Los cálculos renales son depósitos duros hechos de minerales y sales que se forman dentro de los riñones, por eso también se les conoce coloquialmente como 'piedras'. Existen algunos ejercicios que pueden ayudar a expulsarlos naturalmente. Le contamos.
Expulsar cálculos renales puede ser bastante doloroso, pero, por lo general, estos no representan un riesgo mayor ni tienen daños permanentes si se detectan oportunamente.
De acuerdo con la Clínica Mayo, es posible que para eliminar estos depósitos solo haya que tomar analgésicos y mucha agua, aunque también existen los casos en que hay que recurrir a la cirugía para deshacerse de ellos.
Sin embargo, hay algunos ejercicios que se han utilizado por años para hacer que los cálculos salgan del organismo mucho más rápido, pues aunque puedan no generar molestias mientras estén alojados en los
riñones, cuando comienzan a desplazarse por el aparato urinario aparecen los dolores intensos.
A pesar de que la recomendación inicial es consultar con un médico cuando esto sucede, hay complementos que pueden ayudar a que las 'piedras' sean expulsadas.
Entre ellos, hablando específicamente de actividades físicas, se destacan las que conllevan movimientos del tronco superior, como la natación, correr e incluso la práctica del tenis.
El médico tratante puede recomendar tratamientos preventivos para reducir el riesgo de tener cálculos renales recurrentes, sobre todo cuando el paciente tiene predisposición a formarlos.
Los principales factores de riesgo para desarrollar cálculos renales son antecedentes familiares o personales, así como la deshidratación, algunas dietas con altos contenidos de sodio y azúcar, la obesidad, entre otros.
¿Cómo detectarlos?
Como se mencionó anteriormente, la única manera de saber que hay cálculos en el organismo es cuando se desplazan por los diferentes conductos del mismo y generan dolor.
Si un cálculo renal queda alojado en los conductos que conectan los riñones y la vejiga (uréteres), puede bloquear el flujo de orina y hacer que el riñón se hinche y haya espasmos.
En ese sentido, es importante reconocer los síntomas que este proceso puede ocasionar, como dolor punzante e intenso en los costados y la espalda, debajo de las costillas. También un dolor que se propaga hacia la parte baja del abdomen y la ingle, y sensación de dolor en oleadas o de ardor al orinar.
Sin embargo, hay signos de alerta como orina de color rosado, rojo o marrón; orina turbia o con mal olor; necesidad constante de orinar en pequeñas cantidades;
náuseas y
vómitos, y fiebre o escalofríos.
Ante cualquiera de estos síntomas se debe buscar atención médica de urgencias.
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