Mantenerse hidratado es importante y existen muchas personas a las que les gusta tomar agua constantemente. Sin embargo, bien dicen que todo en exceso es malo y algunos expertos asegura que existen personas obsesionadas con beber agua potable, por lo que creen que este consumo excesivo y compulsivo podría causar diferentes problemas para la salud, que incluso pueden llegar a ser potencialmente mortales.
Lo cierto es que la idea de beber ocho vasos de agua a diario estaría mandada a recoger desde hace un tiempo. De acuerdo con Dale Schoeller, profesor emérito de ciencias de la nutrición de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos), la ciencia nunca ha apoyado la idea de los ocho vasos de agua como una pauta adecuada, "aunque sólo sea porque confunde el volumen total de agua con el agua bebida".
Lo anterior porque, de hecho, gran parte del agua procede de los alimentos que se consumen, según precisa el experto. Es más, cada organismo requiere un porcentaje de agua que depende del ritmo de vida que lleva. Sin embargo, expertos aseguran que exceder ese límite y consumir líquido de manera obsesiva puede causar insomnio, sudoración extrema y envenenamiento por agua.
El insomnio se debería a que mientras dormimos, nuestro cerebro libera HAD, la hormona antidiurética, para frenar la función renal y dejamos de sentir la necesidad de orinar durante la noche, pero si tomamos dos o tres vasos de agua por la noche el exceso de líquido en el organismo puede hacer que se anule el efecto de la HAD, la vejiga se llene y tengamos que levantarnos de madrugada. Para los que tienen un sueño difícil, estas situaciones derivan, en muchas ocasiones, en innumerables vueltas en la cama para tratar de reconciliar el sueño.
Por otro lado, algunos especialistas consideran que la sudoración excesiva, está relacionada con el exceso de hidratación y ligada a muchos de los problemas de sudoración extrema de sus pacientes. Estudios han encontrado que la mayor parte de los pacientes de hiperhidrosis bebían mucha agua para compensar la pérdida de agua a causa de la sudoración.
Finalmente, se han registrado algunos (muy pocos) casos de pacientes que han muerto por intoxicación de agua, luego de seguir programas drásticos de pérdida de peso que aconsejaban beber cuatro litros de agua al día en espacios menores de dos horas.
Al beber mucha agua en un espacio muy corto de tiempo, los riñones no pueden eliminar el exceso de líquido del cuerpo lo suficientemente rápido y la sangre se vuelve más diluida de lo que debería ser con muy bajas concentraciones de sal. Esto puede generar presión en el cráneo que puede causar dolores de cabeza y, en casos graves, hiponatremia o intoxicación por agua, que puede ser fatal.
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