Por alguna misteriosa razón la antigua Imprenta del Valle, ahora rebautizada como Impretics, se convirtió en el contratista favorito de entes del orden nacional y departamental. Pero Impretics no es un contratista normal, pues ellos no ejecutan, nunca ejecutan, sino que se dedican a endosar los multimillonarios contratos que les llueven desde municipios, departamentos y hasta desde el Congreso de la República a pequeñas empresas que ellos mismos escogen a dedo.
Si no, ¿cómo entender que para el contrato de identificación biométrica del Congreso de la República Impretics hiciera una invitación cerrada a varias empresas sin experiencia en el asunto (incluyendo una dedicada a la confección de uniformes) y, oh sorpresa, la ganadora del jugoso contrato haya sido la única empresa de vigilancia a la que ellos dieron participación?
Si no, ¿cómo entender que el departamento de San Andrés firma un contrato con Impretics para realizar proyectos de reactivación económica y la empresa vallecaucana termina subcontratando bajo el mismo esquema de invitación cerrada con una empresa, también del Valle, la ejecución del contrato isleño?
Impretics, hay que decirlo sin ambages, es uno de esos contrataderos que ayudan a los políticos a saltarse la ley de contratación, tal y como lo ha denunciado varias veces en estas páginas el presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, Juan Martín Caicedo Ferrer. Impretics es una empresa mixta, así que puede contratar sin hacer licitaciones, sin garantizar transparencia, sin garantizar pluralidad y competencia. Impretics es poco transparente.
El periodista de Sigue La W Mauricio Beltrán lleva varias semanas haciendo un inventario bastante interesante de los contratos que Impretics ha conseguido. Hay de todo. Desde útiles escolares y muebles para colegios en el Chocó hasta cámaras de vigilancia para el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Picota. Desde conexión de internet para los niños en Dosquebradas hasta servicios de tecnología y comunicaciones para el Fondo Paz. Impretics puede hacer de todo: obras civiles y capacitaciones, compra de bienes o contratación de servicios de seguridad. ¿Qué es lo que hace tan atractiva a esta empresa? ¿Qué tiene Impretics que no tengan otros?
Resulta aún más perturbador que los entes de control fiscal parecen estar enceguecidos ante esta particular entidad mixta que podría considerarse un megacontratista del Estado.
Algo que no se puede pasar por alto es que la antigua Imprenta del Valle tomó nuevos ímpetus en medio de la gobernación de Dilian Francisca Toro y hoy, bajo la batuta de la actual gobernadora del Valle, Clara Luz Roldán, sigue siendo la preferida para hacer contratos a veces tan irregulares o sospechosos que el mismo gerente de Impretics se enreda explicando por qué de todo el país los buscan para contratar.
Pero resulta aún más perturbador que los entes de control fiscal parecen estar enceguecidos ante esta particular entidad mixta que podría considerarse un megacontratista del Estado. Nadie dice nada. Nadie se da cuenta de que siempre se queda con multimillonarios contratos, a pesar de no tener experiencia real en el servicio que dice ofrecer. Nadie dice nada por el hecho de que esa entidad se dedique únicamente a la subcontratación. Nadie dice nada, a pesar de que muchas veces al subcontratar se evaporan cientos de millones de plata de los colombianos, generando un claro detrimento para nuestras arcas.
¿Quién irá a ayudarnos a entender lo que se oculta tras este contratista con suerte? A veces, el silencio de los entes de control parece ser la señal de que alguien muy poderoso está detrás de tanta fortuna.
#PreguntaSuelta: ¿no será que, más allá del discurso político de reivindicación al Ejército Nacional por parte del Centro Democrático en su contrainforme al de la Comisión de la Verdad, sí urge que Colombia conozca toda la verdad de vínculos de políticos con Farc y otros grupos al margen de la ley?
JUAN PABLO CALVÁS