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Ultraprocesados con impuestos: ¿cómo llevar una dieta saludable sin estos productos?
La próxima semana empezarán a regir dos nuevos impuestos a la comida en Colombia.
A partir del próximo 1 de noviembre, entrarán a regir en Colombia dos nuevos impuestos saludables. Uno es el de las bebidas ultraprocesadas azucaradas y el otro el de los productos comestibles ultraprocesados industrialmente y/o con alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas saturadas.
Del lado de los alimentos ultraprocesados, pone a pagar una tarifa de 10 por ciento en el 2023, de 15 por ciento en el 2024 y de 20 por ciento a partir del 2025 a productos con un alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas saturadas.
Se gravará desde el mecato hasta las arepas precocidas, las barritas de cereal o las albóndigas. Tampoco escaparán a los impuestos el chocolate de mesa, el chocoramo, las salchichas, las chocolatinas, las papitas, los platanitos, las rosquitas o las achiras.
Los alimentos ultraprocesados pueden provocar enfermedades cardiovasculares. Foto:iStock
En el caso de las bebidas, establece que las gaseosas, los líquidos a base de malta, tipo té, refrescos, zumos y néctares de fruta, energizantes y aguas saborizadas, entre otros, paguen un impuesto en función de su nivel de azúcar añadido por cada 100 mililítros (ml).
¿Qué productos se gravarán con impuestos saludables?
Productos constituidos por los componentes naturales de la leche, incluso con adición de azúcar u otro edulcorante, no expresados ni comprendidos en otra parte. Excepto el arequipe.
Embutidos y productos similares de carne, despojos, sangre o de insectos; preparaciones alimenticias a base de estos productos, excepto salchichón, mortadela y butifarra.
Las demás preparaciones y conservas de carne, despojos, sangre o de insectos.
Artículos de confitería sin cacao (incluido el chocolate blanco).
Chocolate y demás preparaciones alimenticias que contengan cacao.
Mezclas y pastas para la preparación de productos de panadería, pastelería o galletería.
Productos a base de cereales obtenidos por inflado o tastado (por ejemplo; hojuelas o copos de maíz); cereales (excepto el maíz) en grano o en forma de copos u otro grano trabajado (excepto la harina, grañones o sémola), precocidos o preparados de otro modo, no expresados ni comprendidos en otra parte.
Productos de panadería, pastelería o galletería, incluso con adición de cacao; hostias, sellos vacíos de los tipos utillizados para medicamenteos; obleas para sellar, pastas secas de harina, almidón o fécula, en hojas y productos similares. Excepto el pan y las obleas.
Las demás hortalizas preparadas o conservadas (excepto en vinagre o en ácido acético), sin congelar, excepto los productos de la partida 20.06.
Confituras, jaleas y mermeladas, purés y pastas de frutas de azúcar y otro edulcorante, excepto el bocadillo de guayaba.
Frutas u otros frutos y demás partes comestbles de plantas, preparados o conservados de otro modo, incluso con adición de azúcar y otro edulcorante o alcohol, no expresados ni comprendidos en otra parte.
Preparaciones para salsas y salsas preparadas; condimentos y sazonadores, compuestos; harina de mostaza y mostaza preparada.
Helados, incluso con cacao.
Preparaciones alimenticias no expresadas ni comprendidas en otra parte.
Hortalizas, frutas u otros frutos o sus cortezas y demás partes de plantas, confitados con azúcar (almibarados, glaseados o escarchados).
Y es que diversos estudios han identificado que las ventas de alimentos procesados han aumentado en la última década. Específicamente para Colombia, ha aumento un 27,4 % del 2000 al 2013, según datos de la Organización Panamericana de la Salud; siendo este aumento proporcional al crecimiento poblacional específicamente dado en Colombia.
Por otra parte, en 2017 los productos comestibles ultraprocesados en general tuvieron una tasa de crecimiento anual en ventas de 5 %, por un valor de 11.658 millones de dólares, de acuerdo con cifras de Euromonitor International.
Además, según datos de la Organización Mundial de la Salud “los alimentos procesados industrialmente, las bebidas azucaradas y la comida rápida están desplazando a las dietas tradicionales más nutritivas, lo que genera efectos alarmantes en la salud”.
Sin embargo, este tipo de alimentos que en muchos casos contienen exceso de sodio, azúcares, grasas saturadas y otros elementos, han sido catalogados por el ministerio de Salud como generadores de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT).
¿Cómo crear una dieta saludable para evitar estos impuestos y comer de manera más saludable?
Según explica la nutricionista Daniela Ovallos, para hacerle frente a estos impuestos lo ideal es cambiar el consumo, sobre todo de snacks y bebidas, hacia alimentos naturales como frutas y verduras. Dichos cambios difieren dependiendo de si la dieta es para un niño o para un adulto.
En ese sentido, en el caso de los adultos para cambiar los snacks de paquete la experta propone rodajas de frutas y verduras, como zanahoria, apio, manzana, mandarina o banano. En el caso de quienes buscan sabores ácidos o salados, una buena alternativa, dice Ovallos, es pepino o manzana verde con limón, sal y pimienta.
También, para evitar las bebidas azucaradas, en el caso de los adultos se recomienda principalmente cambiarlas por agua, pero para aquellos que necesitan un sabor diferente en sus bebidas se puede consumir agua con limón o bien con flor de jamaica, esta última además cuenta con la ventaja de ser diurético.
Flor de Jamaica. Foto:iStock
Para snacks de las medias tardes, opciones como wraps de huevo con lechuga, sandwiches de atún o sandwiches de pollo son también una opción ideal frente al consumo de otros productos con más contenido de azúcar.
En el caso de los niños, resalta la experta, la mejor opción son los jugos de frutas naturales para cambiar las bebidas, pero con la claridad de que no se le debe agregar azúcares a estos jugos. Por otro lado en el caso de los snacks, también recomiendan frutas y verduras, sobre todo en el caso de las loncheras, en reemplazo de los alimentos de paquete.
La menta es un complemento perfecto para las frutas cítricas. Foto:iStock
Ovallos también agrega que en cuanto a productos de galletería o panadería (gravados también por los nuevos impuestos saludables) la recomendación es hacerlos en la casa con harinas de avena, menos azúcar y otros productos más saludables.
Según ella, si bien es cierto que estos impuestos pueden generar dietas más naturales, también es cierto que se requieren más incentivos para impulsar el consumo de frutas y verduras, además de proteínas magras (como carnes en vez de salchichón), dado que en muchos casos estos terminan siendo más costosas lo que limita el de las personas a dietas que sean mejores para su salud.
Los cortes de carne suelen variar en nombre y estilo de corte según la región del mundo. Por ejemplo, el "ribeye" en Estados Unidos es similar al "entrecot" en Europa. Foto:iStock
“Estos impuestos puede ayudarnos a volver a esa dieta de nuestros abuelos que era mucho más casera y mucho más natural. Pero no se puede sin un estímulo económico para que las personas puedan acceder a estos alimentos, porque como te decía las verduras, frutas y proteínas no siempre son muy económicas, entonces a veces dejan a las personas sin alternativas”, resalta Ovallos.