Señor Director:
La columna del señor Antonio Albiñana (9-6-2019) titulada ‘Israel, lejos de la paz’ es un conjunto de tergiversaciones y falacias alejadas completamente de la realidad y los hechos. No menciona el rechazo del mundo árabe, palestinos incluidos, a la resolución de partición de 1947 que creaba dos Estados, Israel y Palestina. Su afirmación de “limpieza étnica desde 1948 debido a los asentamientos israelíes”, además de insidiosa, demuestra un lastimoso desconocimiento de la historia, ignorando que antes de la guerra de los Seis Días, en 1967, los territorios de Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental no estaban en poder de Israel, que allí no había “asentamientos israelíes” y que en esos territorios pudo establecerse el Estado palestino en cualquier momento, de no ser porque la verdadera intención del mundo árabe era eliminar el único asentamiento judío: el Estado de Israel.
La razón por la que se está “lejos de la paz” es una, y una sola: la negativa del liderazgo palestino en sus diferentes vertientes, ya sea Fatah o Hamás, de reconocer a Israel y el derecho del pueblo judío a su Estado. El columnista omite mencionar el terrorismo palestino, que ha sido pernicioso para la causa de la paz y del mismo pueblo palestino.
La referencia de Albiñana al final de su columna, “lamentando” el creciente antisemitismo, ignora que son precisamente las afirmaciones a lo largo de su escrito las que han fomentado ese antisemitismo, que tiene en la demonización de Israel uno de sus principales impulsores.
Confederación de Comunidades Judías de Colombia. Marcos Peckel, director ejecutivo.
Señor Director:
Respecto la deforestación, existen gobernadores, alcaldes, concejales, ediles, ministerio y secretarías de Ambiente, defensores de animales y del medioambiente, personeros, contralores, fiscales, Ejército, Policía, guardas, inspectores y no sé qué más, etc.
De tal manera que no entiendo cómo ocurren las talas, construcciones y minería ilegales, entrada y salida de semejantes máquinas y camiones por mucho tiempo, como en los cerros tutelares de Bogotá, y nadie se percate de nada.
Lo que pasa es que todo se reduce y resume en nómina, y todos concentrados en las grandes ciudades, y nadie está en los campos. Además, con el agravante de la corrupción, sobornos a diestra y siniestra.
Nadie controla, nadie se responsabiliza. Y falta justicia al respecto.
Gonzalo Bastidas Abril
Señor Director:
Colombia, al revés. Qué dolor de patria. Qué pesar con nuestro país. Ahora resulta que no se pueden consumir empanadas en la calle, pero sí drogas y trago. Por lo visto, para los honorables magistrados de la Corte Constitucional, les hacen más daño a los colombianos y el país las empanadas que las drogas psicoactivas, y es más importante promover el libertinaje, por aquello del libre desarrollo de la personalidad, que defender los derechos de los colombianos a la buena educación y salud. La reforma estructural y el saneamiento de la justicia no dan espera.
Luis Iván Perdomo Cerquera