Cesación tabáquica: ¿Qué le pasa al cuerpo cuando una persona dejar de fumar?

En Colombia, el último Estudio Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas reveló que la prevalencia del tabaquismo venía en descenso, pasando del 12,9 por ciento (2013) al 9,7 por ciento (2019). La tendencia hace eco de las cifras mundiales más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que evidencian una disminución en el consumo de tabaco del 33 por ciento al 20 por ciento en un periodo de 22 años exactos (2000 - 2022).

Las cifras son alentadoras, pero ¿qué sucede en el organismo cuando una persona deja de fumar? La cesación tabáquica, o el acto de dejar de fumar, desencadena una serie de cambios inmediatos en el cuerpo humano.

En primer lugar, apenas unos minutos después de fumar el último cigarrillo, la presión arterial y la frecuencia cardíaca comienzan a disminuir, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, este proceso también puede desencadenar una serie de síntomas conocidos como síndrome de abstinencia, que son la manifestación física del cuerpo al adaptarse a la falta de nicotina.

Los síntomas de abstinencia pueden variar en intensidad según la persona, pero generalmente incluyen irritabilidad, ansiedad, dificultad para concentrarse, aumento del apetito, insomnio, y en algunos casos, depresión. Estos síntomas pueden hacer que el proceso de dejar de fumar sea desafiante para muchas personas, ya que el cuerpo está acostumbrado a la presencia de nicotina y su ausencia puede desencadenar respuestas físicas y emocionales.

Además de los síntomas de abstinencia, el cuerpo comienza a experimentar otros cambios positivos después de dejar de fumar. Por ejemplo, la función pulmonar mejora, lo que lleva a una mayor capacidad pulmonar y una menor incidencia de tos y dificultad para respirar. La circulación sanguínea también mejora, lo que puede resultar en una piel más saludable y una curación más rápida de las heridas.

El doctor Javier Galiana Perucho de Top Doctors España, asegura que es muy importante que la persona esté segura de que quiere dejar de fumar. "Es importante por parte del paciente que tenga su intención porque supondrá un esfuerzo para él y el profesional. Debe acudir a un especialista en tabaco y debe ser un tratamiento espacioso, no menos de tres meses y se deben hacer controles anuales", manifestó.

El tratamiento del síndrome de abstinencia por cesación tabáquica puede abordarse de diversas formas en función de las necesidades individuales del fumador. En primer lugar, es crucial el apoyo emocional y psicológico durante este proceso. Muchas personas encuentran útil hablar con un terapeuta o un consejero para desarrollar estrategias para manejar los síntomas de abstinencia y mantener la motivación para dejar de fumar.

Además, existen opciones farmacológicas que pueden ayudar a aliviar los síntomas de abstinencia y aumentar las posibilidades de éxito en la cesación tabáquica. Los medicamentos como los parches de nicotina, los chicles de nicotina, los inhaladores de nicotina y los medicamentos recetados como el bupropión y la vareniclina pueden ayudar a reducir los antojos de nicotina y los síntomas de abstinencia.

La terapia de reemplazo de nicotina (TRN) es una estrategia comúnmente utilizada que proporciona al cuerpo nicotina de forma controlada, ayudando a reducir los síntomas de abstinencia mientras se trabaja para dejar de fumar por completo. Estos productos de TRN están disponibles en diferentes formas y concentraciones para adaptarse a las necesidades individuales de los fumadores.

En este punto, Galiana Perucho asegura que "dejar de fumar trae muchas ventajas. Se dejará de lado una adicción relacionada con la nicotina. A medio plazo se tendrá higiene dental, recuperación del gusto y olfato y a largo plazo se puede asegurar una mejor función respiratoria y cardiaca".

Para el especialista, además del apoyo emocional y el tratamiento farmacológico, adoptar un estilo de vida saludable también puede ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y mejorar las posibilidades de éxito en la cesación tabáquica.

Lo anterior incluye hacer ejercicio regularmente, mantener una dieta equilibrada, practicar técnicas de manejo del estrés como la meditación o el yoga, y evitar situaciones o desencadenantes que puedan provocar el deseo de fumar.