El 13 de octubre último se conoció el texto completo de la sentencia C164 de mayo de 2022 mediante la cual la Corte Constitucionalidad despenalizó la Ayuda Médica al Suicidio (también llamado Suicidio Médicamente Asistido) bajo requisitos precisos, los mismos que aplican para la eutanasia. Poco se ha dicho de esta noticia que significa un enorme avance en el ejercicio del derecho a una muerte digna.
Celebro esta noticia porque hago parte del grupo de personas que desde hace más de tres décadas hemos hecho investigaciones periodísticas dando a conocer la importancia de acceder a una muerte digna cuando la vida coloca a una persona en condiciones de sufrimiento extremo y sin esperanza de recuperación. En 1997 la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia, reglamentada tardíamente por el Congreso, pero reglamentada al fin, que convirtió a Colombia en el primer país de América Latina que ha alcanzado este logro.
La Sentencia C164 tuvo origen en una demanda del colectivo DescLAB que adelanta una intensa labor por llevar a cabo estrategias sociales y jurídicas que permitan poner los derechos en acción, entre ellos la muerte digna. DescLAB demandó ante la Corte Constitucional el artículo del Código Penal que establecía castigos “a quien induzca o preste ayuda a una persona para que se suicide”.
Este grupo de profesionales hace en su página web una gran pedagogía sobre la Eutanasia, los Documentos de Voluntad Anticipada y ahora sobre el Suicidio Médicamente Asistido, que invito a consultar ante el desconocimiento en el tema (vale la pena aclarar que en la eutanasia es el médico quien causa la muerte, mientras que en el suicidio médicamente asistido el profesional presta una ayuda o asistencia para que la persona sea quien cause su muerte. Ambos para ejercer el derecho a morir dignamente).
La psicóloga Mónica Giraldo Castaño, Directora Ejecutiva de la Fundación Pro-Derecho a Morir Dignamente, entidad que ha ejercido un liderazgo histórico en Colombia, dice que “con la C164 se logra un nuevo avance, pero hacemos un llamado al Congreso para que haga la reglamentación respectiva porque sin mecanismos claros de como un médico puede acompañar un suicidio seguro siempre habrá barreras para efectuarlo así se sepa que ya no está penalizada esta práctica. En todo caso es un gran avance y ojalá logre poner el tema sobre la mesa, en casa y en los escenarios de la salud”.
Ante una población que envejece y el incremento de enfermedades neurodegenerativas, el país tiene que ponerse al día
Algo que es fundamental destacar es que dentro de los avances en los fallos de la Corte, uno de los más significativos es que ya la eutanasia o el Suicidio Medicamente Asistido son válidos para enfermedades mentales como es el caso del Alzheimer. Consulté para esta columna a la doctora Clara Cossio, Psiquiatra, Mg. Bioética y Coordinadora de Maestría en Bioética del Ces porque ella y el equipo de bioética de dicha Universidad están haciendo mucha claridad para el país sobre este tema, lo mismo que sobre los Documentos de Voluntad Anticipada.
“Ante una población que envejece y ante la realidad del incremento de las enfermedades neurodegenerativas, el país tiene que ponerse al día porque existe en esto de anticipar la muerte ante una enfermedad mental una enorme deuda”, dice la doctora Cossio.
Todo este tema de la muerte digna me ha cuestionado mucho ante la epidemia del covid-19. Mi gran pregunta es si los protocolos han sido los adecuados y si tenían razón los pacientes que firmaron pidiendo que no fueran entubados. Asunto largo y complejo del cual me ocuparé luego, pero cierro esta columna citando a Juan Diego Ciro, anestesiólogo, intensivista, con maestría en bioética y presidente del Comité de Ética Hospitalaria de la Clínica las Américas, quien padeció el covid-19 de manera intensa y prolongada.
Él dice: “Los Documentos de Voluntad Anticipada son muy importantes y cada vez van a tener más vigencia, pero frente al covid-19 ameritan una gran reflexión porque ante las complejidades de esta enfermedad no existe la última palabra. Como intensivista me tocó llamar varias veces a la esposa de un paciente a decirle que estaba en la recta final… pero se salvó. Eso lo dice todo”.
SONIA GÓMEZ GÓMEZ