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¿Cuál es el tratamiento para un niño con mal comportamiento? Psicólogos explican
Esta problemática puede manifestarse de diversas formas, desde rabietas y peleas hasta insultos.
Es importante que le explique a sus niños con claridad que sucede. Foto: iStock
Educar a los niños es una tarea bastante compleja que requiere esfuerzo y dedicación. Más aún, cuando en ellos se presentan comportamientos agresivos. Esto es motivo de preocupación para padres, educadores y profesionales de la salud en todo el mundo. En la actualidad, esta situación se vereflejada particularmente en redes sociales donde los menores son protagonistas de episodios violentos como el matoneo escolar.
Para expertos como la psicóloga clínica Angie Pérez Vargas, especialista en este tema dado que su trabajo de grado de maestría profundizó específicamente la conducta agresiva en niños, niñas y adolescentes, esta problemática puede manifestarse de diversas formas, desde rabietas y peleas hasta insultos y conductas destructivas. Para la experta, entender las causas subyacentes es clave para el abordaje efectivo de la terapia.
¿Cómo definir la agresividad infantil?
Lo primero que hay que aclarar es que en la infancia sonrelativamente normales los ataques de rebeldía. Esto hay que diferenciarlo de las conductas agresivas que son actitudes intencionadas que pueden causar daño, ya sea físico o psíquico. Comportamientos como pegar a otros, ofender, burlarse, tener rabietas o usar insultos y amenazas forman parte de la agresividad infantil. El verdadero problemaradica, según Pérez Vargas, cuando los niños persisten en esta conducta y son incapaces de controlarla.
Factores desencadenantes
Las investigaciones confirman que los niños con mayor despliegue de conducta agresiva son aquellos que reciben maltrato físico o verbal. “Uno de los elementos más importantes es el ámbito sociocultural del niño, particularmente la familia, los modelos de comportamiento y la forma de impartir disciplina” señala Pérez Vargas.
También se ha demostrado que padres con actitudes indiferentes o que desaprueban constantemente al niño, fomentan el comportamiento agresivo. La timidez, la falta de facilidad para expresarse, son aspectos que generan frustración, y en muchos casos también terminan en actitudes agresivas.
Otros factores que se pueden encontrar en niños con conducta agresiva son aspectos hormonales, estados de mala nutrición, y problemas de salud específicos.
Lo cierto es que la agresividad es un trastorno que, en exceso, y si no se trata en la infancia, probablemente originará problemas en el futuro, y se plasmará en forma defracaso escolar, falta de capacidad de socialización y dificultades de adaptación.
Añadir frutas y alimentos ricos en fibra a la alimentación, puede evitar el estreñimiento. Foto:iStock
Causas
Múltiples factores pueden contribuir al desarrollo de comportamientos agresivos en los niños. Para la experta consultada, algunos de los más comunes incluyen: el entorno familiar, debido a violencia doméstica, falta de afecto, disciplina abusiva y la exposición a modelos agresivos pueden influir en el comportamiento del niño; los factores genéticos y biológicos, dado que varios estudios han sugerido que ciertas predisposiciones genéticas y desequilibrios bioquímicos pueden estar asociados con la agresividad en algunos niños.
Las experiencias traumáticas como el haber vivido situaciones de abuso, negligencia, o haber sido víctima de bullying puede generar respuestas agresivas como mecanismo de defensa y, por último, la influencia de los medios de comunicación, ya que la exposición a contenidos violentos en la televisión, videojuegos o internet puede afectar negativamente el comportamiento de los niños.
La psicóloga clínica Pérez Vargas afirma que lo primero que hacen los profesionales es tratar de identificar las causas por las que el niño actúa de esa manera y develar qué gana el niño al comportarse así.
Es importante identificar las situaciones y/o personas dondese dispara la agresividad. “Nosotros usamos técnicas como observación, entrevistas, cuestionarios o auto informes para valorar estas conductas” afirma Pérez Vargas.
Consecuencias
El comportamiento agresivo en niños puede tener implicaciones significativas en su desarrollo social, emocional y académico. Algunas de las consecuencias comunes incluyen: Problemas en las relaciones sociales dado que los niños agresivos pueden tener dificultades para establecer y mantener amistades, lo que puede llevar al aislamiento social y al rechazo por parte de sus pares; bajo rendimiento académico porque esta problemática afecta la concentración y el rendimiento escolar; problemas de salud mental cuando la agresión es persistente puede estar asociada con trastornos de conducta, ansiedad y depresión en la infancia y en la edad adulta.
Debe estar alerta a las señales que presentan los niños con depresión para actuar de inmediato. Foto:iStock
¿Qué hacer?
Aunque el comportamiento agresivo puede ser un desafío, es importante recordar que existen enfoques efectivos para ayudar a los niños a manejar su agresión de manera adecuada.
Según la experta consultada es importante que los padres y/o cuidadores eviten toda clase de juicios y rótulos como "eres un niño brusco y grosero" ya que son sentencias que solo lograran que el niño se programe negativamente.Por el contrario, para los padres es importante aprender a escuchar a los niños y tener tiempo con ellos. Vale la pena recordar que el castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño. Las restricciones o sanciones deben estar de acuerdo y en proporción con la acción del niño.
Lo más recomendable es buscar un experto para ayudar al menor. En ese proceso es vital la participación activa de los padres.
Son varias las herramientas que utilizan los psicólogos para ayudar, dependiendo del niño y sus circunstancias. Lo importante es desarrollar en ellos técnicas para el control de la ira, la frustración y mostrarle otras vías para solucionar los conflictos: el razonamiento, el diálogo, el establecimiento de unas normas.
Recomendaciones
Comunicación abierta: Fomentar un ambiente de diálogo en el hogar y en la escuela, donde los niños se sientan seguros para expresar sus emociones y preocupaciones.
Enseñar habilidades sociales: Proporcionar herramientas para que los niños aprendan a resolver conflictos de manera pacífica y a expresar sus emociones de forma adecuada.
Modelar conductas positivas: Los adultos cercanos al niño deben ser ejemplos de comportamiento no agresivo y respetuoso.
Limitar la exposición a contenidos violentos: Supervisar y controlar el a medios de comunicación que puedan promover la agresión.
Buscar apoyo profesional: En casos de agresividad persistente o severa, es fundamental consultar a psicólogos infantiles o terapeutas especializados.
En caso de que tenga más preguntas o tenga sugerencias sobre temas que le gustaría leer, por favor escribir a [email protected].