Las buenas noticias sobre el desempeño económico del país no se detienen. Al crecimiento del PIB semestral de 2021 de 17,6 por ciento –a pesar del paro nacional y los bloqueos– se sumó hace pocos días el Indicador de Seguimiento de la Economía (ISE) correspondiente a julio. Las actividades económicas en Colombia aumentaron un 14,3 por ciento en el séptimo mes del año, en comparación con el dato del mismo período del 2020.
El ISE mostró un crecimiento intermensual de 3,2 por ciento, jalonado por el comercio, transporte, alojamiento y las industrias manufactureras, ratificando un positivo arranque del segundo semestre del 2021. De hecho, el Dane confirmó a julio como el primer mes, en los 17 de pandemia, en el que el país reporta unas actividades productivas superiores a las registradas antes de la irrupción del covid-19. En otras palabras, la reactivación de la economía es un hecho y transita por una senda dinámica.
Este comportamiento de la producción nacional ha generado una ola de optimismo entre analistas, expertos y empresarios. El tanque de pensamiento Fedesarrollo publicó hace pocos días su Índice de Confianza Comercial, que en agosto se ubicó en 43,5 por ciento. Este nivel no solo refleja la percepción optimista de las ventas y las expectativas positivas de los comerciantes acerca del resto de 2021, sino que es el más alto registrado en 41 años.
En un país necesitado de buenas noticias, hay optimismo y hay impulso, que debe concentrarse en reactivación con mayor equidad.
A otros indicadores como el buen momento en la confianza de los industriales –15,6 por ciento– se añaden datos positivos como los aumentos de la producción, así como de las ventas totales. Se respira un ambiente optimista tanto entre empresarios como entre los consumidores. La dinámica reflejada en el ISE de julio condujo a varios ajustes al alza de las expectativas del crecimiento del PIB anual por parte de distintas entidades. Por ejemplo, el banco J. P. Morgan revisó recientemente sus proyecciones y subió a 9 por ciento.
A nivel general, los analistas del mercado mantienen expectativas alrededor del 8 por ciento del PIB. Evidentemente, la decisión de la reapertura total de la economía, el levantamiento de las protestas y los bloqueos, el fin de las restricciones y el avance del Plan Nacional de Vacunación no solo sostuvieron el positivo resultado del primer semestre de 2021, sino que siguen impulsando las actividades productivas en el inicio del segundo semestre. El reto estaría, entonces, en mantener la misma dinámica de julio el resto del año.
No obstante, la reactivación de la economía con empleos estables y la reducción de la pobreza siguen siendo inmensos desafíos para Colombia. La recuperación de los puestos de trabajo registra un rezago importante. Alrededor de 1,2 millones de empleos quedan por generar para volver a una situación de ocupación similar a la de antes del covid-19.
En materia de disminución de la pobreza, las apuestas también son altas. El desplome histórico de 2020 se tradujo en una pérdida de los avances sociales de aproximadamente una década. Junto con las transferencias monetarias, incluidas en la reforma tributaria, se requerirán puestos de trabajo y generación de ingresos. En un país necesitado de buenas noticias, hay optimismo y hay impulso, que debe concentrarse en una reactivación con mayor equidad.
EDITORIAL