Declaraciones de viejas glorias del deporte, como también de figuras que ya van de salida, han advertido sobre el difícil momento que atraviesa el ciclismo. Diagnóstico respaldado por los resultados. De un momento a otro, los triunfos que durante casi diez años llegaban por montón comenzaron a escasear. De disputar las grandes vueltas, y ganarlas, los pedalistas colombianos pasaron, en un abrir y cerrar de ojos, a luchar por posiciones secundarias, con algunas pocas excepciones.
Por el uso de tramadol, Nairo Quintana quedó al margen de la competición. Por aparecer en una trama de dopaje, Miguel Ángel López fue suspendido preventivamente. Egan Bernal lucha por retomar su nivel tras el accidente que estuvo cerca de quitarle la vida. Entre los jóvenes, si bien hay varios con talento, ninguno parece tener el potencial para estar pronto en la élite, peleando Giro, Tour o Vuelta.
Crisis así son oportunidad para revisar qué ocurre. Qué está pasando con los procesos de formación, si la organización del deporte tal y como está planteada hoy es la indicada. Muchos son los reclamos sobre el rol de las ligas y los abusos de los llamados clubes más interesados en el dinero que en promover el talento. Como ocurre con el fútbol, la Federación no está sujeta a mayor escrutinio, pero la fuerza de la evidencia debería llevar a que se explique por qué habiendo tanto talento y siendo este un deporte tan popular, lo que atrae patrocinadores, la gestión de este ente ha fallado en lo de mantener al país en la élite, que incluye, por ejemplo, el garantizar que al menos una carrera de alto nivel se dispute en el país. El Tour Colombia ya es parte del pasado y difícilmente regresará.
Sin el debido ‘mea culpa’ de todos los que tienen responsabilidad directa en la promoción y formación de talentos, así como en el establecer reglas claras –que incluyen acciones contundentes y transparentes contra el dopaje– y gestionar ejemplarmente los recursos para así motivar la llegada de nuevos patrocinadores, difícilmente el ciclismo colombiano podrá volver al grupo de punta.
EDITORIAL