10.000 muertos

El pasado 22 de marzo, en un sobrio video, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, y la directora del Instituto Nacional de Salud, Martha Ospina, informaron que la primera muerte por covid-19 en el país había ocurrido seis días antes en Cartagena. Un hombre de 58 años, de profesión taxista y que tuvo o con turistas extranjeros, abría la lista de fallecimientos por la pandemia en Colombia; la misma que hoy, 137 días después, ya tiene más de 10.000 nombres inscritos.

Diez mil personas en cuatro meses y medio. Tanto como 72 decesos cada día por esta causa. Como la mitad de las víctimas que dejó la tragedia de Armero. Casi tantas como todos los homicidios del año pasado en el país. Como los fallecimientos por suicidios y accidentes del 2019 sumados.

Y todo por este virus que nadie conocía el año pasado y que ha sembrado dolor a una velocidad cada vez mayor. El 30 de marzo eran 10 los fallecidos reportados en Colombia, el 12 de abril, 100; el 14 de mayo, 500; el 3 de junio, 1.000; y el 12 de julio, 5000.

Para dimensionar la aceleración de esta mortalidad basta decir que el país se tardó 117 días en completar 5.000 muertos por covid-19 y apenas 19 en alcanzar las 10.000. Y es que julio ha sido el peor mes para miles de familias colombianas. El 30 de junio había 3.334 muertes confirmadas, que se triplicaron en 31 días.

Desde el 23 de julio las autoridades de salud nacionales comenzaron a reportar más de 300 muertos (315) diarios. El 21 de junio, que parece hace poco, se informaron por primera vez más de 100 fallecidos en un día (111); el 10 de julio se pasaron los 200 muertos (211) y el 23 de julio las 300 víctimas (315) diarias.

Sin embargo, en contexto, hay que decir que Colombia supera esa cifra tan simbólica como dolorosa mucho después de otros países que han sentido el rigor y la inclemencia de la pandemia.

Los primeros 10.000 muertos confirmados en el mundo se registraron el 20 de marzo; Italia llegó a ese número una semana después, siendo la primera nación con semejante mortalidad; España, el 2 de abril; Estados Unidos, el 7 de abril; el estado de Nueva York, el 13; América Latina, el 30 de ese mes; Brasil, el 9 de mayo; México, el 2 de junio; y este mes, África, el primero; Perú, el 2; Rusia, el 4 y Chile, el 5.

Ahora, las cifras que conoce diariamente el país a partir de los boletines del Ministerio de Salud hacen referencia a muertes reportadas, que no necesariamente mencionan cuándo ocurrieron.
Al hacer un análisis propio sobre la mortalidad en el país por covid-19, basado en fechas de muerte, se puede ver que el 8 de abril se superó la centena de fallecimientos totales, con 102.
Durante ese mes, el número de decesos diarios osciló entre 4 y 15, hasta el 24, cuando los decesos diarios superaron la decena.

Para el mes de abril se registraron 259 fallecidos; de esos, 9 fueron reportados en este mes de julio. De esta forma se cerró el mes de abril con 358 fallecidos acumulados.
El 18 de mayo se duplicó el número de fallecidos totales que había el 31 de marzo. Y el 26 de mayo se pasó la barrera de los 1.000 decesos ocurridos, según su fecha de ocurrencia. Ese mes terminó con 1.172 decesos y un máximo diario de 50, el 30 de mayo.
Ya el 12 de junio se superaron los 2.000 decesos totales y el 14, por primera vez, se presentaron más de 100 en un solo día, un número que se mantiene y crece diariamente a partir del 16 de junio. Ese mes el país cerró con 2.996 decesos según su fecha de ocurrencia, de los cuales 2.158 se reportaron en el mes y los restantes 838 durante en julio.

Junio cerró con 4.214 decesos ocurridos. De ellos, solo se reportaron 3.334 al 30 de junio. Ese día se presentaron 145 decesos, el máximo número hasta entonces.
El 12 de julio se presentaron 201 fallecimientos por covid-19 y por primera vez se superaron los 200 en un día, un nivel que se mantiene hasta hoy.

