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La inquietante y creciente tensión entre Colombia y Perú
¿Hasta qué punto puede llegar las diferencias entre Lima y Bogotá por Pedro Castillo? Análisis.
Gustavo Petro, Dina Boluarte y Pedro Castillo. Foto: Presidencia/EFE/AFP
Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Perú han entrado en una fase de tensión ascendente. Se trata un hecho inédito e inesperado tras los dramáticos y sorprendentes sucesos que generaron en un cambio de Gobierno en el país vecino.
Los mensajes que van y vienen son inquietantes. De allá llegó una nota diplomática en la cual expresan “el profundo malestar del Gobierno del Perú ante las reiteradas declaraciones del presidente Gustavo Petro sobre la situación política en el país”.
“Las afirmaciones del presidente Petro constituyen una injerencia inaceptable en los asuntos internos del Perú, especialmente grave en el contexto de actos de violencia que han ocasionado lamentables pérdidas de vidas humanas”, expresó la cancillería en un comunicado.
Lima dice además que no se trata de unas palabras corrientes por parte de Petro, sino que se alejan de “la prudencia que los sucesivos gobiernos del Perú y Colombia” han cultivado con respecto a los asuntos “de política interna del otro Estado, especialmente en situaciones complejas y delicadas”, dice el mensaje.
Petro, por su parte, ha dicho que la detención de Pedro Castillo es un "exabrupto" mientras no da el valor real al gobierno de la presidenta Dina Boluarte. En este proceso, Petro ha puesto en duda a la Convención Americana sobre Derechos Humanos mientras subraya que Castillo es “víctima de un antidemocrático hostigamiento”.
Pero pone de ejemplo la decisión del Congreso de impedirle salir del país para asistir en noviembre a la cumbre de la Alianza del Pacífico. “Cuando el Parlamento peruano impedía que el presidente del Perú elegido popularmente fuese a las reuniones de presidentes latinoamericanos, lo que estaba era impidiendo la articulación y la integración económica de América Latina y del área andina”, dijo Petro.
En paralelo, Petro se ofrece de mediador: “Ojalá eso cambie, no puedo yo pronosticar lo que pueda pasar en el Perú, yo aspiro a que dejen de matar, hay cerca de 20 muertos y yo creo que se impone un diálogo político; no puedo definir si las variables de ese diálogo. Si Colombia es necesario para posibilitar el gran diálogo social y político del Perú, pues estamos dispuestos”.
Pero ¿por qué se llegó a este punto? ¿Por qué Petro que llegó al poder invocando la unión latinoamericana ahora mira con recelo a un gobierno vecino?
"Es evidente que el presidente Gustavo Petro está cometiendo errores profundos que pueden ser perjudiciales", dice Óscar Palma, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticos de la Universidad del Rosario.
El presidente Gustavo Petro y Pedro Castillo en agosto del 2022. Foto:EFE
Para el docente la política exterior de Colombia está tallada en un proceso delicado, que se trabaja de forma muy profesional por diferentes sectores, que puede ser torpedeado por unas salidas en Twitter del presidente Petro.
Para él, Petro debe gestionar unas salidas más reposadas. "En este momento no es nada bueno para el país que Petro trate este tipo de temas como si fuera un influenciador o como si fuera apenas un senador", dice Palma.
Por eso, Palma le pide limitar las salidas que conciernen al tema y tomar el caso como un estadista. "Presenta una serie de opiniones de acuerdo a su sesgo ideológico y eso no necesariamente concuerda con los procesos más profundos, más largos de la política exterior colombiana, eso es un error", dice el analista.
Para él, el tema atraviesa por una fase tan delicada que queda en evidencia en los comunicados de la cancillería peruana. "Hay una molestia muy profunda allá por justamente estas este tipo de opiniones del presidente de la República".
A Palma lo sorprende que el jefe de Estado colombiano se haya dejado llevar por sus posiciones ideológicas exponiendo unas relaciones que han sido tan fructíferas en las últimas décadas.
En efecto, mucha agua ha corrido bajo el puente desde aquel 24 de marzo de 1922 cuando finalizó la guerra colombo-peruana con la firma del Tratado limítrofe Lozano – Salomón. Desde entonces y luego de cruciales momentos como cuando Víctor Raúl Haya de la Torre, líder del partido de Alianza Popular Revolucionaria Americana, estuvo viviendo cinco años en la embajada de Colombia en Lima, la armonía ha sobresalido.
¿Es posible que Petro esté enviando con sus palabras mensajes para diferentes audiencias?
"Cuando un presidente hace unas declaraciones así -que en principio son de política exterior también- las está haciendo para dentro de su propio país", dice César Páez, analista de la Universidad Externado de Colombia.
"Creo que en estas declaraciones del presidente hay una mezcla de un apoyo que está marcado por una coincidencia y cercanía ideológica con el derrocado presidente Castillo; y por otro lado, también hay una especie de mensaje a las fuerzas políticas internas en Colombia para que no intenten hacer algo similar a lo que hicieron allí en Perú".
Para él es claro, en conclusión, que hay una mezcla por un lado de un apoyo a alguien que hace parte de su misma corriente ideológica y por otro lado hay también un mensaje para las fuerzas políticas colombianas".
Pero, ¿qué puede pasar en un futuro próximo? "Es muy temprano para saber qué puede suceder en las relaciones entre Colombia y Perú. Todavía está por verse, qué va a suceder en Perú, cómo se estabiliza la situación política allí, si está Presidenta va a estar allí de manera duradera o simplemente va a ser de transición por algunos meses y luego se convocan elecciones generales y se elige un nuevo gobierno", responde Páez.
Las consecuencias para las relaciones entre Colombia y Perú están por verse, no se pueden determinar todavía, dice él. "Sin embargo, pues sí, sería saludable y sería estratégico tener mucha prudencia mucha más de la que se ha tenido hasta ahora en las declaraciones que hace el gobierno colombiano sobre la situación en Perú", argumenta Páez.
Mientras que Jairo Libreros, también docente del Externado, cree que la reacción de Petro obedece al nuevo escenario que dibuja el gobierno de Dina Boluarte en contravía a sus sueños de ver a la región con el tono político de su predilección:
"Hoy día la relación es fallida", dice Libreros. "En medio de la marea rosa -en su momento los once Gobierno de izquierda en América Latina- se esperaban unas relaciones regionales en modo alianza política, económica y social. Pero la caída del presidente Castillo en Perú pone en remojo la marea rosa y en suspenso indefinido la relación del gobierno Petro con Lima", analiza el docente.
Pero ¿qué puede pasar entonces? "Mientras este en el poder la presidenta Dina Boluarte las relaciones con el gobierno Petro no se normalizarán en términos de confianza diplomática. Quizás, una decisión judicial de libertad al expresidente Castillo y un nuevo proceso electoral para definir al nuevo presidente de los peruanos permitirá recomponer la confianza pérdida. Pero esto demanda una reforma constitucional en Perú, que tomará en el mejor de los casos 18 meses", augura el analista.