La polémica carrera de Álvaro Leyva: de interlocutor en procesos de paz y constituyente a inhabilitado por el contrato de los pasaportes

“Es un muy buen interlocutor en temas de paz y no se va a quedar quieto, ese es su proyecto de vida”. Esta frase de una alta fuente de la Cancillería podría resumir con precisión la carrera del exministro y exconstituyente Álvaro Leyva Durán, a quien este martes la Procuraduría General de la Nación decidió inhabilitar por 10 años para ejercer cargos públicos por irregularidades en la licitación del contrato para expedir los pasaportes.

La anterior frase fue usada por un funcionario del Palacio de San Carlos para explicar la “sorpresiva” visita –calificada a título personal- del ahora inhabilitado excanciller a Nicolás Maduro el pasado 28 de agosto en Caracas, un mes después de las cuestionadas elecciones y el supuesto fraude que tiene al régimen en su momento de mayor descrédito a nivel internacional.

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Casi siempre que se habla de negociaciones de paz, para bien o para mal, la figura de Leyva aparece en la foto, pues es un veterano en lo que concierne a estos asuntos. Fue un puente en varios gobiernos entre el Estado, el M-19 y las Farc. A pesar de su pasado conservador –es hijo de Jorge Leyva Urdaneta, excongresista y ministro- en su momento se ganó la confianza del propio jefe de las Farc, Manuel Marulanda.

En 1984 tuvo un papel importante en el cese al fuego logrado en esa guerrilla durante el gobierno de Belisario Betancur y que se extendió hasta 1990, en el gobierno de Virgilio Barco. También fue clave en la liberación de Álvaro Gómez Hurtado, dirigente conservador secuestrado por el M-19.

Asimismo, gestionó acuerdos y acercamientos con las Farc en los gobiernos de Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y, por supuesto, en los diálogos que llevaron al acuerdo de paz durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Sin embargo, la vida del exconcejal, exrepresentante y exsenador no ha estado a exenta de polémicas.

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Uno de los más mediáticos fue su mediación para concretar conversaciones entre los paramilitares y Juan Manuel Santos, en 1997, para supuestamente fraguar un complot contra el entonces presidente Ernesto Samper. El esmeraldero Víctor Carranza habría ayudado a Leyva y a Santos a concretar un encuentro con Carlos Castaño.

En 1998 la Fiscalía le abrió una investigación de Leyva por supuesto enriquecimiento ilícito con dinero del Cartel de Cali. Un cheque de 49 millones de una empresa de los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, jefes del cartel de Cali, que según Leyva corresponde a la venta de vehículos y repuestos, fue el origen de la polémica.

Leyva alegó persecución política y por eso pidió asilo en Costa Rica y estuvo por fuera del país hasta el 2002, cuando la Interpol lo capturó en Madrid. Luego la Corte Suprema lo absolvió y pudo regresar a Colombia en 2006.

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Leyva volvió a aparecer en la agenda pública cuando su nombre fue encontrado en los computadores del guerrillero Raúl Reyes, incautados por el Ejército en 2008. La inteligencia del Estado estableció que los subversivos llamaban a Leyva con el seudónimo “El Profe” y años después él mismo reconoció eso.

En esos correos aparecieron algunos acuerdos, por ejemplo, la liberación de Ingrid Betancourt si Leyva ganaba la presidencia en 2006. No obstante, Álvaro Uribe fue reelecto.

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La polémica que hoy le cuesta a Leyva su inhabilitación por 10 años fue la tormentosa licitación pública 001 de 2023 del Fondo Rotatorio del Ministerio de Relaciones Exteriores para la expedición de los pasaportes. Leyva declaró desierta la licitación en la que Thomas Greg & Sons partía con ventaja para seguir produciendo los documentos y prorrogó bajo urgencia manifiesta el contrato anterior hasta el 2 de octubre de 2024. Mientras tanto, Thomas Greg demandó al Estado.

Inicialmente proyectada por 599.651 millones de pesos, debía garantizar la expedición de pasaportes a los colombianos hasta julio del 2026. Según Leyva, ese freno lo hizo para salvaguardar los recursos estatales, pues al parecer todo estaba acomodado para que la compañía se quedara con la jugosa contratación. Pero para la Procuraduría, con ello pudo haber vulnerado principios establecidos en la ley de tipo económico.

Es de recordar que por este caso, a inicios de este año Álvaro Leyva estuvo suspendido provisionalmente de su cargo durante seis meses.

A partir de septiembre de 2025, Colombia tendrá un nuevo modelo para la elaboración de pasaportes, un esquema que tendrá a Portugal como aliado estratégico. A pesar de que estas decisiones se tomaron en la gestión de Luis Gilberto Murillo, la sombra de Leyva no pasó desapercibida: se habla de reuniones de su hijo en Portugal que habrían sido claves para encaminar a ese país como el aliado de Colombia. Leyva, sin embargo, negó injerencia. 

Mientras estuvo suspendido, el excanciller se las arregló para seguir vinculado a las conversaciones del país. En mayo reapareció para defender la idea del presidente Gustavo Petro de denunciar ante la ONU el supuesto incumplimiento del Estado colombiano al Acuerdo de La Habana. Y en los días previos y posteriores a esa reaparición se supo que es uno de los cerebros detrás de la particular interpretación del acuerdo de paz y de su uso para darle vía a la idea del Presidente de que puede promover una constituyente (ahora se refiere al poder constituyente) sin recurrir a las vías que establece la Constitución: es decir, previa aprobación de un proyecto en el Congreso y revisión de la Corte Constitucional.

El excanciller sostuvo en un video revelado vía X que hay una parte del acuerdo que habla de convocar un “acuerdo político nacional”, que el proceso “de La Habana no ha concluido” y que el documento, que fue depositado por el Estado colombiano en Naciones Unidas, habla de una “refrendación” que se proyecta al cumplimiento mismo de los acuerdos y no solo a su firma, que fue el proceso que se cumplió con el plebiscito del 2016.

Esa es una tesis que ha sido rebatida por negociadores del gobierno de Juan Manuel Santos, quienes señalan que Leyva está reviviendo una idea que en su momento defendieron los jefes de la guerrilla de las Farc y que recibió como respuesta un no rotundo del Estado colombiano.

El excanciller se apoya en un párrafo del texto que dice: “Con el ánimo de consolidar aún más las bases sobre las que se edificará la paz y la reconciliación nacional, una vez realizado el procedimiento de refrendación convocará a todos los partidos, movimientos políticos y sociales y a todas las fuerzas vivas del país a concertar un gran acuerdo político nacional”. La propuesta, que expertos en temas constitucionales aseguraron que no tenía sustento, generó un amplio debate en el país.

JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ

Redacción Política