El a los servicios de salud en el Valle del Cauca y en Colombia continúa siendo un desafío. Una de las principales razones es la crisis financiera que ha impactado a clínicas y hospitales, provocando el cierre de unidades esenciales para el sector.
Un ejemplo reciente es la suspensión temporal del servicio de partos y de la unidad neonatal en la Clínica Palmira, una institución clave para la atención maternoinfantil en la región.
Según la entidad, la insuficiencia de recursos hizo inviable la continuidad de estos servicios, una decisión que impacta principalmente a mujeres gestantes y recién nacidos, no solo en Palmira, sino también en municipios aledaños.
“El tema de cartera y recaudo nos ha llevado a cerrar servicios paulatinamente, entre los que están los servicios de consulta externa, servicios de quirófanos y lo último que se cerró el día viernes fueron los servicios de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal y la Unidad de Cuidados Intensivos de Alto Riesgo Obstétrico”, explicó Santiago Laverde, director de la Clínica de Palmira.
Laverde señaló que los servicios de la Unidad de Cuidados Intensivos continúan operando con normalidad. Además, destacó que la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal fue establecida en colaboración con la Fundación Valle del Lili como un aporte de la clínica al municipio.
“La situación nos ha llevado, en este momento, al cierre de servicios, atraso del pago al personal, atraso en pagos a proveedores, lo que hace insostenible la capacidad de nosotros para poder continuar con ese servicio”, explicó Laverde.
Este no es el único caso en Colombia. De hehco, en los últimos meses, varias unidades completas y camas destinadas a la atención pediátrica, neonatal y obstétrica han sido cerradas en ciudades como Medellín, Bogotá y Cali. Esto ha afectado a instituciones como la Clínica Andes en Boyacá, el Hospital San Ignacio, la Clínica Colombia y la Clínica Farallones de Cali.
Laverde añadió que la prestación de estos servicios implica altos costos y, sin los recursos necesarios, es imposible mantener su funcionamiento.
“Son servicios muy costosos de prestar y francamente el tema de recaudo es poco. Por ejemplo para atender un alto riesgo obstétrico se necesitan dos obstetras las 24 horas, también pediatras para la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal, se requiere de un anestesiólogo de dedicación exclusiva, médicos generales, terapeuta respiratoria y demás, es decir se requiere de mucha infraestructura, es muy riesgoso jurídicamente la atención de esta población, por ello tiene que atenderse con altos estándares, pero sin plata no podemos funcionar”, concluyó Laverde.
REDACCIÓN VIDA