Los desfases naturales

Pese a que los reportes diarios de los últimos días traen más de 300 muertes cada jornada, lo cierto es que estas cifras son el acumulado de decesos ocurridos en varios días y semanas atrás.

Para la muestra está que al tomar los 356 fallecidos reportados oficialmente por el Ministerio de Salud el 30 de julio, solo 29 corresponden a decesos ocurridos ese día, 115 fueron del 29 y el resto a días anteriores.

Y aunque estos desfases son normales en el seguimiento de una pandemia, se sabe que en la medida en que se van ajustando los datos se podrá conocer con exactitud el comportamiento de la mortalidad en cada día.

Para la muestra está que de los 9.810 muertos conocidos hasta ayer, 4.285 (43,7 %) tuvieron diagnóstico antes de la muerte, a 5.080 (51,8 %) se les confirmó el positivo después de fallecer y 445 (4,5 %) fueron confirmados por covid-19 el día del deceso. O en otras palabras, la mayoría son confirmados como víctimas de la pandemia después de fallecer.

Una cifra muy representativa

Durante todo el 2019, murieron 9.532 personas por Infecciones Respiratorias Agudas en Colombia; esa fue la quinta mayor causa de decesos en todo el país. Sin embargo, en apenas cuatro meses del 2020, el covid-19 ha cobrado la vida de más de 10 mil colombianos.
Esa, quizá, es una forma de dimensionar la magnitud de las personas que hemos perdido en medio de esta pandemia. También es una manera de entender que, más allá de los números, había seres humanos con familias e historias.

Esta pandemia, que alcanza su pico en Colombia, nos arrebató, de la primera línea de defensa, a 40 personas del sector salud, entre ellos 17 médicos, 9 auxiliares de enfermería y 5 conductores. También hemos perdido a 116 representantes de nuestras tribus indígenas, de las cuales hay varias que tienen duras condiciones de pobreza; a 492 afrocolombianos, a 6 del pueblo ROM o gitano e, incluso, a 55 extranjeros residentes en el país.

Este viernes, Colombia alcanzó una cifra que parecía inimaginable hace tan solo un par de meses: más de 10 mil fallecimientos confirmados por covid-19. Y tal como lo ha advertido el Gobierno, ciudades como Bogotá y Medellín, y departamentos como Córdoba, están afrontando el peor momento, el del pico de casos y muertes. Todo, en medio de una carrera contra el tiempo para que no colapsen ni la economía ni el sistema de salud.

Esto es lo que revelan los datos sobre este momento crucial de la pandemia, que le cambió el curso a este planeta.

El pico avanza por regiones y ciudades

Según se desprende del análisis de los datos del Instituto Nacional de Salud, la curva de fallecimientos ha tenido distintos protagonistas regionales en ciertos momentos. En abril fue Villavicencio la ciudad que más sufrió por el incremento, no solo de casos, sino de muertes; muchos de ellos, motivados por la crisis en la cárcel de esa ciudad.

Luego, la alarma se trasladó al Amazonas a comienzos de mayo. Pocos días después, a finales de ese mes, Cartagena vivió los rigores de esos ‘picos regionales’. Luego, fueron Barranquilla y el departamento del Atlántico en general los que sufrieron el azote de la pandemia.

En ese momento el impacto fue tal, que el departamento llegó a superar, en total de fallecimientos y en la tasa de contagios por cada 100 mil habitantes, las cifras de Bogotá, una ciudad que triplica en población a esa zona del Caribe.

Hoy la afectación es distinta. Mientras Barranquilla ha disminuido un poco la velocidad de muertes, en Bogotá los datos están creciendo con rapidez. Actualmente, los fallecidos por covid-19 en la capital representan el 27% del total en el país; es decir, una de cada cuatro muertes ha ocurrido en Bogotá. Esta ciudad también tiene una tasa de 35 muertes por cada 100 mil habitantes, tal como lo muestra la siguiente gráfica.

Si bien es clara la distancia que tomaron ambas regiones en cuanto a sus indicadores, llama la atención el incremento de muertes en Córdoba y en Antioquia en el último mes.

El primer departamento comenzó julio con 54 muertes, pero al día 30 de este mes, va en 631. Es decir, hubo un incremento de más del mil por ciento (1.168 %). Antioquia, por su parte, arrancó el mismo mes con 29 muertes, y termina con 480, lo que representa un aumento porcentual de 1.655 %.

