La Fundación Valle del Lili, un hospital 'biofílico' que le apuesta al cuidado del medio ambiente desde uno de los sectores más contaminantes del mundo: el de la salud

Si el sector salud fuera un país, sería el quinto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, lo que agrava el calentamiento global y genera fenómenos que amenazan ecosistemas y hábitats, impactando negativamente la biodiversidad. 

Irónicamente, de acuerdo con las Naciones Unidas (ONU), los efectos del cambio climático repercuten negativamente en salud de todas las personas en el mundo, ya sea por la contaminación tóxica del aire, la disminución de la seguridad alimentaria, el aumento del riesgo de brotes de enfermedades infecciosas, el calor extremo, las sequías, las inundaciones y otros eventos.

Es más, se espera que entre 2030 y 2050, esta modificación en el clima provoque unas 250.000 muertes adicionales al año debido a factores como la malnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés por calor. Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los costos sanitarios directos causados por el cambio climático podrían ascender a entre 2000 y 4000 millones de dólares al año.

Por otro lado, la entidad sanitaria señala que la exposición a eventos meteorológicos extremos, los desplazamientos, la hambruna. la ansiedad y el sufrimiento derivados de impactos medioambientales contribuyen a problemas de salud mental.

Ante esta realidad, la Fundación Valle del Li, considerado el mejor hospital de Colombia según la revista Newsweek, le contó a EL TIEMPO cómo su enfoque ambiental (que llevan planificando por más de 20 años) ha dado lugar a iniciativas innovadoras que benefician tanto la salud de los pacientes como la protección de los ecosistemas, convirtiéndola en una inspiración para otros hospitales a nivel mundial.

Entre estas iniciativas se incluyen la adopción de criterios de compras sostenibles, la gestión responsable del agua, la reducción de residuos hospitalarios, la sustitución de sustancias químicas peligrosas y la eliminación del plástico en diversas prácticas clínicas, estrategias que han recibido reconocimiento global.

Un claro ejemplo es el indicador de residuos hospitalarios. Mientras en el mundo un día de estancia hospitalaria genera en promedio 5 kilos de bolsas rojas de residuos infecciosos, la Fundación Valle del Lili ha logrado reducir esta cifra a solo 0,6 kilos.

"En nuestro hospital, hemos implementado varias estrategias para reducir el impacto ambiental y el uso de materiales desechables. Primero, más allá de fomentar una cultura entre las personas para que dispongan de la basura en el lugar correcto, hemos optimizado nuestras compras. Por ejemplo, decidimos adquirir jeringas sin agujas. Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, las jeringas se utilizan sin la aguja, por lo que al comprarlas juntas, las agujas terminaban siendo desechadas innecesariamente", explica la doctora Marcela Granados, directora general de la Fundación Valle del Lili.

Granados menciona que también lanzaron un proyecto llamado "quirófanos verdes", cuyo objetivo es usar insumos reutilizables en lugar de desechables. 

"Este fue un esfuerzo conjunto con los cirujanos para adaptarnos a nuevas prácticas. Por ejemplo, las máscaras de anestesia ahora se reutilizan y, en algunas cirugías, usamos ropa que puede lavarse en lugar de ropa desechable. Estas medidas han permitido reducir significativamente el uso de dispositivos de un solo uso, lo que a su vez ha disminuido notablemente la cantidad de residuos infecciosos, como las bolsas rojas, generados en la Fundación", dice. 

Estos logros han sido reconocidos a nivel internacional. En 2023 el hospital estuvo en la COP de Contaminación realizada en Nairobi (Kenia) y Bonn (Alemania) participando en conferencias sobre el uso de Sustancias Químicas y desechos. En noviembre de 2024, participará en Busan- Corea, en la elaboración de un instrumento internacional sobre la contaminación por plásticos, incluidos los medios marinos, en el marco de la COP de Contaminación.

En la COP16 de Biodiversidad que se realiza en Cali, el hospital participará de las conversaciones que se llevarán a cabo en la Zona Azul y presentará sus estrategias en la Zona Verde, siendo el único hospital expositor del evento y evidenciando cómo cuida la biodiversidad a través de sus prácticas clínicas de alta complejidad.

Un hospital biofílico es aquel que integra la naturaleza en el entorno sanitario, promoviendo así el bienestar físico y mental de los pacientes. Este enfoque se basa en la biofilia, el vínculo innato del ser humano con la naturaleza, que ha demostrado tener un impacto positivo en la salud.

La Fundación Valle del Lili, se ha inspirado en la naturaleza para integrar elementos naturales en su arquitectura, que no solo embellecen el espacio, sino que también ejercen un poder curativo significativo.

Según evidencia científica, la exposición a la naturaleza estimula la producción de dopamina, mejorando el estado de ánimo y generando una sensación de bienestar. Además, el o con el entorno natural ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, permitiendo que los pacientes se sientan más relajados y optimistas durante su proceso de sanación.

Actualmente, el 11% del área construida de la Fundación Valle del Lili está dedicada a la naturaleza, con 16.200 m² de jardines, donde florecen 250.000 plantas, representadas en 73 especies diferentes, 21 tipos de árboles y 19 variedades de palmas. Así mismo, cuenta con un bosque urbano adoptado de 37.000 m2.

"No contamos con estudios científicos propios que documenten específicamente la relación entre la salud y la conexión con la naturaleza, pero en la literatura médica existe evidencia de que dicha conexión aporta beneficios adicionales a la medicina convencional. Esta es una de las razones por las que, desde el diseño arquitectónico inicial de la fundación, se optó por una arquitectura biofílica", comenta la directora general de la Fundación Valle del Lili.

Asegura, también, que en el hospital han desarrollado un proyecto a través de nuestro centro de bioética llamado Naturalmente (un juego de palabras entre "natural" y "mente", haciendo referencia a la salud mental). "Con un grupo de psiquiatras, estamos trabajando con pacientes y empleados para que comprendan lo beneficiosa que es esta conexión con el entorno natural, ya que contribuye al bienestar emocional y mental", sostuvo.

Adicionalmente, han impulsado un proyecto de siembra de árboles y adopción de un bosque urbano cerca de una de las sedes de la fundación. "Este bosque tiene una extensión de 37.000 metros cuadrados y su adopción ha generado una relación positiva con la comunidad circundante, lo cual consideramos de gran importancia", dice Granados.

Según la doctora Granados, la Fundación Valle del Lili seguirá liderando el camino hacia un futuro más sostenible, demostrando que la excelencia en la atención médica y la responsabilidad ambiental son prácticas que pueden coexistir. Su participación en la COP16 representa un hito en su misión de promover la salud y el bienestar de la comunidad, mientras se protege al planeta para las generaciones futuras.

"Queremos continuar siendo pioneros en sostenibilidad dentro del sector salud. Estamos plenamente convencidos de que los hospitales y el sistema sanitario en general contribuyen de manera significativa a la contaminación. La pandemia de covid-19 visibilizó aún más la enorme cantidad de insumos desechables que los hospitales generaban. Por ello, nuestro compromiso es seguir liderando este esfuerzo y, al mismo tiempo, ayudar a otros hospitales a mejorar su gestión ambiental, tal como ya los apoyamos en la parte asistencial", manifestó Granados. 

La Fundación Valle del Lili estará del 21 de octubre al 1 de noviembre en el Distrito Paz con la Naturaleza, en un stand ubicado en el Parque La Retreta, frente al Concejo de Santiago de Cali. Durante su participación ofrecerá información sobre sus diferentes programas de impacto ambiental y social, así como experiencias relacionadas con la actividad física y la salud mental.