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El dolor de espalda que podría alertarle una enfermedad sin cura
Esta enfermedad genera que las articulaciones de la columna se suelden entre sí.
A través de terapias cognitivas y psicológicas, se deben identificar las sensaciones y dolencias para poder tratarlas eficientemente. Foto: iStock
¿Se imagina que su columna pierda flexibilidad y quede rígida y fusionada? Pues esto puede suceder debido a una enfermedad llamada espondilitis anquilosante que afecta principalmente a la columna vertebral.
Esta enfermad reumatológica de base inflamatoria genera que las articulaciones de la columna se suelden entre sí y de ahí proviene su nombre "anquilosante", que proviene del griego soldadura o fusión.
De acuerdo con la Sociedad Española de Reumatología, esta enfermedad es "frecuente y se calcula una incidencia de 7 casos nuevos por cada 100.000 habitantes al año". Además, señalan que suele afectar más a los hombres que a las mujeres.
Máximo Alberto Díez, doctor experto en esta patología y miembro de la Sociedad Española de Columna Vertebral, le explicó al portal de salud Infosalus que esta enfermedad "produce una fijación de las vértebras entre sí, un bloqueo de movimiento en todas las vértebras, de forma que toda la columna se convierte en un solo bloque".
Síntomas
La terapia psicológica ayuda a disminuir los dolores de espalda crónicos. Foto:iStock
Los primeros síntomas de esta enfermedad comienzan generalmente cuando la persona está en la adultez temprana, entre los 20 y 40 años, e incluyen dolor y rigidez en la región lumbar y las caderas, especialmente en horas de la mañana y después de periodos de inactividad. También se puede presentar dolor en el cuello y cansancio.
Esta enfermedad y sus signos pueden empeorar con el paso del tiempo, por lo que puede afectar fuertemente otras áreas como la articulación entre la columna vertebral y la pelvis, las vértebras de la región lumbar, el cartílago entre el esternón y las costillas, las articulaciones de la cadera y los hombros, y los espacios donde los tendones y los ligamentos se unen a los huesos.
Cuando esta enfermedad llega a un punto grave puede generar rigidez en la caja torácica y afectar la capacidad y función pulmonar, crear una postura encorvada, daño en la médula espinal y los nervios que atraviesan la columna, causar dolor ocular, sensibilidad a la luz, visión borrosa. Además, puede generar problemas en la aorta, la arteria más grande del cuerpo, lo que puede afectar la función del corazón.
Aunque la espondilitis anquilosante no tiene cura, sí existen tratamientos que pueden disminuir el dolor y retrasar su evolución.
El origen de esta enfermedad es de base genética. Según lo que explica el doctor Díez, las personas que tienen el gen HLA-B27 presentan mayor riesgo de padecerla. Sin embargo, añade que hay más de 100 genes que se han relacionado con la espondilitis anquilosante.
Cuándo consultar a un médico
Según el portal experto en salud Mayo Clinic, hay varios síntomas que podrían alertarle sobre un problema grave que requiere atención médica. Si sufre dolor que aparece lentamente en la parte baja de la espalda o en los glúteos, es más intenso en la mañana, mejora con el ejercicio y empeora con periodos de inactividad, acuda a un especialista. Otras señales de alerta son dolor en un ojo, sensibilidad a la luz y visión borrosa.