En cuanto a decesos por cada 100 mil habitantes, cinco de los departamentos con mayor tasa de incidencia son de la región Caribe. Amazonas, pese a haber disminuido los fallecimientos (en junio alcanzó 15 días sin nuevas muertes), continúa encabezando la lista en esta revisión por cada 100 mil personas.

En contraste, el Eje Cafetero ha mostrado un comportamiento positivo en el manejo de la pandemia. Risaralda (3 de cada 100 mil), Quindío y Caldas (ambos con uno por cada 100 mil) tienen las menores tasas de incidencia de fallecimientos por covid-19 de todo el país. En la siguiente gráfica podrá ver, por departamento, este indicador:

¿Cómo es el perfil de los fallecidos?

Personas de sexo masculino, con más de 60 años, con problemas de hipertensión y diabetes o con comorbilidades por definir: ese es el perfil que más se repite entre las personas fallecidas en el país, tras analizar los datos del Instituto Nacional de Salud. En total, los mayores de 60 años concentran el 48 % del total de muertes por covid-19.

Sin embargo, el grupo de riesgo realmente comienza 10 años antes, pues cuatro de cada cinco fallecidos, es decir, el 81 %, tenían desde 50 años en adelante. Por el contrario, las personas de entre 0 y 40 años representan tan solo el 5 % de los casos fatales.

Lo doloroso de este indicador es que, en cuanto a contagios, es lo opuesto. El 62 % de los contagiados, lo que equivale más o menos a tres de cada cinco, tiene entre 20 y 40 años. Mientras tanto, quienes tienen de 60 años en adelante representan apenas el 15 % de los infectados confirmados. Son los que menos se contagian, pero los que más fallecen.

En cuanto a comorbilidades, los datos indican que el 28 % de los fallecidos tenían hipertensión, diabetes o ambas enfermedades. También llama la atención que, en los datos del INS, aparece otro 28 % de fallecidos como con ‘comorbilidad en estudio’. Según voceros del Instituto, esto significa que la EPS no entregó los datos suficientes para determinar con total precisión la enfermedad previa que padecía al momento de contagiarse.

El 7% de los fallecidos tenía entre sus comorbilidades enfermedades respiratorias, mientras que el 5% presentaba una afección cardíaca.

En esta gráfica se puede ver en detalle el tipo de comorbilidad que padecían las personas fallecidas, el total y la tasa de incidencia por cada 10 decesos:

Al revisar por el sexo biológico informado en por el INS, han fallecido más hombres, con el 63 % del total. Las mujeres representan el 36 %.

Otra realidad que evidencian las cifras es que, en Colombia, más de la mitad (el 53 %) de las personas que murieron por coronavirus recibieron el diagnóstico el mismo día o hasta 20 días después de su fallecimiento. Igualmente, se puede ver que el 50 % de los enfermos por covid murió entre 10 y 20 días después del inicio de los síntomas, mientras que el 39 % murió entre uno y nueve días después de comenzar los síntomas.

Así está Colombia frente al mundo y Suramérica

Datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, recopilados por la Universidad de Oxford en la iniciativa Our World In Data, dan cuenta de una realidad difícil: Colombia está en el lugar 13 entre los 20 países con mayor número de personas fallecidas por la enfermedad producida por el nuevo coronavirus. En este gráfico se pueden ver ese indicador en detalle:

Al observar la tasa de incidencia por cada millón de habitantes, el país está en el lugar 31 del planeta, con 186 casos por cada millón de habitantes. Esto obedece a que en julio se aceleraron las cifras de muertes y contagios. Tanto así que, el pasado 30 de julio, nuestro país fue el quinto en el mundo con más casos nuevos de muertes confirmados ese día por coronavirus.

En comparación con los países vecinos, Colombia aparece como el quinto con mayor número de muertes durante la pandemia. En ese escalafón, Brasil es primero, con un crecimiento diario acelerado.

Sin embargo, al mirar los casos por millón de habitantes en esta parte del continente, nuestro país es séptimo en este indicador, en el cual Perú aparece de primero, seguido de cerca por Chile.