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Al menos el 80 % de los ictus se pueden prevenir: conozca cómo hacerlo
La incidencia de estas afectaciones se incrementó en todo el mundo. Explicamos factores de riesgo.
María del Mar Freijo, integrante de la Sociedad Española de Neurología (SEN), asegura que al menos el 25 por ciento de la población mayor de 25 años en el mundo podría tener un ictus a lo largo de su vida, por lo que es necesaria una mayor prevención y un mayor conocimiento de esta patología.
El accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ataque cerebral o ictus, se produce cuando se interrumpe el flujo de sangre hacia el cerebro, generando una pérdida del suministro de oxígeno y nutrientes, lo que ocasiona un daño en el tejido cerebral que puede ser duradero, provocar discapacidad a largo plazo o, en ocasiones, incluso la muerte.
Se estima que alrededor de 80 millones de personas que viven en el mundo han sufrido un accidente cerebrovascular y, en consecuencia, más de 50 millones de sobrevivientes viven con algún tipo de discapacidad permanente. A pesar de que la vida después del accidente cerebrovascular no será igual, si se mantienen los cuidados adecuados, la calidad de vida puede ser significativa.
. Foto:iStock
El doctor José Rozo, internista cardiólogo, presidente del Capítulo de Hipertensión Arterial de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (SCC), explica que “cerca de 15 millones de personas son afectadas por ACV anualmente, y de estas, aproximadamente 7,5 millones quedan con discapacidad permanente”.
No obstante, estas cifras se podrían reducir si se ponen en práctica medidas de prevención. Según los expertos, hasta el 80 por ciento de los ictus se podrían evitar controlando los factores de riesgo que multiplican las posibilidades de que se produzca.
Algunos de estos factores son la hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, hipercolesterolemia, consumo excesivo de alcohol, obesidad, estrés, sedentarismo y contaminación ambiental. Para Rozo, mejorar la forma en que vivimos, nos ejercitamos, comemos y manejamos los problemas del día a día es clave para prevenir y disminuir el riesgo de ACV.
Por su parte, la doctora María Alejandra Ibáñez, especialista en cardiología de la SCC hace un llamado a actuar rápidamente en caso de sospechar sobre un ACV, dado que, el tiempo es crucial para el manejo, la recuperación y el pronóstico.
Para esto es importante reconocer los síntomas más comunes, que incluyen debilidad o entumecimiento repentino en la cara, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo; dificultad para hablar o entender el lenguaje, confusión repentina, problemas de visión en uno o ambos ojos, mareos o pérdida del equilibrio y dolor de cabeza severo y repentino.
Ante estas señales de alerta, se debe llamar a los servicios de emergencia y no dejar sola a la persona afectada, asegurarse de que esté cómoda, tranquilizarla y que evite realizar esfuerzos físicos o actividades que puedan empeorar la situación.