No sé por qué en la Aeronáutica Civil cayó tan mal el reporte de la Iata (gremio que reúne a las aerolíneas del mundo) en el cual se señala que el aeropuerto El Dorado es el peor aeropuerto del planeta. Y digo que cayó mal porque sé de buena fuente que la molestia dentro del organismo rector del transporte aéreo en Colombia es tal que funcionarios de la Aeronáutica andan a diestra y siniestra descalificando los señalamientos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo y bajando el tono al reporte. Pareciera que a los señores de la Aeronáutica no les gusta que les digan la verdad.
¿Qué es lo que dice Iata? Que el aeropuerto de Bogotá es el que registra el mayor número de retrasos de itinerario en vuelos comerciales en comparación con los demás aeropuertos del mundo. A eso suma un señalamiento delicado: los retrasos que padecemos quienes por uno u otro motivo debemos viajar desde El Dorado se dan particularmente porque la operación aérea les da prioridad a los aviones privados, militares y del Estado.
¿Qué le molesta a la Aerocivil? Que Iata tenga razón. Que efectivamente el aeropuerto El Dorado se convirtió en un dolor de cabeza para s y aerolíneas que ven casi todos los días una seguidilla de vuelos retrasados. Para las aerolíneas es una pesadilla porque eso va en contravía de su eficiencia y sobre todo porque el daño reputacional termina recayendo sobre ellas y no sobre El Dorado. Para los pasajeros el daño es lógico: nadie quiere quedarse horas indefinidas en una sala de espera o dentro de un avión esperando los primeros poder abordar y los segundos poder descender de la aeronave en la que venía volando. Pero lo que es más delicado: a Aerocivil le molesta que quede en evidencia que ciertos aviones tienen prioridad sobre otros y curiosamente esa prioridad no correspondería a aquellos que prestan servicio para gente común y corriente, es decir, los vuelos comerciales.
La semana que pasó la realidad se dejó ver completica cuando, muy a las 6 de la mañana del pasado viernes, la misma Aeronáutica lanzó una alerta para los s de El Dorado señalando que por “sobredemanda” se tenían “previstas algunas demoras en vuelos que salgan o aterricen” en el aeropuerto. ¿Cómo entender eso? ¿Cómo explicar que con horas de anticipación la máxima autoridad de la aviación en Colombia logra prever demoras? ¿No deberían ellos, como órgano rector del transporte aéreo, hacer todo lo posible para coordinar una operación sin demoras de la mano de las aerolíneas? ¿Si hay sobredemanda no deberían ellos regular y controlar para que no se afecten los itinerarios?
Hay que celebrar que al cierre de la jornada del viernes no se registraron demoras. El fatalista comunicado de prensa de la Aerocivil no se hizo realidad. Pero antes de que eso pudiera confirmarse al cierre de la jornada, muy temprano varios periodistas preguntaron a la autoridad aeronáutica sobre la citada “sobredemanda” y la explicación para que se emitiera un comunicado de ese tenor anticipando demoras. La respuesta de la Aerocivil fue el silencio. Nadie dijo ni el porqué de esa comunicación. En eso quedó nuestra autoridad aérea: una hoja con tres párrafos y cero explicaciones.
Si las demoras son culpa de las aerolíneas, es hora de que la Aeronáutica lo señale y así le ponga los puntos sobre las íes a la Iata. Pero si las demoras en tierra son responsabilidad del control aéreo y las prioridades que a este se le han dictado, mal hace la Aerocivil en descalificar a quien hace un informe que revela algo nefasto. Lo triste de este episodio es que a la larga NADIE tiene la culpa de las demoras. Ni aerolíneas, ni aeropuerto. ¿Será culpa de los pasajeros?
#PreguntaSuelta: ¿es impresión mía o más allá del ruido inicial la campaña de Alejandro Gaviria ha estado bastante discreta en las últimas semanas?
JUAN PABLO CALVÁS