Los mensajes contradictorios del presidente Petro frente a la posesión de Nicolás Maduro en Venezuela

A dos días de que el régimen de Nicolás Maduro renueve, en medio de serias dudas por su falta de legitimidad, su poder en Venezuela por seis años más, el presidente Gustavo Petro despejó la duda sobre su asistencia a la posesión del chavismo: el mandatario colombiano no irá a la ceremonia. 

Sin embargo, sí estará presente el embajador Milton Rengifo a pesar de que, según lo dicho por el propio jefe de Estado, no se reconoce el certamen electoral del pasado 28 de julio. La decisión, lejos de tranquilizar a la opinión pública y a la oposición, ha provocado rechazo por su contenido contradictorio.

Las cuestionamientos se centran en que por más que el mandatario se quede en Colombia, la simple participación de un representante colombiano implica ser "cómplice" de un régimen señalado de cometer fraude y violar los derechos humanos.

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“El presidente Gustavo Petro anuncia que no asistirá al nuevo mandato del dictador Nicolás Maduro pero delega al embajador Milton Rengifo ir. Al mismo tiempo reconoce que las elecciones en Venezuela no fueron libres, pero pide la celebración de otro certamen electoral, como si el triunfo de Edmundo González no fuese suficiente”, señaló el senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa.

"Colombia no puede ser cómplice de la dictadura en Venezuela. Asistir a la posesión de Maduro es aceptar un régimen que viola derechos humanos, tortura y comete crímenes de lesa humanidad, mientras oprime a millones de venezolanos", aseveró, por su parte, la excanciller Marta Lucía Ramírez.

Mientras que la exalcaldesa de Bogotá Claudia López, otrora aliada del jefe de Estado y hoy una de sus más duras contradictorias, hizo un duro pronunciamiento por el mensaje del mandatario: "Habla con la cobardía del cómplice. Del que teme que revelen sus conexiones y enredos con Maduro. Las y los colombianos y venezolanos ya decidieron. Derrotaron 70-30 a una dictadura corrupta y asesina, que solo se atrinchera en lo que le queda de represión y la complicidad de unos pocos. La historia los dejará a usted y a Maduro en la misma esquina de la derrota, frente a dos pueblos, el venezolano y el colombiano, que no se han dejado amilanar ni por la corrupción ni por la represión, que se sobrepondrán al cambio frustrado que no fue, y defenderán siempre la libertad y la democracia que tanto nos ha costado".

El presidente Petro hizo su anuncio tras reunirse este martes con el canciller Luis Gilberto Murillo. En dicho mensaje, en el cual dejó varias críticas a la política norteamericana, aclaró que "Colombia no romperá relaciones diplomáticas con Venezuela, ni intervendrá en los asuntos internos de ese país, sin invitación. Pero solicitamos desde nuestra propia lucha por los derechos humanos en Colombia, se respeten para todos y todas en Venezuela".

En su edición del pasado domingo, EL TIEMPO apuntó que el Gobierno colombiano se decanta por enviar al menos un representante a la investidura del Palacio Federal Legislativo en lo que es una estrategia “pragmática” para mantener la interlocución, la relación bilateral y evitar retroceder en avances que incluso podrían perjudicar a los colombianos que viven en Venezuela y en la frontera. 

"Creemos que no asistir es cerrar las puertas a una interlocución que, hacía adelante, pueda contribuir a transformar la conflictividad interna en Venezuela", se señaló a este diario una fuente.

Entre los cálculos de Bogotá también se contempla la estabilidad de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (Eln), que se llevan a cabo en Caracas bajo la supervisión del régimen de Maduro, pues en Venezuela se encuentra asentada buena parte de la estructura armada.

"El gobierno colombiano entiende que nuestros dos pueblos están ligados por sangre, cultura e historia, y que cerrar fronteras, evitar el relacionamiento diplomático y separar nuestros pueblos a la fuerza es de una brutalidad enorme. Lleva a que las fronteras sean de las mafias, y se provoca el hambre de millones de seres humanos colombianos y venezolanos y su éxodo, y a la violación sistemática de sus derechos humanos", explicó Petro.

Analistas consultados por este diario señalaron que el presidente Gustavo Petro no puede tomar una decisión radical como la que ha tomado con otros países (el caso de Israel) por las dinámicas y la interdependencia que tiene Colombia con Venezuela.

"Mi interpretación es que es una decisión estratégica. Petro no va a la posesión porque quedaría muy mal y se entendería como un espaldarazo directo al régimen dictatorial de Maduro, que sigue sin mostrar las actas. Al mandar a Rengifo, lo que quiere mostrar es que sigue abierto el espacio de diálogo y el apoyo de Colombia para buscar una salida negociada a la crisis. Otros países no tienen esa cautela porque su relación con Venezuela es muy distinta a la que tiene Colombia", comentó Angélica Rodríguez, profesor e investigadora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte.

"La relación venezolana no se equipara con ningún otro Estado, por lo que Petro ha hecho esta apuesta, aún más, teniendo en cuenta los resultados terribles que trajo la ruptura de relaciones diplomáticas y consulares con Venezuela en el gobierno Duque. Es un error que no quiere volver a cometer y por eso prefiere dejar canales abiertos de comunicación, que se materializan con la asistencia de Rengifo a la posesión, aunque esto genera muchas críticas a nivel interno e internacional", agregó la analista.

La tesis es compartida por Eduardo Velosa, director de la Maestría en Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana: "No puede tomar una decisión radical (apoyar de manera decidida al gobierno de Maduro ni tampoco romper relaciones, como solicitan algunos políticos en Colombia). Es necesario recalcar que en diplomacia existen jerarquías y como tal, el embajador estaría en 4 posición (presidente-canciller-vicecanciller-embajador) y, por tanto, no se le está asignando un lugar en la agenda colombiana. Esto es una señal para la comunidad internacional clara", manifestó.

Ahora bien, Velosa dijo que Petro apoya una versión de democracia "muy ligada al resultado y no al proceso en sí mismo". Y lo explicó de esta manera: "De acuerdo con esto, hay democracias buenas y democracias malas, y en esta última caracterización caben casos como el de Argentina, el de Perú o, incluso Ecuador. Las democracias buenas son aquellas en donde el “pueblo” ganó, en contra de unas élites políticas anquilosadas y rentistas. Por supuesto, esto hace parte de los discursos populistas que pueden ser de izquierda o de derecha".

Una de las preguntas a resolver a partir de ahora será la de cómo reaccionará el régimen de Maduro a la inasistencia del presidente Petro, uno de sus principales aliados en la región.

Y es que Ronal Rodríguez, investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, recalca que al chavismo no le ha temblado el pulso para romper relaciones con varios gobiernos aplicando su estrategia de autoaislamiento.

"El régimen de Nicolás Maduro para mantener la relación diplomática, consular, comercial y la normalidad de la zona de frontera muy seguramente exigirá el reconocimiento. Es muy difícil que el presidente Petro pueda evadir eso. Puede que no asista a la posesión presidencial, pero una de las características que ha tenido la revolución bolivariana y particularmente durante el periodo Maduro es que están dispuestos a sacrificar las relaciones”, expuso.

JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ

Redacción Política