Insulina y drogas contra la depresión siguen presentando barreras por desabastecimiento

“El Estado no quiere ponerle el pecho al tema de los medicamentos. La situación es compleja por donde la veamos. Muchos fármacos como antibióticos y antigripales se pueden conseguir a través del canal institucional, pero en el caso de las insulinas o los medicamentos contra el cáncer y enfermedades huérfanas percibimos que es complejo incluso conseguirlos por un canal privado y los precios son inaccesibles”, dijo a este diario Denis Silva, vocero del movimiento Pacientes Colombia, que agrupa a más de 196 organizaciones de s.

Y es que durante meses (casi un año) esta situación ha afectado a miles de pacientes que requieren medicamentos vitales o que padecen enfermedades delicadas y no logran acceder a fármacos que son esenciales para los tratamientos.

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Por ahora, el informe de medicamentos “desabastecidos”, publicado por el Invima con corte al 24 de marzo, solo registra 25 medicamentos en esta categoría y 12 en “riesgo de desabastecimiento”, para un total de 37 medicamentos con dificultades para abastecerse.

No obstante, a pesar de que se han realizado mesas de trabajo entre las asociaciones médicas y el Gobierno para intentar solventar la situación, los pacientes aseguran que hasta ahora no han tenido respuesta oficial de la Dirección de Medicamentos del Minsalud y tampoco se ha convocado una segunda sesión de la mesa para intentar hallar soluciones. 

Erika Montañez, vocera de la Fundación Voces Diabetes Colombia, le contó a EL TIEMPO que persisten los problemas en la distribución y dispensación de insulinas como Degludec, Lispro y Lantus. El escenario es complejo porque en Colombia, según las últimas estimaciones de la Cuenta de Alto Costo, al menos 1’676.885 personas padecen diabetes. De estas, el 16,94 por ciento (pacientes con diabetes tipo 1) requieren de un tratamiento con insulina para vivir.

Esta circunstancia se repite con medicamentos orales como Sitagliptina, Galvusmet y Jardiance. “Esos son los fármacos que en este momento están siendo difíciles de encontrar, tanto en el canal privado como de suministrar a través del canal institucional, sobre todo en las regiones”, explicó Montañez.

Por su parte, la Asociación Colombiana de Psiquiatría (A) advirtió que el desabastecimiento de medicamentos vitales para tratamientos en salud mental está afectando de gravedad la vida de los pacientes. 

Mauricio De La Espriella, expresidente y miembro de la Junta Directiva de la A, le contó a este diario que han podido evidenciar cómo en algunos territorios del país existen problemas con la entrega de un antipsicótico denominado quetiapina, que se utiliza para pacientes con trastorno afectivo bipolar y pacientes con esquizofrenia.

"Queremos encontrar una solución para garantizar la adherencia al tratamiento de nuestros pacientes y evitar así recaídas que puedan generar hospitalizaciones, discapacidades o muertes prematuras", dijo.

Aseguró también que, desde el año pasado, presentaban inconvenientes para conseguir algunos antidepresivos como la venlafaxina y la desvenlafaxina, así como el Metilfenidato, que es un medicamento estimulante del sistema nervioso central utilizado específicamente para el manejo de patologías como el déficit de atención hiperactiva en niños, adolescentes y adultos.

“Por ahora quedamos en seguir trabajando y articulando esfuerzos entre la Asociación Colombiana de Psiquiatría y el Ministerio de Salud. Tenemos pendiente una reunión con el Invima para aclarar las solicitudes de trámites de medicamentos en cuanto a la producción, importación y todo lo demás. También tenemos una cita con el Fondo Nacional de Estupefacientes, que son los encargados de manejar el tema del metilfenidato”, indicó De La Espriella.

El panorama con los pacientes de cáncer no dista mucho de los anteriores. Desde principios de 2023, se han venido presentando barreras para acceder a medicamentos como Cabozantinib, Crizotinib, Axitinib. Carmustine, Afatinib, entre otros. Todos esenciales en distintos tratamientos oncológicos. Sin embargo, organizaciones como la Liga Colombiana contra el Cáncer han manifestado que prefieren no pronunciarse debido a la delicadeza del tema.

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Ante esta realidad poco optimista, el pasado jueves, 21 de marzo, la Superintendencia Nacional de Salud anunció que iniciará investigaciones contra tres gestores farmacéuticos (dos de los más grandes del país), argumentando que las conductas irregulares entre las EPS y dichos gestores podría ser la principal razones de la falta de disponibilidad de algunos medicamentos.

Según la entidad de vigilancia y control, una de las principales razones de esta contingencia sería el incumplimiento en los pagos a los laboratorios por parte de los gestores farmacéuticos (responsables de la entrega de medicamentos a los s). A su vez, los gestores farmacéuticos aducen falta de pago por parte de las EPS.

Al respecto, el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, aseguró que independientemente de que esto esté relacionado con las aseguradoras y los prestadores de servicios de salud por los pagos de Presupuestos Máximos (PM) a través de la Adres, “la salud no debe estar sujeta a trámites istrativos o financieros porque priman ante todo los derechos inalienables de las personas”. 

A pesar de los continuos reportes de negación para la entrega de medicamentos que afectan a miles de personas con enfermedades vitales, el Ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, aseguró durante una moción de censura en el Congreso de la República que se trata de una problemática global que no solo afecta al gobierno actual.

Es más, desde que inició esta contingencia, la cartera ha dicho que las razones se remiten a temas de escasez de materias primas, aumento en la demanda de ciertos medicamentos y fallos en la cadena de suministros, puesto que ahora sería más costoso importar insumos necesarios para los principios activos de los fármacos.

“Todo indica que las razones por las que no se cuenta con disponibilidad de insulina en el país son: la tensión financiera del sistema, el represamiento en temas de logística, la falta de disponibilidad de materias primas luego de la pandemia y las dificultades regulatorias por permisos del Invima”, explicó Montañez, directora de la Fundación Voces Diabetes Colombia.

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El movimiento de pacientes también señaló que en los últimos meses se ha reportado un aumento significativo en las barreras de en materia de oportunidad, en citas médicas, consultas con especialistas y a otros medicamentos.

Por su parte, De la Espriella asegura que existen varios responsables dentro de la cadena de suministro que tienen responsabilidad en este tipo de circunstancias. 

“En cuanto al Invima, veíamos que existen unas alertas tempranas de posible desabastecimiento en ciertos medicamentos, pero no existe una alerta de desabastecimiento en cuanto a medicamentos en psiquiatría, lo cual nos hace pensar que en la cadena hay un cuello de botella en los trámites istrativos de las aseguradoras o en la entrega oportuna de los operadores farmacéuticos”, aclaró.

Por el momento, según la cartera, como parte de la estrategia, se implementó un sistema de monitoreo para alertas tempranas y gestión del desabastecimiento. Desde el 1 de noviembre de 2023 hasta el 31 de enero de 2024 se había resuelto la situación de 162 fármacos, integrados en el grupo de los 414 medicamentos priorizados por el Ministerio de Salud a raíz de esta situación.

Con corte a marzo del año en curso, el listado de medicamentos desabastecidos es de 25, teniendo en cuenta que hay 31 trámites relacionados para la gestión durante el mes. No obstante, la propuesta en desarrollo ha sido la implementación de políticas sobre el control directo de precios que se espera pueda aliviar un poco la situación.

DANIELA VANESSA ORTIZ

Redacción Salud

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