La Contraloría decidió apersonarse de la situación que viven en el Guaviare los indígenas nukak, considerados el último pueblo nómada del continente.
Esto nativos fueron desplazados de su gran reserva por las Farc a comienzos del 2000. Y desde entonces no han podido volver a su territorio: primero, por la guerra; después, por los campos minados, a lo que ahora se suman los cultivos ilícitos y los narcotraficantes que están en la región.
Esta situación ha llevado a autoridades tanto locales como nacionales a señalar que no hay garantías para que estos indígenas puedan retornar a la selva.
Durante los últimos años han tenido que vivir en pequeños asentamientos muy cerca de los blancos y donde han abandonado sus prácticas nómadas y subsisten de las ayudas oficiales que les llegan. Su situación, en todos los sentidos, es calamitosa.
Precisamente, la Contraloría envió al Guaviare una comisión para determinar el estado en el que se encuentran los nukak y, por intermedio de su delegada para la Población Focalizada, alertó para que se inicien acciones inmediatas que atiendan las necesidades en salud, educación y ayuda humanitaria que requiere esa comunidad.
El equipo estuvo liderado por el contralor delegado para la Población Focalizada, Hitler Rouseau Chaverra, quien durante dos días visitó los asentamientos de Caño Macu, Guanapalo, Filo de Hambre, Capricho y Aguabonita.
Según la Contraloría, se detectaron “alarmantes deficiencias” que ponen en riesgo la salud y preservación de la cultura nukak.
Qué encontraron
Con la visita de campo se evidenció de primera mano la ausencia del Estado en lo relacionado con la protección de los cerca de 1.200 nukak que quedan.
De acuerdo con Chaverra, es evidente el estado de abandono en que se encuentran.
“Los centros de salud están completamente destruidos, no hay promotores de salud para la parte preventiva. En lo que tiene que ver con educación, algunos niños tienen que tomar sus clases en pisos de tierra”, dijo el contralor delegado.
Pero también afirmó que es urgente la asistencia alimentaria, pues su principal queja es que “tienen hambre”.
El llamado de atención de la Contraloría es para que las entidades del orden nacional, en cabeza del Ministerio del Interior, y las regionales, implementen el plan de salvaguarda ordenado por la Corte Constitucional, el cual se centra en el retorno de los nukak a su territorio. Fue ordenado hace 12 años.
Para la Contraloría, hay que atender tres temas muy puntuales: la asistencia alimentaria, pues es un pueblo con hambre; es urgente la implementación de los programas de atención en salud y, tercero, atención en educación respetando la esencia de ellos.
Protección de la Corte
La Corte Constitucional, en sentencia 025 de 2004, advirtió un estado de cosas inconstitucionales, lo que fue ratificado por un auto del 2009 que declaró que el pueblo nukak está en riesgo de extinción cultural y física como consecuencia de la violencia.
Por ello se ordenó un plan de salvaguarda. Señaló que es obligación del Estado devolverlos a su territorio, pero brindándoles todas las garantías, como salud y educación.
En el 2012, un nuevo auto de la Corte ordenó que se formule e implemente un plan provisional urgente de reacción y contingencia para los nukak. Es para atenderlos en los más básico.
Pero en eso tampoco se ha avanzado.