Parece mentira, pero los ‘podcasts’ han estado presentes desde el amanecer de la era de internet, y su origen se remonta hasta la década de los 80.
Por entonces, se les conocía como audioblogs, estaban confinados a los computadores de escritorio y eran un lujo reservado para aquellos con una conexión lo suficientemente estable como para mover archivos de audio.
Pero con la llegada del nuevo siglo y la aparición del internet móvil, los modestos orígenes del ‘podcasting’ dieron lugar a una explosión de contenidos y opciones de reproducción. Primero en reproductores mp3 como los iPods y luego en ‘smartphones’ y tabletas, la última década los ha visto multiplicarse a tal punto que hoy en EE. UU. se estima que más de una sexta parte de los habitantes escucha al menos uno a la semana. Grabar y transmitir su propio ‘podcast’ es un proceso simple, pero para comenzar hay que cubrir una serie de consideraciones previas. Aquí, un breve manual sobre cuáles son los pasos que debe seguir.
Escoja el tema
Todo comienza con una idea. Algo que lo apasiona a tal punto que lo hace desear hablar al respecto. Pero no basta el interés, es necesario familiarizarse con la oferta de ‘podcasts’ sobre el tema. Félix Riaño, locutor profesional y uno de los ‘podcasters’ más reconocidos en Colombia, dice: “De la misma forma que un niño no aprende a hablar sin haber oído a sus papás, es muy difícil que alguien aprenda a grabar un podcast sin antes haber oído un ‘podcast’. Abordar un ‘podcast’ partiendo de haber escuchado solo radio es lo mismo que arrancar con un canal de YouTube habiendo visto solo televisión. Se terminan copiando los formatos, lo cual no está necesariamente mal, pero será un pez afuera del agua”.
Tenga presente que los 'podcasts' son, por definición, formatos de nicho: elija el tema y háblele al público que comparta su interés. En este caso, el enfoque general es mal consejero.
En dónde alojarlo
Lo más práctico es usar plataformas que almacenan el audio y generan el ‘feed’ RSS. Ahí hay opciones sencillas, como Soundcloud, Spreaker, iVoox… Hay modelos pagos y modelos gratuitos, pero aquí la buena noticia es que en este campo los modelos gratuitos, por fortuna, funcionan muy bien.
Riaño coincide: “Para iniciar a grabar un ‘podcast’, siempre recomiendo Spreaker, porque además de ser una plataforma que permite publicar, ofrece buenas herramientas para grabar, incluso, sin conocimientos previos de grabación de sonido”.
La distribución
Cumplido ese paso, hay que poner a rodar su ‘podcast’. Lo mejor es registrarse en iTunes y, en el servicio Connect, ingresar el ‘feed’ RSS que provee Spreaker. Para asegurarse de no haber cometido errores, puede verificar su RSS con recursos como feedvalidator.org.
Un proceso similar permite subirlo al servicio de ‘podcasts’ de Google. En ambos casos, hay que esperar a que el ‘podcast’ sea validado.
No subestime el poder de la promoción en redes sociales. La meta es tratar de que la gente se suscriba para que reciba alertas cada vez que usted publique un nuevo episodio.
El equipo básico
Así como no se puede hacer video sin una cámara, no es posible grabar audio de calidad sin un micrófono. Pero tenga en cuenta que, como sucede con las cámaras, las posibilidades llegan a la estratósfera, y si no tiene cuidado puede terminar hallando micrófonos de más de 500 dólares, que aunque excelentes son en realidad más apropiados para la producción musical.
Si el presupuesto da para eso, puede hallar modelos de Rode o de Blue por precios entre los 120 y los 160 dólares. Este último fabricante es el responsable del Yeti, considerado por muchos como el micrófono ideal para quienes se inician en el mundo del ‘podcasting’. Vale 129 dólares, pero la firma tiene un modelo mucho más simple, llamado Snowball, cuyo costo está entre 40 y 60 dólares. Incluso Shure tiene un modelo, el SM58-LC, que se vende por alrededor de cien dólares, si bien no es, como los otros, compatible con los puertos USB.
Carlos Solano, director de la Escuela de Periodismo Multimedia de EL TIEMPO, señala: “Para un comienzo muy ‘amateur’, claramente se requiere un micrófono, ojalá que se conecte vía USB a un computador. Como eso no da el mejor resultado, es posible comprar espumas absorbentes de vibraciones que se ponen junto al micrófono y se consiguen en línea o incluso en tiendas locales por un valor de entre cien mil y trescientos mil pesos. El ‘software’ puede ser gratuito, porque hay opciones –escasas, pero muy buenas- como Audacity”.
Si desea usar música, recuerde que no toda está disponible. Para cuidarse en materia de derechos, use recursos gratuitos como AudioJungle y Pond5.com, y busque opciones marcadas como Royalty-Free. Allí también hallará piezas originales disponibles por un precio de entre 20 y 50 dólares.
WILSON VEGA
Editor de Tecnología
@WilsonVega