En estos días fui al supermercado, y me pidieron la cédula. No me dejaron entrar porque solo podían entrar los impares. No lo sabía, así como tampoco que el cero es par. Ignorancia mía, lo reconozco.
Esta pandemia nos va a enloquecer. Si ya ni sabemos qué hora es, qué día, e incluso dudamos de en qué mes estamos; aprendernos los pares e impares, según la actividad, es un reto muy difícil. Más aún cuando, por ejemplo, en el caso de los supermercados, los pares entran en día impar y los impares, en pares. ‘¡Pare ahí! –me dije–. Concéntrese la próxima vez’.
Si seguimos así, en el futuro habré de preguntarme si hoy, día impar, debo escribir sobre política o podría hacerlo sobre el lenguaje. El pico (no el de la pandemia) y placa también va de pares e impares, con esa cédula que llamamos placa. Pero, lo dicho: si ya ni sabemos qué día es, cómo diablos saber si podemos salir o no. ‘¡Exígete! –me dije–, no es tan complicado’.
Y ampliando el tema me paso a lo político, que ha presentado en estos días dos pares y un impar. Me refiero a los órganos Legislativo, Judicial y Ejecutivo. Aludo a Barbosa y a Char y, claro está, al Ejecutivo. En cuanto al primero, quien dice ser el mejor fiscal de la historia y que en alguna oportunidad también afirmó ser el mejor estudiante de su generación, para luego citar títulos y más títulos, me pregunto: ¿tal megalomanía es siquiera entendible? No lo creo; es más, me parece injustificable y carente de fundamento. Su único ‘mérito’ es ser amiguis del presidente.
Lo de Char no tiene nombre, o sí lo tiene: desvergüenza. Dos cargos importantísimos en manos de un arrogante ‘estudioso’ y un declarado vago.
En un país de pares e impares, los verdaderos dueños son los ‘paras’. Y para terminar, refiriéndome a la propuesta del Ejecutivo, en boca de la Vicepresidenta, en cuanto al servicio militar obligatorio de las mujeres, cito a una amiga:
“Si los de la fuerza pública no pueden controlar sus instintos sexuales frente a las mujeres porque no las ven con frecuencia y por eso las violan, entonces es necesario que ellas también hagan parte de sus tropas para que los tranquilicen.
¿Luego estaríamos hablando de servicio sexual obligatorio con uniforme y diploma?”.
Nota: La Virgen de Chiquinquirá del Presidente es par; la de Fátima, de la Vicepresidenta, es impar. Y la de Guadalupe aparentemente no tiene par en México.
Mauricio Pombo