Pastorino, especialista del laboratorio de investigación de Eset, explica que la mayoría de los asistentes inteligentes "modulan la frecuencia de la voz para ir interpretando palabras y traducirlas a comandos, que se convierten en 0 y 1. Hay distintas frecuencias que son audibles para el odio humano y hay otras que no, pero la maquina al poder escuchar todo el espectro de frecuencias sí puede identificarlas”, dice.
La experta asegura que por vulnerabilidades en el sistema o por errores en la programación, los asistentes tienen la opción de interpretar como comandos.
esas diferencias de frecuencias, que no son audibles para el ser humano.
“A veces no se limita el tipo de comandos que pueden identificar y al escuchar todas esas frecuencias empiezan a identificarlas. Muchas veces esos sonidos para la maquina se parecen a lo que diría una persona y lo entienden como un comando”, agrega.
Pastorino explica que además para poder analizar la voz los asistentes digitales acuden a técnicas de inteligencia artificial y se basan en un margen de error previamente establecido.
“No todas las personas hablan igual así que ese margen hace que también puedan escuchar otras frecuencias”, afirma.
Pastorino señala que es importante entender los riesgos a los que nos enfrentamos cuando acudimos a los asistentes de voz. “Estos sistemas tienen la capacidad de escucharnos, aunque no necesariamente siempre lo estén haciendo. Algún día pueden escuchar una conversación y luego nos empiezan a ofrecer publicidad acerca de ese tema, por ejemplo”, afirma.
La especialista recomienda evitar añadir su cuenta o datos bancarios a dispositivos como Google Home, Echo o Homepod pues “es posible que con comandos se logre hacer una transacción”. También es importante habilitar las configuraciones que permiten activar restricciones para que, por ejemplo, solo reconozca una voz determinada.
TECNÓSFERA