Una de las mayores preocupaciones de muchas personas es llevar una alimentación saludable, entre otras cosas, porque, como lo señalan estudios científicos, cuando esta es inapropiada puede contribuir al desarrollo de distintas enfermedades.
En efecto, los
alimentos que comemos y sus cantidades tienen gran influencia en nuestra salud. Sin embargo, para muchos, por distintos factores, no es una cuestión sencilla y pueden caer fácilmente en dietas con muchos
alimentos inadecuados pero cantidades insuficientes de alimentos saludables.
Sin contar, además, que hoy abundan las falsas 'fórmulas mágicas' para bajar de peso, los regímenes alimenticios extremos y todo tipo de remedios y prácticas para supuestamente mejor la salud.
¿Pero entonces qué hacer? Hace unos meses, en entrevista con la Unidad de Salud de EL TIEMPO, la nutricionista de la Universidad Nacional Nohora Bayona explicó que ninguna dieta de tipo restrictivo es benéfica por sí sola, sino que cada persona requiere un estudio nutricional y dietario individual, basado en sus características estructurales, metabólicas, en su actividad y en sus necesidades, dado que cualquier práctica sin soporte y seguimiento por parte de un nutricionista puede resultar riesgosa.
Ahora bien, voces expertas coinciden en que no existen alimentos 'malos' sino dietas poco sanas. En ese sentido, la clave entonces es llevar una dieta saludable, la cual, básicamente, se consigue comiendo, con continuidad, la cantidad correcta de alimentos en la proporción adecuada, sin olvidar que cada organismo es distinto, como señala Bayona.
En septiembre pasado, Patricia Savino Lloreda, nutricionista dietista de la Universidad Javeriana, miembro de la Academia Nacional de Medicina y directora del Centro Latinoamericano de Nutrición (CELAN), publicó en este diario una serie de prácticas para llevar una buena nutrición durante la pandemia.
Una de estas, precisamente, es la dieta saludable. Para lograr ese objetivo, Savino recomendó:
"Hay que empezar por mantenerse hidratado (6 u 8 vasos de agua diarios) y evitar las bebidas azucaradas. El consumo de proteína animal es recomendable, al menos dos veces al día, incluidas la leche, los huevos y los derivados bajos en grasa; las leguminosas (fríjol, arveja, garbanzos) deben ser consumidas 4 o 5 veces por semana. Por su parte, las harinas y los cereales como papa, arroz, plátano, yuca, pan se recomiendan de tres a 5 porciones diarias, lo mismo que frutas y verduras.
Se deben preferir los aceites vegetales y minimizar hasta donde se pueda los alimentos fritos. Es urgente limitar el consumo de azúcares y dulces, lo mismo que la sal, principalmente en las edades extremas. En el caso de la sal, 5 gramos diarios son suficientes (una cucharadita). Hay que minimizar el consumo de alcohol y sacar de la dieta los alimentos ultraprocesados, dándoles paso a los preparados en casa con ingredientes preferiblemente frescos".
Dietistas explican que comer una proporción adecuada de alimentos de los principales grupos constituye la base del bienestar que se busca. Así las cosas, a la hora de comer, se debe tener en cuenta, por ejemplo, elegir una dieta variada que incluya alimentos de diferentes grupos, mantener un adecuado balance entre estos y moderar las cantidades.
Sin embargo, los médicos insisten en que cualquier tipo de dieta, sobre todo si el objetivo es bajar de peso, debe estar sujeta a la supervisión permanente de un profesional graduado de la nutrición y no de un influenciador digital, un falso gurú o incluso una persona cercana sin la experiencia necesaria para hablar de este tema.
A todo esto se suma la actividad física, que no debe dejarse de lado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que para estar físicamente apto se debe realizar ejercicio, al menos 75 minutos de actividad intensa o 150 minutos de actividad moderada.
"La quietud disminuye la masa muscular y reduce la respuesta del sistema inmune. Por eso, es necesario hacer ejercicio en la medida que el lugar donde habita lo permita. Puede subir y bajar escaleras, o hacer ejercicios de resistencia con el peso mismo de su cuerpo. No hay excusa: incluso en el espacio más pequeño es posible bailar", comentó Savino.